Chapter 6: Military Police

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6. Policía militar





"La libertad pertenece a
aquellos que creen en la
belleza de sus sueños"


— ¿QUÉ DESEAS, KATRINA? -PREGUNTÓ UN curioso Dreak de seis años.

— ¿Qué...deseo? -inquirió confundida.

Nunca se había parado a pensar en eso, ni si quiera pensaba en lo que le gustaba y en lo que no como para decidir cuál era su deseo.

— Sí, qué es lo que quieres con todo tu ser. Cuál es tu sueño.

La fémina arrugó la nariz, sin tener ninguna respuesta en concreto.

— ¿Cuál es el tuyo?

El chico sonrió emocionado, al igual que como si aquello que anhelara lo tuviera entre sus manos y lo estuviera viendo ahí mismo.

— Mi sueño salir al exterior, sentirme libre.

Katrina abrió su boca levemente, sin saber muy bien cómo responder a aquello.

Ella hubiera dicho que su desea era comer chocolate todos los días, pero en comparación parecía un sueño muy pobre.

— ¿Puedo soñar con más de una cosa? -preguntó, ganándose un asentimiento.- Yo quiero descubrir el mundo a lomos de Drogo. Quiero crear un mapa para dibujar todo lugar que encuentre y que tú me ayudes a ponerles un nombre.

Y ahí, ambos críos se hicieron una promesa.

Juraron que el sueño del otro iba a cumplirse, costara lo que costara.





(...)




Dagahra
Casa del comandante

— ¡Comandante Dragan, nos están atacando!

El nombrado rápidamente corto la reunión, observando a uno de los reclutas entrar con los ojos bien abiertos, horrorizado.

— ¡Roland, debemos hacer algo! -chilló la gran anciana, cogiendo de su bastón y poniéndose rápidamente de pie.

— ¡Debemos proteger a los niños! ¡Ellos son nuestra prioridad en este momento! ¡fugi tovarăși! -(¡corred camaradas!) -exclamo, levantándose y agarrando su espada.

Todos los reclutas corrieron para llevar a cabo la orden de su comandante.

Roland pudo ver como Galet se encaminaba hacia la puerta, por lo que rápidamente la paró.

— Galet, quédate aquí, por favor...

— ¡No puedo, Roland! No pienso quedarme aquí y ver como hacen pedazos toda la ciudad en la que he crecido toda mi vida. -negó, intentando empujar de nuevo al adulto para que le dejara pasar.

La expresión del masculino cambio, y croe una fina línea con sus labios, negando con la cabeza.

— Lo siento, gran anciana, no puedo dejar que tu mueras.

MOTHER OF DRAGONS | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora