꧁Cap. 3꧂

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Iida, Uraraka, Mina y Mei se encontraban reunidos alrededor de una fogata mientras esperaban que la carne al fuego se asara lo suficiente para comerla.

Uraraka se dedicaba a curar las heridas del hada que tenía en su regazo mientras ella sonreía tiernamente con cada cosquillas que la castaña le hacia para distraerla del dolor de la heridas.

Iida estaba siendo acosado por la segunda al mando de Mina, Mei, quien no paraba de tocarlo y revisarlo fascinada por la estructura ósea de aquel humano, haciendo que él se encontrará tan sonrojada y apenado que no podía evitar lanzarle mirada a su princesa para que la detuviera, resiviendo siempre la misma respuesta por parte de ella.
"Es tú castigo por todo lo que has hecho. Ahora, ¡Aguantate!"

Mientras tanto Mina se encontraba rotando la carne para que se cocinara bien y no ponía atención a nada que no fuera su labor.

Iida se sorprendió al darse cuenta que podía entender a las criaturas que se encontraban a su alrededor, pero, por lo que le dijeron, ellas habían estudiado los idiomas humanos y había aprendido a comunicarse con ellos en un intento desesperado de detener la masacre de sus hermanas. Fue en vano.

—¿Le... Le puedes decir, por favor, que me deje en paz, mi lady?— preguntó Iida dirigiendose a Mina mientras alejaba el rostro de Mei con una mano para que no se acercará.

—Ella es curiosa e incontrolable por naturaleza, Iida. Cuando encuentra algo que le gusta, no lo deja ir hasta que sabe todo de él. Incluso puede usar tus huesos para uno de sus "bebés" si quiere— dijo volteandose a Iida levemente con una sonrisa altanera antes de volver a su labor. Sabía que no era capaz de matar a nadie, pero, era divertido molestar un poco al general de la reina auque se aún poco.

—Espera, ¡¡¡¿QUÉ?!!!— grito Iida espantado por tal descubrimientos que volteó a ver a la pelirosa y alejó su mano asustado de que se lo arrancará de un mordisco.

Uraraka se rió al ver a Iida acorralado por una mujer que no fuera ella y entonces, Mina se sentó a su lado, algo cansada de girar la carne ella sola.

—¿Te cuento algo, mi reina?— dijo Mina susurrandole a Uraraka —Acosar a alguien es la forma de Mei de decir que le gusta. Así que, puedo decir que ella está bastante interesada en tu amigo, Uraraka— Uraraka solamente rió ante la idea de ver a Iida con pareja y mucho menos con una de esas criaturas que tanto odiaba, pero, nada es imposible ¿no es así?

—Iida jamás ha tenido pareja. Es demasiado... digamos... idiota para darse cuenta que hay chicas a su alrededor que le agradan. Además, está demasiado metido en su trabajo de protegerme que el mismo me ha dicho que no tiene tiempo para una relacción.

—¿Y tú le crees, mi reina?— contradijo Mina —Siempre hay tiempo para el amor. Es lo que hace girar al mundo y nos mantiene vivos. Todos pueden amar y perder al mismo tiempo, pero, sólo el valiente es el que triunfará, mi reina y será feliz con la persona que ama.

—Admitó...— prosiguió Uraraka —Que me encantaria ver a Iida con una pareja e hijos nacidos de esa unión antes que él muriera pero, está tan metido en su trabajo que no tiene tiempo para nada.

—Pues... Ahora lo tiene— dijo Mina señalandole a Uraraka una escena nunca antes vista y que nunca pensó ver en su vida.

En un giro total en la relación que ellos dos llevaban hasta ahora y para una sorpresa que nunca pensó ver en su vida, Mei estaba analizando el guante de la armadura de Iida con unos lentes demasiado graciosos y le decía a su general que podía mejorar su armadura e incluso darle aún más poder a su espada si quería proteger a su princesa de los futuros peligros siendo un humano. Iida escuchaba con atención a la pelirosa admirado de la capacidad de la chica para hechizar, reparar y modificar armamentos y armaduras que podía ser utilizados en batalla e, incluso, le permitió tocar su espada contándole que había pasado de generación en generación por los caballeros que habían estado en su familia encantando a Mei por la antigüedad de esta y por el material que estaba hecho.

El Nirvana de los Mares (Kacchako)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora