꧁Cap. 35꧂

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Ese último mes de viaje en aquel barco, fue seguro el mes más horrible que Katsuki y Uraraka habían tenido en su vida.

Uraraka se pasaba vomitando sangre cuagulada por la corroción de la sustancia en sus órganos y venas cuando su cuerpo la hacía vomitar para sacar la sangre de su sistema en un intento por no colapsar por ella. Uraraka cada vez se veía más mal, su piel estaba tan blanca como el papel, sus características mejillas rosadas ya no se encontraban incluso ojeras tan negras como el carbón se alojaban debajo de aquellos ojos que hace algunos meses sólo irradiaba vida y felicidad pero, ahora, parecían estar muertos. También había empezado a desarrollar manchas moradas para nada saludables en sus brazos y abdomen. Con lo poco que sabía Rody, esas marcas eran causadas por la corroción de la sustancia que comenzaba corroer sus venas hasta llegar a la carne y eso sólo era el comienzo de lo que podría ser dolorosas ampollas de carne putrefacta y carne siendo destruida lentamente.

Cuando Uraraka no estaba vomitando, lloraba tan agonizantemente por el ardor y dolor que sentía dentro de su cuerpo y venas, como si se estuviera muriendo de adentro hacia afuera. Tanto era el dolor que Rody había tenido que usar lo poco se sabía de la alquimia que había aprendido de joven para hacer que Uraraka logrará conciliar el sueño a pesar del dolor y dejara de sufrir al menos por las noches. A veces, pequeños hilos de sangre bajaban por sus comisuras mientras dormía pero, Pino se encargaba de limpiar la sangre con un pequeño trapo mientras Rody se turnaba con Katsuki para velar por ella en sueños.

El rey tampoco se encontraba bien. Al ver a Uraraka en este estado, muriendo lentamente siendo incapaz de cuidarla por el mismo sintiendo impotentes frustrado e inútil, lo había sumergido en una profunda depresión del cual lo consumía lentamente. Había adelgazado un poco y palidecido por la falta de comida, agua, luz y ejercicio físico al estar siempre encadena en una posición que apenas se podía mover. Rody a veces terminaba obligándole a comer siempre recordándole por quien luchaba para no dejarse caer tan fácilmente. Alentando la esperanza de que ambos volverían al Nirvana y gobernarian juntos por mas lejano que pareciera aquel futuro para todos.

Rody a veces oía a Katsuki llorar siendo él quien lo consolaba para calmarlo escuchando los lamentos del rey y sus gritos, algo que ni en sus más escabrosos pensamientos pensó hacer desde que lo conoció. Katsuki se veía fuerte pero incluso, el hombre más insufrible y frío de la tierra lloraria al ver al amor de su vida sufriendo y muriendo a la vez y lo único que podía hacer él era velar por los dos.

Pero un día con un cielo nublado y oscuro, Rody fue llamado a cubierta para organizar algunas cosas ante de embarcar en el muelle de la costa de Yūeii.

Katsuki en ese instante se encontraba durmiendo pero, al oír como la puerta fue abierta y la voz de mando de su hermana dijo que trajeran a la reina, Katsuki comenzó a gruñir y a rugir tratando de intimidar y dejar en claro que no la tocaran lograndolo por un momento pero después de ver como Uraraka era llevada lejos de él sin poder defenderse haciendo que rugiera y halara más fuerte de las cadenas en un intento de salvarla y quitarsela de las manos de aquellos asquerosos unienses.

-¡¡¡ALEJEN SUS SUCIAS MANOS DE MI REINA O LOS HARE SUFRIR DE TAL MANERA QUE INCLUSO DESEARAN HABER MUERTO POR LO QUE LES VOY HACER, BASTARDOS!!!- los ojos de Katsuki brillaban en un tono escarlata mientras sus pupilas se alargaban como las de un reptil.

Su dragón alfa quería salir, salir a defender a su pareja y matar a cualquiera que tenía la osadía de hacerle daño a su amada, pero, estaba demaciado debíl para convertirse y eso, Himiko lo sabía, así que sonriendole con superioridad sintiéndose poderosa por primera vez ante su hermano, se llevó consigo a Uraraka, mientras los rugido y gritos de su hermano se hacían cada vez más fuertes y poderosos lograndose ser escuchados por kilómetros y kilómetros hasta la costas del mar de Yūeii teniendo aterrados a los ciudadanos que alcanzaba a escuchar los gritos y rugidos de un dragón alfa...

El Nirvana de los Mares (Kacchako)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora