Never Say Good Bye

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Al estar sumergidos en sus pensamientos, no se percataron que estaban en las afueras de la ciudad, el lugar era familiar para Victoria, ya que fue ahí donde terminó mal la relación entre ellos.

Xiao Zhan estaba cansado por el viaje y sólo pudo descansar unos minutos, su móvil sonó indicando que alguien había enviado un mensaje.

Al revisar de quien se trataba sonríe, Liu había enviado una foto de Lixue comiendo felizmente pollo frito.

Se le veía súper adorable con sus mejillas hinchadas por comer pollo.

El pelinegro suspiraba, por el momento su pequeña está fuera del perímetro de Wang Yibo.

Estaba pensando en decirle a Liu que cuidará de la pequeña por un tiempo, hasta saber cómo reaccionaría el castaño.

Aún tenía ese mal recuerdo de aquella vez que se reencontraron y no podía olvidar ese toque que hacía estremecer y perder la maldita razón.

De sólo recordar, sintió que su cuerpo se quemaba. Por más que tratara de olvidarlo y odiarlo no podía, pero de algo era consciente y es que por la seguridad de su hija, tendría que actuar pero pensando con cabeza fría.

Por otro lado Victoria se quedó dormida, sabía que nada pasaría si estaba con el pelinegro a su costado, con Xiao Zhan se podría decir que confiaría su vida; pero había cierto detallito que se olvidó y era que estaban con Yun Xi.

Aquel hombre tenía una lengua muy hábil en diferentes ámbitos, por algo era uno de los mejores agentes que podría tener la agencia en los Estados Unidos.

Formaba equipo con dos personas más, un joven hermoso con una actitud juguetona, pero gentil; cuando estaba en el campo de acción se transformaba en otra persona.

Feiyu podía muchas veces ser demasiado mimado y engreído con las personas que no le gustaba, pero podía llegar a ser la persona más adorable y tierna que puedas conocer.

Pensarían que era inmaduro, pero en realidad tenía una mentalidad madura para tener 20 años, la mayoría de las personas lo juzgaba por su apariencia, pero podrías llevarte una gran sorpresa.

La tercer miembro del trío era una hermosa mujer, tenía una cara angelical pero era más letal que un veneno, nadie podía notar o predecir sus movimientos, tenías que ser de su agrado para poder siquiera cruzar palabras con ella.

Era la hermanita menor del grupo, la pequeña Yuri.

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En la mansión, estaba el castaño asimilando todo lo que contó sin ningún tapujo Yunxi.

Recostado en una amplia cama y conectado a un suero, miraba el florero como si fuera lo más interesante en su vida.

Estaba prácticamente en shock, tanto que colapso y tuvieron que llamar al médico porque al saber que su hijo todos estos años no fue producto de una violación, no lo dejaba dormir.

Además, enterarse que el pelinegro siempre le dijo la verdad, incluso no creyó nada y solo le hizo mucho daño.

Era demasiado por asimilar, encima la compañía estaba involucrada en negocios sucios y todo por dejarse llevar del que dirá la gente.

-Soy un imbécil.

-Es bueno que lo reconozca.

-¿Quién eres?.

-Lo siento, me llamo Yubin.

-¿Eres un agente?

-Si.