꧁Cap. 6꧂

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Una suave voz llamandola desde el otro lado de la puerta, terminó despertando a Uraraka de un sueño bastante placentero del cual no quería despertar mientras se incorporaba en la cama con un aspecto bastante desalineado a su parecer.

Soñaba estar en los brazos de su madre siendo arruyada por su dulce voz mientras su padre observaba justo a su lado sonriendole con tanto cariño y amor que incluso parecía una realidad y no una simple fantasía. Qué enorme decepción.

De pronto, nuevamente la extraña voz de una mujer junto con unos suaves golpes a través del metal de la puerta de plata de su habitación mientras aquella voz decía con calma y serenidad:

—Mi reina, ¿puedo pasar?— Uraraka recordó que Katsuki había mencionado algo de una dama de compañia que la ayudaría en todos sus deberes diarios, entonces levantándose de la cama, se acercó a la puerta y se sorprendio al poder abrirla con tanta facilida a pesar del metal del que estaba hecho. Parecía ser tan liviana como una de madera.

Al otro lado de la puerta, encontró a una joven de cabellos verdes tan largos que casi tocaban al suelo, con un rostro que le recordaba tanto a la de una rana que retuvó su comentario por cortesía y dos ojos vivasez color negro que le sonreían en un gesto de buena voluntad.

"Parece una joven con la podía tener una amistad duradera" pensó.

—Mi reina...— dijo ella en un tono gangoso que le hizo retener una risa a Uraraka —El rey quiere que la prepare para que lo acompañe a desayunar— dijo eso en un tomo suave y bondadoso, llenando de paz el corazón de Uraraka con sólo escuchar su amable voz.

"Magnifico..."

—Disculpa, ¿Cuál es tú nombre?— Uraraka de inmediato entró en confianza con ella y se atrevió a preguntar como se llamaba para comenzar su nueva amistad.

Pareció que la peliverde le brillaron los ojos con aquella preguntó y dijo formando una graciosa sonrisa en su rostro mientras colocaba su dedo cerca de su rostro.

—Tsuyu Asui, mi reina. Pero, mis amigos me dicen Tsuyu— dijo ella mirando a la reina con una extraña pero encantadora sonrisa a su modo.

—Mi nombre es Ochako Uraraka y puedes decirme como quieras— dijo la castaña irradiando amabilidad mientras sonreía alegre por estar apunto de tener una nueva amiga.

—¿Puedo... llamarte Ochako?— preguntó con cierta cautela en su voz.

—¡Claro! Después de todo, vamos a pasar mucho tiempo juntas y esperaba que podamos ser amigas— Tsuyu, al escuchar eso, sonrió aún más y asintió entusiasmada al pensar que sería amiga de una reina.

Después cayó en cuenta que el rey los estaba esperando, así que siendo un poco más amable y delicada para no enojar a la reina, le pidió que entrará a la habitación porque debería ponerse un vestido menos arrugado del que traía puesto. Ella se encargaría después de arreglarlo.

Uraraka sonrió y asintió entrando a su alcoba junto con Tsuyu para buscar un atuendo más apropiado para desayunar con el rey.

Uraraka se sentó en su cama pero, antes que pudiera decir que no tenía nada de ropa ya que, está ropa y la que había despedasado por Eri era lo único que tenía en este lugar, pero, al momento en que Tsuyu abrió un enorme puerta plegabre ante los ojos preocupados de su señora, Uraraka los abrió aún más al ver los bellos vestidos, zapatos y joyas que se encontraban colocadas en maniquíes en un pasillo que parecía infinito.

El Nirvana de los Mares (Kacchako)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora