Capítulo 7.Las chicas

59.5K 2.8K 232
                                    

SIENNA

4 AÑOS ANTES

Cuando alguien sonríe en público, solo, sin razón aparente, sin preocuparse por nada, eso solo puede significar una cosa: esa persona está enamorada.

Eso vi cuando me encontré a Emily, mi mejor amiga, sentada junto a la parada del autobús, esperándome, moviendo los pies en el aire. Una sonrisa enorme se dibujaba en su cara.

- ¡Em! — grité para saludarla.

Se volvió, saliendo de su ensoñación, y se puso en pie. Me sonrió, pero era una sonrisa diferente. Una sonrisa más tenue y familiar.

No era la sonrisa enorme que le había visto otras veces.

- Hola, Si — dijo y me dio un abrazo —. ¿Qué hay en la agenda para hoy?

- Una nueva galería que me muero de ganas de ver. ¡Vamos!

Se me ocurrió interrogarla en el camino. Pero le di un poco de tiempo. Al fin y al cabo, el amor no era una gran prioridad en mi vida entonces.

Solo tenía quince años. La Bruma no iba a empezar hasta dentro de un año. No había nada en el mundo que me pudiera preocupar.

Pero eso no significaba que no tuviera curiosidad. Pillamos un atajo en medio de la ciudad y entonces no pude contenerme más.

- ¿Y bien? — dije mirando a Emily —. ¿Tienes algo que compartir, Em?

- ¿Qué? — dijo demasiado rápido—. Yo... no sé a qué te refieres.

Una respuesta poco convincente. Sus mejillas rojas y sus ojos saltones delataban el secreto que escondía.

- Venga, Em — dije dándole un codazo —. Soy yo. Sabes que puedes contarme cualquier cosa.

Emily suspiró, miró al suelo y le dio una patada a una piña. Pero me di cuenta de que iba a ceder. Éramos mejores amigas. No teníamos secretos. ¿Por qué iba Emily a empezar a tener secretos de repente?

- ¿Juras no decírselo a nadie?

- Lo juro por mi vida.

Y lo dije en serio. Los ojos de Emily por fin se encontraron con los míos y vi un atisbo de esa radiante sonrisa que se asomaba por las comisuras de su boca. Apenas podía contenerse.

- ¿Recuerdas que te dije que quería acostarme con alguien antes de empezar con la Bruma?

- Sí — dije —. Para que sea menos brusco, ¿no?

- Sí. Bueno... creo que a lo mejor... he conocido a alguien.

Me paré en seco y los ojos se me salieron de las órbitas mientras tenía a Emily agarrada por el brazo.

- ¡¿Lo dices en serio?! — exclamé —. ¿QUÉ? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Quién? Quiero detalles.

- Te lo contaré todo, Si — Emily se rió — Poco a poco.

Supe, por la mirada de Emily al encontrarme con ella, que había alguien. Pero nunca hubiera esperado que fuera... ese tipo de persona. El tipo de persona con la que perder la virginidad.

- Solo dime una cosa — dije, poniéndome seria —. ¿Estás segura de que es el chico adecuado?

- No — admitió Emily —. Pero es mayor. Tiene más experiencia y eso me gusta. Porque eso significa que al menos uno de nosotros sabrá lo que está haciendo.

Nos reímos un momento y seguimos caminando. Pero yo tenía tantas preguntas.

- Espera. ¿Cómo de mayor, Em?

Lobos milenarios (libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora