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En la habitación más recóndita de la Fortaleza de Fuego del Dragón, la puerta de la cámara del rey se levantaba imponente ante cualquiera que osara cruzarla.Figuras ardientes se extendía por la gigantesca puerta de roca volcánica mostrando el pasado y el futuro del rey que la habitaba y, atrás de ella, hecho del oro y rubi más puro que jamás se encontraría en otra parte de la tierra media, el trono del rey se levantaba imponente ante todo el que entrara en la habitación y, como su ocupante, un gigantesco dragón rojizo más grande y poderoso que cualquier bestia que haya pisado la tierra.
Alas tan largas y poderosas que podrían cuasar un huracán con sólo moverlas, fauses que podía acabar con cualquier ejército en la tierra con sólo el mostrar de sus dientes en su boca y garras más largas y afiladas que los arponez listos para matar a las bestias del mar que se encontraban en los rincones más profundos del abismo abisal con un fuego tan ardiente que podría derreteir ahasta los casquetes polares con solo una exalada de las llamas que se escondian dentro de su pecho. Aquel dragón tan imponente y poderoso que se encontraba en aquella cámara vigilante de la isla que era su hogar, era el rey del Nirvana de los mares, el gran Katsuki Bakugou, hijo de la Madre y gemelo de la Hermana.
La cámara del rey contenía temperaturas tan abrazadoras que sólos un verdadero nirvano podía soportar, con paredes tan altas como la torre de un castillo, la lava hirviendo cayendo con lectitud del techo hasta caer en un canal que la llevaría a su destino en la dos en el interior más oscuro de la fortalezz, un gran candelabro de diamante y oro colgaba del techo iluminando la habitacion con luz propia mientras los pisos estaban cubiertos con el oro mas brilante y puro que la que cualquier humano encontraría en toda su vida mortal junto con joyas más hermosas y radiantes que cualquier tesoro que se encontrara en el mundo humano que brillaban casi encantadas por la hermosa luz blanca que se reflejaba en el candelabro. Y, la gran cantidad de oro y joyas que se extendían por el suelo de aquella enorme sala, sólo una pequeña porción del oro que el rey poseía en su reino. Sólo... un simple pestañeo.
Pero ni todo el oro del mundo, ni las joyas ni el poder que se la conferido en su reino, llena el corazón perdido del rey en espera alguien a quien amar.
Al lado de él, un trono vacio un poco más pequeño que el suyo, llenaba de tristeza la habitación y el corazón del rey al imaginar a su ocupante llegar a algún día a su lado. Era el trono de la reina del Nirvana.
El rey se bajó de su trono y se acostó en el piso observando con atención el asiento de su reina mientras nuevamente los primeros indicios de una locura inminente por la espera de alguien que nunca llegó lo azotaban nuevamente.
—Madre...— comenzó a decir con una voz que parecía humana —¿Ella cuando vendrá? He esperado tanto y... simplemente, no hay nadie que ocupe su lugar. Nadie podrá remplazarla, yo se que no... solamente... necesito a alguien que salve la poca humanidad que me queda— gruñó furioso al darse cuenta que esta hablando sólo de nuevo así que dirigiendo a la ventana de cristal mientras el sonido del oro y joyas moviéndose se hacia presente en cada pisada que daba, se sentó alado de ella y observó el Nirvana de los mares a lo lejos encerrado entre los barrotes de su fortaleza.
Nuevamente el rey suspiro y dijo con cierto toque melacolico:
—Madre... Como extraño bajar de la montaña y caminar entre mis subtitos atendiendo sus necesidades. Hablar con Eri y Kota, caminar en la playas con Momo e incluso discutir con él bastardo de Todoroki por cosas sin sentido aparente. Ojala pudiera hacerlo en mi forma humana pero, hace tanto que olvide como regresar que me estoy convirtiendo en un dragón alfa cada vez más verdadero con el pasar de los días de mi eternidad. ¿Lo recuerdas? ¿Allá en el lugar en donde estas? ¿Lo recuerdas?— de pronto un garraspeo terminó cortando su "conversacion" con su madre, haciendo que volteara furioso hacia la puerta y encontrando a un dragón rojo más bajo que él observandolo con recelo. Kirishima.
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El Nirvana de los Mares (Kacchako)
FanficEn una isla donde las bestias que sólo soñamos alguna vez, reinaron durante milenios en la superficie de aquel lugar perdido en los más profundo del Mar del Norte, un soberano con un pasado tortuoso y cruel espera la llegada de alguien que lo salve...