Los ojos puestos en ella.

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La imagen de Lucía besando a una enfermera no se iba de mi mente y esa sensación... Esa sensación tan desagradable que sentí no se iba de mi.

- ¿Te gusta Anna?

La pregunta de mi hermana me hizo volver a la realidad. Realidad en la que ella me llevaba al hospital para mí chequeo mensual. Porque si. Ya había pasado un mes desde que mi vida había cambiado y ahora era menos aburrida.

- ¿Que clase de pregunta es esa?

- Es la típica pregunta que una hermana mayor debe hacer para enterarse del chisme.

- ¿Creés que me gusta?

- Creó que tú le gustas a ella.

- Bueno eso es un poco obvio.

- Pero a ti no te gusta ella. ¿Verdad?

- ¿La has visto?. Es guapísima y divertida.

- Lo sé pero cuando estás con ella no luces igual que cuando estás con Lucía.

- Esas son ideas tuyas.

- Tengo una foto que demuestra lo contrario.

Ella tomó su celular con su mano libre y comenzó a buscar en el algo que segundos después me mostró. Mis ojos se abrieron de par en par al observar aquella foto. Éramos Lucia y yo durmiendo plácidamente, ella sobre mi pecho y yo con una mano en su cabeza y con la otra abrazándola de la cintura.

- Parece ser mucho más pequeña a lado de mi.

Observé la foto por largos minutos y sonreí pues una cálida sensación invadió mi pecho. ¿Que era esto que estaba sintiendo?

- De ese brillo es del que hablo.

Ella había estado observandome atenta a mis expresiones. Parecía satisfecha con lo que había comprobado.

- No te hagas ideas erróneas en la cabeza Zoé. _ Guardé silencio por un momento recordando aquel momento en el que la descubrí besandose con aquella estúpida enfermera. Una vez más esa horrible sensación se apoderó de mi_ Ella sale con alguien.

- ¿Cómo estás tan segura?

- Porque yo la vi con mis propios ojos.

Desvíe mi mirada de su celular y se lo entregue. Ella parecía estar decepcionada por la noticia, sin embargo poso una mano en mi hombro y me sonrió.

- Anna me agrada más.

- Ambas son mis amigas. Ambas me agradan.

Tome la manija del auto y baje dando por concluido aquel tema. No quería seguir hablando sobre mis sentimientos con mi hermana mayor pues aunque sabía que sus comentarios no eran malintencionados aún así no quería seguir sintiendo aquella sensación que me hacía querer llorar.

- ¡Gracias por esperarme!

Mi hermana llegó a mi lado casi sin aliento, pues yo no me había percatado de lo mucho que me había alejado y ella se había quedado estacionando el auto.

Antes de ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora