Muchas veces me pregunté cuál era mi lugar en este mundo, a dónde pertenecía y todas esas cosas que te preguntas cuando estás en un punto muy bajo de tu vida, sin embargo nunca encontré respuestas ante todas mis dudas, al menos no, hasta que la conocí a ella.
Su respiración chocaba con la erizada piel de mi cuello, sus manos recorrían mi cuerpo con delicadeza, con sus dedos delineaba cada parte que le parecía interesante de el, sus labios se encargaban de hacerme saber que era suya, que estaba a su merced, que la unica razón de mi existencia en éste mundo era permanecer a su lado.
— Te amo.
Sus ojos me miraban con fascinación, con deseó, pero sobre todo con amor.
Entregarme a ella, me hacía sentir la mujer más feliz y plena. Estar entre sus brazos, disfrutar de sus caricias, sentir que nos pertenecemos, todas esas pequeñas cosas que hacia para hacerme sentir de maravilla lograron responder todas esas preguntas que en algún momento me hice.
— Yo también te amo.
Compartimos un beso más tranquilo, uno repleto de todas esas cosas que no nos podíamos decir aún, un beso que decía "Nos pertenecemos".
El sonido del despertador me hizo volver a la realidad, a mí realidad. La voz de mis hermanos se hizo presente, al igual que el ruido de sus escandalosos pasos por el pasillo.
— ¡Te dije que me lo des!
— ¡Es mío!
Ambos mantenían una discusión, de la cuál permanecí agena, perdida en mis pensamientos. ¿Por qué había soñado aquello?.
La puerta de mi habitación fue abierta, mi madre me miró antes de entrar y luego me regalo una pequeña sonrisa. Se veía realmente cansada y aparentemente triste.
— Estos niños van a matarme de un coraje.
Sus ojos se posaron en mi rostro.
— ¿Por qué pelean?
— No lo sé, por un pan creo. _ tomo asiento en mi cama y tomo mi rostro entre sus manos_ ¿Te sientes mal?
— No. ¿Por?
— Tú rostro está rojo y estás sudando.
Mi mente volvió a aquel sueño que estaba teniendo y rápidamente aleje sus manos de mi rostro.
— Estoy bien ma.
— Pero...
— Iré a tomar una ducha.
La corte y me levanté de mi cama rápidamente, no quería que se diera cuenta de lo apenada que me sentía.
Ella me miró por un par de segundos y luego negó.
— ¿Estás así por tu padre?
— Estoy así porque me desperté con calor ma.
— Es octubre, el clima es frío.
Desvíe mi mirada hacia otro lado y suspiré, sabía que ella venía a hablar conmigo, que necesitaba decirle su sentir a alguien.
— ¿Tú te encuentras bien?
— De maravilla.
Me cortó, sin embargo decidí seguir divagando.
— ¿Ya hablaste con papá?
Sus ojos cambiaron nuevamente a ese semblante triste.
"Justo en el clavo" pensé.
— Al parecer volvió a irse. No hemos hablado mucho sobre el tema. _ agachó la mirada_ Dice que necesita tiempo.
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Antes de ella.
Teen FictionAclaraciones: No es necesario leer "A través de cristal" Para entender esta nueva historia, son los mismos personajes, pero diferente historia Síntesis: Algunas veces creemos que nos podemos comer el mundo de un bocado, pero claro eso solo es una m...