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-Haré lo que pueda, pero dime ¿Y el viejo?... ¿Crees que te dejará irte de la corporación?. -tomando una copa de vino-.

-No te preocupes tengo todo planeado, y al viejo le queda poco tiempo de vida.

-Me das miedo, es tu padre. ¿Estás segura de lo que harás?.

-¿Sólo porqué me dio la vida?, jajajajaja no me hagas reír.

-Pero te estas olvidando de tus hermanos.

-Una está encerrada en prisión, la otra está de mi parte y los dos bastardos no tienen idea de su origen.

-Ten cuidado, creo que no deberías confiar ciegamente en ella.

-Deja de preocuparte cariño, mejor vamos al jacuzzi. -besando sus labios-. Necesitas relajarte.

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Wen Qing aún seguía en la empresa, ya que debía revisar unos papeles para concretar un negocio este fin de semana, pero la verdad es que pensaba en su amigo. Sabía que era muy peligroso estar cerca del castaño; pero era necesario que estuviera conviviendo con Wang Yibo.

Sabía de los alcances de Yibo, incluso sabía el secretito que guardaba a todos, que por un descuido se enteró y aquello le serviría para asegurarse de que su amigo no sea molestado por el castaño.

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Por otro lado, en una cama de hotel, en penumbras se encontraba el pelinegro completamente desnudo, sudoroso. La mirada estaba desenfocada debido al clímax que se avecinaba silenciosamente.

Gemidos y jadeos se escuchaban, acompañado del vaivén rítmico de las embestidas propiciadas por sus manos. En conclusión, se encontraba en plena videollama con su prometido teniendo sexo virtual.

Mientras uno se tocaba lascivamente y hacía ruidos obscenos, el otro se prendía y empezaba a tocarse desenfrenadamente. Todo era una jodida escena erótica digna de alabar, los ruidos obscenos podrían calentar a cualquiera que tuviera oídos y ojos apreciar tal escena.

Ambos amantes habían acordado que un día a la semana hablarían de todo lo que habían hecho, y de vez en cuando tenían sus sesiones ya sea por celular o por videollamada.

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Los meses se hacían eternos y aburridos para los amantes, no podían estar muy lejos, se extrañaban demasiado. Cada día que pasaba era el infierno mismo para el pelinegro.

Era miércoles 8:30 pm y Xiao Zhan salía de la empresa dispuesto a llamar a su prometido, mientras esperaba un taxi, empezó a mandar un mensaje a su prometido. Al levantar la mirada del móvil, detuvo un taxi, pero al instante que iba a subir fue detenido por Wang Yibo, sosteniéndolo del brazo.

-Suélteme Señor Wang.

-Espera, necesitamos hablar y no pienso dejarte ir esta vez.

-Mañana hablamos, debo ir a mi habitación.

-Vamos te llevo.

-¿Me crees idiota?. -soltándose del agarre-. No.

-Por favor Zhan, por los viejos tiempos.

-mirándolo fríamente-. Sigue con lo mismo, entienda de una maldita vez, no tenemos nada de que hablar. Los asuntos por los cuales nos reunimos son laborales y el horario se terminó hace diez minutos.

No le dio tiempo a reaccionar y se subió al taxi. El castaño estaba deprimido y quería sacar su frustración que tenía, decide mandar todo a la mierda, tenía necesidades que satisfacer y sabía quién podía ayudarlo.

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No le tomó más de quince minutos llegar a su destino, un hermoso chico llamado Sebastián estaba esperándolo con una toalla cubriendo solamente la parte baja de su cuerpo.

Sebastián era un chico latino que bailaba en sus tiempos libres, su verdadera profesión era ser dj en un antro conocido en el centro de Beijing. Ambos llegaron a conocerse en su lugar de trabajo, poco a poco empezaron las conversaciones, intercambiaron números y terminaron en una relación clandestina de mutuo acuerdo.

Ambos ante la sociedad eran super machos, tenían sus parejas, pero en algunas noches se entregaban al sexo salvaje y desenfrenado donde sacaban sus verdaderos rostros. Kristal se entero de la existencia de Sebastián, pero no le pareció importante y no lo veía una amenaza; decidió dejarle su juguete sexual por el momento.

El acuerdo que establecieron entre ellos era que cuando uno quisiera desahogarse, se buscaban y al día siguiente ni se saludaban.

-Yibo, que sorpresa.

-No tienes que preguntar o decir nada, vamos al baño, necesitó sacarme la frustración que tengo.

-Ok, sígueme.

Ya en la ducha una vez ahí con el agua cubriendo sus cuerpos empezaron a resonar gemidos y jadeos durante un buen rato.

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Ya habían pasado dos meses del incidente con el castaño y al parecer todo estaba tranquilo, ya no lo perseguían y no lo acorralaba en cualquier oportunidad que tenía.

Por esa parte estaba tranquilo y agradece la consideración que tenía Wang Yibo, pero había algo que empezaba a inquietarse y de un momento a otro se cuestiona muchas cosas. Una de ellas era su relación con Ayanga, ya que durante las llamadas lo sentía distante y aquello le daba mala espina.

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Mientras tanto en Canadá, Ayanga estaba en un conflicto con sus emociones...

Hace unos años Ayanga estaba comprometido con una hermosa mujer llamada Sunny, se conocieron en la secundaria, pero se perdieron el rastro ya que ella tuvo que irse a otro país por su familia.

Después se volvieron a reencontrar en la Universidad, ambos estudiaban medicina y al poco tiempo declararon su amor.

La relación iba de las mil maravillas, eran una pareja muy hermosa, se podía ver que eran felices; pero la vida muchas veces puede dar giros inesperados.

Una mañana de septiembre cuando Ayanga iba a visitar a Sunny a su casa, el padre de la joven dejó que pasará a la casa. Ayanga sabía que su padre no apoyaba la relación de ellos, a pesar de que nunca le dio motivos; pero la verdadera razón era que él Señor Li había dado a su hija en matrimonio al hijo del Señor Cheng.

El matrimonio se había arreglado desde el día en que nacieron, era algo que no podía evitarse ya que el Señor Li le debía prácticamente la vida que tenía al Señor Cheng, pues en cierto tiempo las empresas del Señor Li sufrieron por una malversación de fondos y aquello los llevó prácticamente a hipotecar todo.

Al entrar a la sala, lo que vio lo destrozó tanto que no podía mantenerse de pie, salió corriendo de la casa y no volvió a verla en mucho tiempo, a raíz de ello decidió centrarse en su profesión, pero nunca perdió las esperanzas de volver a enamorarse, hasta que se encontró con Xiao Zhan.

Never Say Good ByeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora