Yo jamás te abandonaría.

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Las siguientes horas ella no volvió a aparecer por su habitación. Mis hermanos y mi madre se habían marchado hace un par de minutos, me habían prometido que vendrían mañana para poder desearme suerte, así que por ahora la habitación se encontraba en total silencio.

El tiempo que tenía estando a solas me parecía solitario, no era lo que me imaginaba. Quería estar con ella, quería que pudiéramos solucionar nuestra discusión, quería agradecerle por las cosas que estaba haciendo por mi, pero el querer las cosas no significa que se vayan a cumplir.

Durante las horas que permanecí en la habitación ella seguía sin aparecer, ya había perdido las esperanzas de que ella regresaría, así que simplemente me límite a recostarme en su cama, lugar en el que permanecía su indescriptible olor, ese olor que amaba olfatear de su pecho, ese olor que se impregnaba en mi ropa cada que me abrazaba por horas mientras dormíamos.

Me fue inevitable seguir reprimiendo aquellas lágrimas que había retenido por minutos, quizás era una estupidez, Pero para mí, el estar a su lado ya era una necesidad.

Un par de golpes en la puerta me hicieron despegar mi rostro de aquella almohada que permanecía abrazando, por un momento creí que se trataba de Lucía, sin embargo estaba segura que ella entraría como si nada, así que ignore aquellos golpes tan insistentes y volví a hundirme en aquella almohada perteneciente a la dueña de mi corazón.

- ¡Cris! ¡Lucía!.

La repentina voz de Anna me hizo volver a posar mi vista en la puerta, la cual era golpeada aún insistentemente.

- ¡Ya se que están adentro! ¡Abreme Lucia! Desgraciada ¡Deja a la niña!

Afuera era todo un escándalo, así que me levanté con todas las ganas de no hacerlo y le abrí la puerta.

- ¿Que?

Sus ojos se abrieron de par en par al ver el estado en el que me encontraba y rápidamente tomo mis mejillas para inspeccionar mi rostro.

- ¿Dónde está?

Entro a la habitación sin importarle si podía o no hacerlo y comenzó a buscarla por toda la habitación.

- ¡Sal de tu escondite enana de mierda!

- Ella no está.

Ignoró mis palabras y siguió buscando.

- ¡Anna ella no está!

Mi grito la hizo detener su búsqueda.

- ¿Cómo que no está? _ me observo_ ¿Y por qué tienes los ojos rojos?

Desvíe mi mirada hacia el suelo. No quería volver a hablar de mi discusión con Lucía, bastante había tenido ya con decirles a mis hermanos, lo cuales habían escuchado todo.

- Solo me entró una basurita al ojo y lo talle tanto que lo irrite.

Alzó una ceja como si no creyera mi explicación y camino hacia mi, volviendo a tomar mi rostro entre sus manos.

- ¿Y que le pasó a tu otro ojo?

- Se le metió otra basurita.

Entrecerró sus ojos y nego.

- ¿Que paso?. Tus ojos piden a gritos desbordar todo un mar.

Mis ojos se fijaron fijamente en los suyos y luego sin yo ser conciente de mis acciones me abrace a su cuerpo y me solté a llorar.

- Hey Cris tranquila. _ Sus brazos me sostuvieron firmemente_ No se que es lo que te haya hecho esa babosa, pero te juro que la haré llorar el triple de lo que tú lo haces.

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⏰ Última actualización: Aug 14 ⏰

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