¿Quien es Cristal?

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El sonido de las sirenas tanto de ambulancias como de patrullas sonaban alrededor de todo el vecindario. No era consciente de lo que sucedía a mi alrededor, solo se que me encontraba allí tirada en el suelo, mientras que un líquido caliente empapaba la parte trasera de mi cabeza, al igual que el mismo líquido resbalaba por mi frente.

¿Que había pasado?

Las voces a mi alrededor se escuchaban distorsionadas, mi cabeza dolía y las ganas que tenía de vomitar no se iban. Voces, voces y más voces a mi alrededor. ¿Que mierda estaba pasando?, ¿Que es lo que tanto decían?. Mi vista se desvío hacia un par de personas las cuales intentaban acercarse a mi, pero los policías se los impedían.

- ¡Cristal!

La voz de aquel chico sonaba preocupada. ¿Quien era él?, ¿Quien soy yo?

- ¡Tus padres vienen en camino! ¡Resiste por favor!

Su voz cada vez se escuchaba más lejos o tal vez solo era yo que cada vez me sentía más agotada.
...

- Está tarde es mi fiesta de cumpleaños.

La voz de mi mejor amigo se escuchaba realmente emocionada.

- Lo sé. Jamás olvidaría el cumpleaños de mi mejor amigo.

- Será la mejor fiesta de la historia.

- Pues espero que así sea.

- ¿Tu novio vendrá?

- No lo sé, no lo he visto. Pero seguramente si este, ya sabes que el no se perdería ninguna fiesta.

- Ni tampoco la oportunidad de besarse con cualquier otra chica que no seas tú.

Desvíe mi mirada de él hacia otro lado.

- Sabes que no me interesa si él sale con alguien más, solo deseo verlo con mis propios ojos para así tener el pretexto perfecto para terminarlo.

- El día que eso suceda el fin del mundo será anunciado.

Me quedé mirando hacia un punto muerto, sin decir absolutamente nada, perdida en mis pensamientos.

- Nos vemos en la fiesta.

No espere una respuesta de su parte y comencé a caminar alejándome de él. No quería volver a casa, pero tampoco tenía a dónde ir y llamarle a mi Novio tampoco era opción.

En cuanto llegues al estacionamiento pude divisar mi moto, la cual por supuesto se distinguía de las demás. Hellboy era para mí la mejor moto del mundo.

Para mí suerte el guardia de seguridad era uno de mis conocidos, al cual en ocasiones sobornaba para que me dejara salir del colegio como en esta ocasión. Al salir conduje a un lugar donde sabía que jamás me negarian el acceso.

Al llegar baje de mi moto y en cuanto me retire mi casco el fuerte sonido de la música proveniente de adentro golpeó mis oídos.

Si definitivamente este día lo iba a disfrutar al máximo.
...

Una vez dentro del bar se podía apreciar personas de casi todas las edades bebiendo y bailando, algunos fumando mientras jugaban y apostaban y otros charlando con el barista el cuál por su cara podría imaginar que en vez de servirles tragos estaba siendo su psicólogo personal. Claro que yo también necesitaba un trago y alguien que me escuchará, así que como los demás, yo también tome asiento en la barra, en la cual enseguida una chica me atendió.

- Adivinare. Por la cara que traes te vendría bien un tequila.

Una media sonrisa apareció en mi rostro.

- Un whisky en las rocas por favor.

- Interesante. Un whisky en las rocas saliendo.

Mi mirada se poso en aquella chica que estaba totalmente concentrada en preparar mi trago. Cabellera roja, piel blanca, un cuerpo para morirse. Si. Definitivamente no me había equivocado al venir aquí.

- Un whisky en las rocas para la guapa de la barra.

Me sonrió y yo le devolví la sonrisa.

- Gracias.

Di mi primer trago y muchos más despues de ese.

- Si no fueras hetero te besaría.

Sonreí por su comentario. Llevaba aproximadamente un par de horas bebiendo en el mismo lugar, con la misma barista tomando mis órdenes.
Habíamos comenzado una charla donde hablábamos de todo y bromeabamos de cualquier cosa que se nos viniera a la mente.

- Me ofendes. ¿A caso tengo la pinta de hetero?

- Tienes toda la pinta de hetero, pero mi radar gay dice lo contrario.

Ambas comenzamos a reír, sin embargo fuimos interrumpidas por una llamada la cuál era de mi mejor amigo.

- Creo que te esperan.

- Así parece. Te invitaría a venir pero estás en turno.

- Fue todo un placer servirle.

Ambas nos despedimos y me encamine hasta mi próximo destino, con unas copas de más, pero yo voy a mi destino y voy a ganar.

Antes de ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora