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El día que nació el pequeño, se enamoró de él a primera vista.

Sintió una conexión que nunca pensó que podría pasar, ya que el día que Wang Yibo la obligó, terminó herida al grado de romper su útero con su bestia, por lo cual nunca podría dar vida.

Aquello la volvía resentida y amargada con la vida...

A los pocos días se entera que Sebastián es uno de los casos especiales y que llevaba la semilla de su esposo. En un primer momento quería matarlo, pero después de pensar con cabeza fría la situación en la que estaba, decidió que usaría al bastardo y haría pasar como su propio hijo.

Wang Yibo no sería capaz de refutar nada, pues él forzó a tener relaciones sexuales hace unas semanas y era inevitable que estuviera embarazada.

Sus dotes de actuación y la lengua afilada que tenía, ayudarían en el proceso.

La oportunidad para calmar las aguas se le presentó en el momento más oportuno.

-Es perfecto. -sostenía en sus brazos al bebé-.

-Quiero verlo, dame a mi hijo. -suplicaba Sebastián-.

-ignoró sus súplicas- Saben que hacer con él, preparen todo para irnos al hospital. -mirando al bebé-. Hola Baobei, soy tu mamá. -sonriendo-.

-¡Es mi hijo y de Yibo!. -gritaba-. ¡Dame a mi hijo!.

-tocándose la cabeza-. Esta perra sigue ladrando, déjala en los calabozos con las hienas. Hoy tendrán un buen festín. -sonriendo maliciosamente-. Después queman el lugar y no olviden desaparecer bien las evidencias, no quiero errores.

-Maldita bruja, nunca serás feliz. Te maldigo y espero que pagues por todo el daño que has hecho.

-mirando desde la puerta sonriendo-. Pues quien se va podrir en el infierno serás tú corazón. Y créeme, maldita zorra, el infierno lo conozco desde hace mucho tiempo.

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Con una copa de vino tinto y un cigarrillo en la otra mano, estaba en la terraza de su mansión, esperando las buenas noticias.

Sabía que podía confiar en su amigo, para este trabajo no involucró a Wen Han, últimamente estaba demasiado blando para su gusto y estaba celoso de Wang Chung.

Wen Han veía al pequeño como su debilidad y en el mundo donde pertenecían, debías cuidarte muy bien las espaldas.

-Dime.

-Ya lo tenemos señora. -envía una foto-.

-Bien, haz que parezca un secuestro y tiralo por algún basurero.

Mirando su copa de vino vacía, suspira por un momento y empieza a reír como desquiciada.

-Maldito, al fin pude deshacerme de tu asquerosa presencia. -sonriendo-. Espero que estés con tu zorra revolcando en el infierno. -caminando por el cuarto. -Hubiera dejado todo como estaba, pero tenías que joderme. Ojo por ojo, diente por diente.

♡▪︎•♤▪︎•♡

En otro lugar Victoria estaba esperando noticias de Yubin, ya habían pasado como 3 horas y aún no se reportaba.

Aquello parecía sospechoso...

-Maldición Yubin, ¿Por qué no contestas?. -estaba molesta-. Liu, necesito que localices su ubicación. ¡Ahora!.

-Si jefa, en estos momentos.

-¿Dónde estás Yubin?. -susurraba-.

Carlos llegó corriendo y herido, tenía el tobillo lastimado y el brazo ensangrentado, se dirige donde se encontraba Victoria, él era quién acompañó a Yubin para completar la misión.

Never Say Good ByeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora