Capítulo 18: Novelas romanticas

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- ¿Como va todo?

Levi giró su cabeza hacia Erwin, dejando de observar como los reclutas de la chica de pelo blanco eran escogidos por un caballo.

- Apenas pueden equilibrarse con su equipo tridimensional. Pero dentro de lo que cabe no está tan mal.

El rubio asintió con la cabeza, aquellas palabras equivalían a decir que todo iba bien.

El Ackerman tenía demasiado orgullo como para admitir que alguien era bueno.

Pudo observar al estúpido amigo de la capitana corriendo detrás de un caballo negro, al parecer no dejaba que el masculino se subiera encima suya.

Aquel chico conseguía sacarle de los nervios si alguien le preguntara, nunca admitiría que le causaba cierta gracia su forma de ser, aunque aquella fuera la realidad.

Tampoco mostraría una sonrisa al observar como defendía y quería a Katrina, por mucho que su relación le pareciera de las más reales que había visto, de igual manera que con Drogo.

- ¿Qué opinas de Katrina?

Aunque algunas veces su orgullo se dejaba de lado cuando se enteraba o le preguntaban sobre algo que no se esperaba.

Arrugo el ceño, sintiendo su duro corazón empezar a latir con fuerzas.

Sabía en qué sentido iba dirigido aquella pregunta, pero contestó como si no lo supiera.

- Sí, supongo que ella tampoco lo está haciendo mal. -admitió, encogiéndose de hombros para mostrarse de manera indiferente ante el nombrado de la chica.

Erwin quiso reír al ver como el chico había abierto levemente los ojos ante su pregunta, no era algo habitual tomar al azabache por sorpresa, por lo que confirmó las teorías que Hange le había estado repitiendo desde el día anterior.

- Sabes que no me refiero a eso.

Claro que Levi lo sabía.

Pero no sabía el porqué de sus sentimientos. No entendía porqué sus ojos se dirigían solamente a ella cuando estaba presente. No entendía el porqué pensaba en ella a cada momento. No entendía porqué su corazón se aceleraba cuando hablaba con ella, cuando ella se enfadaba con él por sacarle de quicio. No entendía el porqué de sus sueños recientes con ella.

Tal vez toda la explicación de aquello se encontraba en los libros que leía a escondidas por sus noches de insomnio. Levi Ackerman había descubierto que tenía un fetiche con las novelas románticas.

Agradecía a la risueña de Isabel por haberle mostrado aquel tipo de libros. En ese momento empezó su absurda obsesión con escaparse al anochecer y dirigirse a la biblioteca.

En una de sus escapadas Farlan se enteró y no dudó en burlarse de él hasta el mismísimo día de su muerte.

Leer novelas de amor era un sabor agridulce para él, pues también le hacía recordar sus momentos con sus dos compañeros de vida.

- He visto como la miras.

Levi intentó ignorar el comentario de Erwin, pero simplemente no pudo, por lo que chasqueó la lengua.

- Deja de decir tonterías, cejotas.

- Oh vamos, Levi. Antes te dedicabas a pelear con ella y querer alejarla de dentro de los muros. Ahora hasta la llegas a defender. -añadió Erwin elevando ambas cejas, ignorando el pequeño insulto del contrario.

- ¿Esas teorías las has sacado por ti mismo?

El rubio titubeó.- Bueno, Hange me lo contó ayer. Yo no me había fijado hasta el momento.

- La cuatro ojos está loca. -negó el azabache, la morena ya le había insinuado varías veces sobre Katrina, pero intentaba ignorarle de la mejor manera posible.- No debes escuchar sus conspiraciones hacia mí.

Erwin sabía que el azabache se encontraba confundido.

Era obvio por su expresión en la cara. Y ya llevaba varios años con él como para saber que se negaría a admitir cualquier tipo de sentimiento afectivo hacia alguien. Pero quería ayudar al chico, se merecía ser feliz.

Levi por su parte no entendía que le pasaba.

Aunque sabía lo que le pasaba no entendía el porqué. Pudo llegar a la conclusión de que sentía tal vez una ligera atracción por la chica gracias a sus novelas.

Pero no sabía como sobre llevarlo. Nunca había sentido un tipo de sentimiento parecido hacia alguien. Tan solo simple afecto por algunas personas, y estas estaban contadas.

(...)

Terminé de recoger el agua del estanco el cual Levi me había indicado.

Estaba demasiado escondido, pero por sus indicaciones pude encontrarlo a la primera.

Creo que alguna noche podría venir aquí cuando tuviera insomnio y no pudiera dormir, lo que equivale a la mayoría de las noches.

Contemple con sumo detalle el estanco.

Agua translúcida y limpia recubría la gran parte de este, me atrevería a decir que el agua era potable por su gran estado.

La vegetación estaba sana y muchas margaritas de colores cálidos junto a algunas amapolas decoraban la hierba.

Se podía ver la luz de la luna reflejada en el agua y también por las luciérnagas que tan solo creaban un ambiente más cómodo.

Fruncí el ceño ante aquello, y rápidamente levanté mis ojos hacia el cielo, observando como y estaba anocheciendo.

Me había quedado más tiempo allí de lo que me gustaría.

No tardé en correr devuelta hacia los establos, encontrándome con suerte aún a todos.

Llegue hasta Erwin y Levi, quienes callaron abruptamente al notar mi presencia. El azabache se notaba levemente nervioso por su expresión, mientras que el rubio tenía una gran ensanchada sonrisa.

Ignoré aquello, dejando el balde de agua frente a ellos.- Aquí la tenéis.

Erwin no tardó en coger el balde y casi huir de nosotros, dirigiéndose hacia mis reclutas junto a los caballos.

Fruncí levemente el ceño ante aquello, observando como Levi le miraba de mala manera al rubio.

- Has tardado un poco, ¿no?

Se le notaba enfadado. Tal vez era porque le caía mal, o porque simplemente le había sacado de quicio que hubiera tardado tanto en hacer mi tarea.

Aquellos pensamientos abrumaron mi mente, aunque intenté ignorarlos como pude.

- Sí, me ha costado encontrar el lugar. Veo que vosotros también habéis tardado.

El contrario chasqueó la lengua, señalando a Dreak con su barbilla.

- El estúpido de tu novio espantó a su caballo.

Negué con frustración, ignorando el insulto gratuito hacia mi casi hermano.- Él no es mi novio.

El masculino pareció quedarse meditando, pero tras unos segundos gruñó de forma leve, alejándose de allí.

- Como sea.

¿Por qué sentía esa ardua sensación en mi pecho al ver como se iba? ¿Por qué me había molestado que hubiera llamado mi novio a Dreak? ¿Por qué me importaba tanto lo que él pensara de mí?

¿Por qué sentía esa ardua sensación en mi pecho al ver como se iba? ¿Por qué me había molestado que hubiera llamado mi novio a Dreak? ¿Por qué me importaba tanto lo que él pensara de mí?

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MOTHER OF DRAGONS | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora