꧁Cap. 16꧂

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ℙ𝕋. 𝟙

El sonido de las aves y el repentino has de luz que dio en su cara, hizo que Uraraka despertara de su sueño con extrema somnolencia mientras trataba de acostumbrarse a la luz.

Quería volver a dormir, arruyarse en aquel cálido calor que envolvía su cuerpo y aquel aroma que le hacía sentir tranquila y a salvo. No quería alejarse de él, quería estar a su lado un poco más, sentir sus brazos rodenadola, su calor emanar hacia su cuerpo, no dejarlo ir a pesar que la mañana le exigía empezar su día.

Pasó un par de segundos antes que reaccionar al sentir como Katsuki jugaba con su cabellos viendola dormir con aquellos ojos escarlata que le carcomía el alma, mientras este tenía una sonrisa relajada, tal vez la más hermosa que había visto en él.

Uraraka trató de ver la posición en la que estaba sonrojandose de inmediato al darse cuenta que tenía el brazo del rey como almohada y ella lo abrazaba con tan fervor que incluso tenía su rostro demasiado cerca de su pecho, tanto que podía sentir su calor emanar de su piel y su corazón latiendo tranquilo.

Katsuki notó como su reina comenzaba a removerse en sus brazos y dejando su labor de jugar con su cabello, bajo el rostro hacia Uraraka antes de robarle un rápido beso que dejó más que sonrojada a la castaña haciendo reír levemente a Katsuki.

—Buenos días, Uraraka— dijo Katsuki con una voz más ronca de lo normal por haberse despertando un poco antes que la castaña mientras sentía como Uraraka escondía su rostro en su pecho y lo abrazaba con más fuerza haciendo sonreír un poco más a Katsuki revelando levemente aquellos colmillos que tenía por nacimiento.

—B-Buenos días, Katsuki— Katsuki sonrió al oír la dulce voz de su reina tan tímida y cohibida por su causa y no podía estar más satisfecho por aquello.

De pronto, un aleteó a lo lejos alertó a los dos y mientras Katsuki se enderezaba y Uraraka volteaba hacia atrás, él aire que comenzó a soplar movió las copas de los árboles haciendo que perdiera más rápido sus flores, mientras Kirishima sobrevolaba la isla y sonreía con picardía al ver a Katsuki y a su reina en una situación tan complementedora.

—Creo que hubiera rugido antes...— Uraraka se sonrojo ante el comentario de Kirishima escondiendo su rostro nuevamente en el pecho de Katsuki mientras que Katsuki trataba con todas sus fuerzas de aguantar las ganas de sacar su espada y cortarle la maldita cabeza al dragón por haber roto un momento tan íntimo con su reina y de paso hacerla avengorzar.

Kirishima vio la mirada asesina que Katsuki le lanzaba y decidió mejor informarle lo que en realmente venía a decirle antes que lo matara.

—¡¿Qué demonio quieres, Kirishima?!— gritó Katsuki furioso a pesar que acariciaba gentilmente la espalda de Uraraka para tranquilizarla.

—Antes que me mates, Katsuki— dijo Kirishima notando la mano del rey sobre el mango de su espada —Vine a decirte que Todoroki solicitó una reunión del Consejo para informarte de los avances del baile. Así que si quieres culpar a alguien, ya sabes a quien.

"Bien,  ya se cual bastardo debo matar" dijo Katsuki retirando su mano del mango de su espada pero sin despegar sus fieros ojos de Kirishima.

Largate— un sonido sofocante, amenazante y peligroso salió de la garganta del rey haciendo estremecer tanto a Uraraka como a Kirishima quien rápidamente asintió y desapareció entre el cielo que comenzaba a tonar azul. No quería seguir oyendo la voz de mando de Katsuki sobre él.

El Nirvana de los Mares (Kacchako)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora