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Perfecto, su vida estaba bien y no entendía por qué carajos debía ver a esa persona nuevamente, de seguro se iba a dar una limpieza completa con ruda, y visitará a un brujo para que pueda darle talismanes para su protección.

Esto era una jodida broma, ¿Qué diablos hacía Kristal en la sala de reuniones?

Xiao Zhan no va mostrarse sorprendido, aprendió muchas cosas en estos 10 años, que sirvan ahora las clases de actuación en la Universidad, no mostraría debilidad ante nadie, aunque la excepción a la regla sería sólo con Ayanga cuando suplicaba que le dieran hasta desfallecer.

-¿Qué pasó?... ¿Te comieron la lengua los ratones?... jajajajaja es increíble que después de tanto tiempo te encuentre aquí. -ladeando la cabeza-'

-......

-No vas a contestar... en serio piensas que no puedo hacerte nada, no olvides lo que hiciste hace tiempo. ¿De verdad pensaste que me ibas a vencer?. -acercándose al pelinegro-. Piensas quitarme a mi esposo.

Tic toc, justo lo que necesitaba en ese momento... recordarle su triste pasado. ¡Gracias! a quien se le ocurrió esta genial idea. -pensaba el pelinegro-. De seguro saliendo de la reunión irá con el brujo.

-No cambias, ni siquiera debería estar hablando contigo Sra Wang. - mostrando su anillo-. ¿Por qué tendría que quitar algo que nunca me perteneció?, además estoy felizmente comprometido y en unos meses regresaré a Canadá.

Mientras ellos se lanzaban cuchillos con las palabras, alguien escuchaba detrás de la puerta. Una lágrima traicionera se dejaba asomar. Cualquiera que lo viera se daría cuenta que aquella revelación fue demasiado para su corazón anhelante.

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Wang Yibo decide salir a la azotea para tomar un poco de aire, tenía esperanzas de que su Zhan Zhan lo esperará y pedirle una oportunidad para empezar, de todas maneras estaba decidido a librarse de la bruja que tiene por esposa, pero aquello que escuchó, hizo que se volviera en alguien irracional.

Con el temperamento que tenía nada podía salir bien, y aquello fue lo que llevó a tratar mal y lastimar al pelinegro.

Decidido con lo que iba hacer, regresa a donde se encontraba su ahora esposa y su ex amigo, cuando llega solo vislumbro que estaba el pelinegro solo y aquello lo dedujo al escucharlo maldecir, pero no lo había visto directamente.

Al entrar a la oficina se quedó sin palabras, Xiao Zhan se veía muy hermoso, a pesar de los años que pasaron no parecía que hubieran pasado en él. Sus labios eran más apetecibles y esa cintura, quería sostenerla entre sus manos nuevamente y dejar sus huellas en aquella piel tersa y suave.

Mientras seguía fantaseando tontamente, no se percató que el pelinegro estaba molesto por tener que encontrarlo nuevamente.

-¿Qué haces aquí?. -preguntaba el pelinegro-.

-Soy accionista de la empresa Xiao Zhan.

-Entiendo. -dirigiéndose a la puerta-. La reunión aun no comienza.

-tomándole del brazo-. Espera, quiero hablar contigo, y no pienso irme hasta que hablemos. Quedaron varias cosas pendientes sin resolver.

-soltándose de su agarre-. Ya todo fue dicho señor Wang, ¿Acaso tiene mala memoria?. -dicho lo último con ironía-. Usted fue bastante claro al decir que no quería encontrarse nuevamente conmigo.

-Estaba molesto ese día cuando llegaste y encima tratabas de difamar a mi esposa.

-Eso no justifica la manera en como me trataste. Así que no hay nada de que hablar.

Xiao Zhan sentía que debía largarse rápidamente, todas sus alarmas gritaban aléjate, huye. Pero su cuerpo no respondía como deseaba.

De un momento a otro Wang Yibo se acerca peligrosamente, tanto que Xiao Zhan no sabe cómo terminó acorralado en la pared; sus respiraciones se mezclan y los latidos de los corazones se aceleran...

-No todo se dijo ese día Zhan Zhan. -mirando sus labios de forma lasciva- Aún no, sacaste conclusiones sin antes preguntar.

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Un beso apasionado desata los mas ocultos deseos guardados en el fondo del corazón, aquello que siempre anhelaste y pensaste que nunca pasaría se convierte en realidad de una forma precipitada.

Llegas a perder la cordura, tu juicio se nubla completamente, y el sabor de sus labios no ayuda en nada; y si añadimos a la ecuación el deseo y la pasión que emergen como si fuera un jodido volcán en plena actividad que despierta después de tantos años dormido.

Xiao Zhan sabía que estaba en la mismísima gloria y perfectamente jodido.

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El tiempo sigue su curso, y aquella persona que hizo el mayor ridículo de su vida correspondía el beso. Wang Yibo quería gritar de la emoción que sentía en ese momento. No podía dar crédito de lo que estaba pasando en ese momento.

Xiao Zhan correspondía con vehemencia el beso. ¿Qué irónico?, cuando estaba empezando a soltar su pasado de a pocos, regresa de manera inesperada, haciendo que pierda la razón.

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Xiao Zhan estaba confundido con la actitud de Wang Yibo, no podía entender lo que pasaba, se supone que nunca lo quiso y siempre se lo dejó en claro. Pero ahora era todo lo opuesto, la manera en como lo besaba era simplemente perfecta.

Tal vez nunca debió abandonar sus sentimientos y no decir adiós tan rápido, o tal vez debió aferrarse y luchar a pesar de que la situación no pintaba nada bien.

Nunca se sabe que pasará en este juego complicado del amor, algunos ganan otros pierden, pero siempre se aprende.

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Pasaron cerca de tres minutos y ninguno quiso separarse del otro, pero Xiao Zhan se percata de que estaba cediendo ante Wang Yibo, corrección el " Sr Wang". Su conciencia lo trajo a la realidad, como si un jodido balde de agua helada le hubiesen tirado en ese instante.

Xiao Zhan golpea al pequeño amigo del castaño y este, por reflejo suelta al pelinegro. Inmediatamente se retuerce de dolor y cae de rodillas con sus ojos vidriosos. Había olvidado que tenía fuerza a pesar de tener un cuerpo pequeño y de contextura delgada.

-jadeando-. ¿Por qué hiciste esto?

-¡TODAVÍA PREGUNTAS, ERES UN IMBÉCIL WANG YIBO. SI TANTO TE ABURRISTE DE TU ESPOSA, BUSCA A OTRA PERSONA. ¡NO ME JODAS!. -estaba realmente furioso-.

-se incorpora del suelo, con una sonrisa ladina-. No me rechazaste, eso quiere decir que aún sientes algo por mí. -acercándose de manera peligrosa al pelinegro-.

-con la misma mirada de aquella última vez que se vieron habló con determinación-. SEÑOR WANG mida sus palabras, no soy el chico de 19 años con el cual trató hace tiempo. -enseñando su anillo deliberadamente-. ¿Acaso cree que estoy aquí por usted?. -riéndose-. Perdón, pero se equivoca, las personas cambian, al igual que los sentimientos.

Never Say Good ByeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora