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Una llamada después de horas tranquilizaba el jodido ánimo de Kristal, aquella confirmación tan esperada informaba sobre el accidente de su esposo cuando se encontraba jugando con su pequeño hijo Wang Chung.

Quería festejar como se debía, pero no podía ser muy evidente, ya que todo por lo que peleó durante tantos años podría perderlo en cuestión de minutos. Ahora era el perfecto momento para jugar sus cartas, debía interpretar su mejor papel para ganarse la confianza de Lulú.

Definitivamente la suerte estaba de su lado y debía aprovechar que la oportunidad se le presentaba en bandeja de plata.

-Empecemos el show. -sollozando-.

-Mami, ¿Por qué lloras?. ¿Te duele algo?

-negando-. A Chung. -abrazando a su hijo-. Recibí una noticia hace unos minutos.

-¿Qué pasa Kristal?. Estás pálida. -preguntó Lulú-. ¿Le pasó algo a Yibo?.

-¿Qué le pasó a mi papi?.

-arrodillándose-. Mi pequeño, recuerdas que papi fue a un viaje. -sollozando-.

-Si. -moviendo su cabecita-. ¿Le pasó algo a mi papi?.

-abrazándolo-. Debes ser fuerte A Chung, papá no volverá. Nos cuidara desde el cielo. -Desde el infierno-.

-¡Qué estás diciendo!... -negando-. Debe ser un error. -llorando-. Yibo, no. No puede estar muerto.

Lulú empezó a llorar y no podía creer lo que decía Kristal, debía ser una broma de mal gusto como solían hacer últimamente en estos días.

Hace unos días habían acordado y estaban haciendo planes para viajar con Meng Ziyi y su ahijado para enseñarle los lugares donde viajan sus familias y disfrutaban sus vacaciones de fin de año.

-mirándola-. Está confirmado Lulú, no se que hacer. Estamos solos. ¡Qué será de A Chung sin su padre! ¡Qué hago!. En la empresa se está corriendo el rumor. Debo hacerme cargo del negocio. ¡No puedo dejar a mi hijo solo en estos momentos. -abrazando al pequeño-.

-Tranquila, yo te ayudaré. Si gustas puedo cuidar de mi ahijado y tú te encargas de administrar todo. Así será más fácil. -abrazándola-.

-Al parecer resultó más fácil de lo que pensé... Hice bien en ganarme tu confianza. -Gracias Lulú, no se que haría sin tu ayuda.

-negando-. No tienes porque agradecerme y creo que Yibo estaría tranquilo, además entre nosotras siempre debemos ayudarnos. Tranquila querida, ya no llores.

Todo iba como ella quería, al parecer debía recompensar muy bien a su infiltrado por su excelente trabajo.

Pero no siempre todo lo que planeamos resulta como deseamos. Hubo un detalle que se escapó de sus manos y era descuidar a su amante por centrarse en el negocio y su heredero, algo que no favorecía en nada a Wen Han.

Wen Han sabía que al ritmo en que se movían las cosas, su futuro peligraba y debía asegurar su supervivencia, incluso si eso implicaba traicionar a Kristal.

-Qué desea el joven Wen. Cómo verá estoy en una reunión de negocios. -mirándolo detenidamente-.

-Tengo información sobre la próxima entrega. ¿Creo que le puede interesar señor Feng?.

-Vaya, vaya el perro de Kristal quiere hacer negocios... ¿Será qué quiere traicionarla?. Dónde quedó su lealtad hacia la persona que te ayudó. -jugando con una pieza de ajedrez-.

-sonriendo-. Usted sabe que en este negocio no existe lealtad, cada quién defiende sus intereses.

-Interesante tu respuesta. -sonriendo-. ¡Zan Jin entra!

Never Say Good ByeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora