Ella me pertenece.

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Había pasado alrededor de dos semanas desde que nos habían dado la noticia sobre la operación. Sin embargo eso no me había deprimido pues Lucia permanecía a mi lado cada que me sentía mal al recordar lo que inevitablemente pasaría en un par de semanas más.

- ¿Tú flor favorita y la razón por la que es tu favorita?

Justo ahora nos encontrábamos en mi habitación acostadas en mi cama. Su cabeza permanecía recostada en mi pecho y yo me mantenía abrazándola por la cintura.

- Esas es fácil. Los girasoles.

- ¿Por?

- Cuando alguien te los obsequia simboliza el amor y la admiración que te tienen, además de ser una flor muy bonita.

- Para la próxima te daré un ramo enorme de girasoles. _ se alejó de mí pecho para mirarme_ Aunque dudo que exista un ramo tan grande que pueda representar todo el amor y admiración que siento por ti.

Sonreí al sentir sus cálidos labios en mi mejilla.
Últimamente era así; ella venía a casa a pasar tiempo conmigo, platicábamos sobre temas triviales, comíamos cuando mamá nos llamaba, platicaba y bromeaba con mis hermanos y nuevamente volvíamos a mi habitación a estar acostadas durmiendo o simplemente existiendo una a lado de la otra. Era simplemente maravilloso.

- Pero que cursi resultaste ser.

- Silencio. Yo soy un ser llenó de odio y maldad.

La atraje hacia mi nuevamente para que volviéramos a estar en la misma posición de antes. Ella no se opuso, sin embargo está vez escondió su rostro en mi cuello, provocando un cosquilleo inevitable en mi.

- ¿Te quedarás a dormir hoy también?

Negó sin despegar su rostro de mi cuello.

- Debo volver. Llevo días sin ir al hospital.

- Solo han pasado dos días, además estás comiendo bien aquí.

- También lo hago en el hospital, aunque la comida de tu mamá no tiene comparación.

Asentí de acuerdo a lo que dijo.

- ¿Puedo acompañarte?

- Si tú quieres.

Sonreí y la atraje más a mi, como si eso fuera posible. No pueden juzgarme, estaba enamorada y lo único que deseaba era permanecer a su lado a toda costa.

- ¿No te parece un poco extraño esto?

- ¿Que?

Se alejó de mí para poder mirarme.

- Pues parecemos una pareja y aún no lo somos.

Ella se puso rígida y se alejó aún mucho más de mi. Quizás no había sido buena idea tocar ese tema, pero sinceramente comenzaba a desesperarme un poco el no saber que éramos exactamente.

- No creo que sea buen momento para hablar sobre eso.

- ¿Por qué no?

Su expresión cambio a una más relajada, sin embargo apartó sus ojos de mi y tomo asiento a un costado de la cama.

- Quiero darte la oportunidad de que puedas conocerme mejor.

- Creó que eso es algo que ya hacemos.

Guardo silencio por un momento y negó.

- No es momento.

Aparte mi mirada de ella y simplemente asentí.

Antes de ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora