—Tengo que admitir que el local se ve muy interesante— comentó la doctora Wu a su lado.
Zhan observó a la mujer, ella parecía estar realmente cómoda en una camioneta camuflajeada de camión repartidor de flores. Ella ni siquiera se intimidaba por las miradas de otros agentes, y ni hablar sobre el hecho de que Haikuan y él no pudieron hacer nada cuando la mujer les anuncio que iría con ellos. Al final se rindieron y Haikuan había permitido participar con la condición que se quedaría con él mientras Zhan actuaba.
— ¿Te va el tema de la dominación? — Preguntó Zhan enarcando una ceja.
—Cariño, soy dominante por naturaleza— ella le guiño un ojo. Zhan rio.
Tenía que admitir que la mujer era un tanto extraña, esa tarde cuando todo sucedió, ella se había mostrado algo nerviosa y porque no decirlo, se había asustado, no podía culparla por ello. Todo habría podido terminar muy mal. Pero ahora actuaba como si estuviera aquí de compras.
—Te recuerdo que esta es una misión policial, no estamos de vacaciones.
—Ya lo sé— Qian le acomodó la chaqueta. —Pero soy tu compañera de misión, ¿Puedo acompañarte si quieres?
Haikuan negó con la cabeza.
—Mejor te quedas aquí, vigila que Haikuan no se meta en más problemas.
—Solo ten cuidado, ¿quieres?
—Claro.
Haikuan le acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja, la situación entre ambos no parecía nada extraña, aunque ninguno había tocado el tema sobre su pequeña discusión de más temprano. Estaban deliberadamente ignorando al elefante blanco dentro de la habitación, además Zhan se sentía culpable por sus palabras, a pesar de no conocer mucho a Qian, ella era buena amiga, se habían convertido en amigos, no sabría decir con certeza en que momento habían cruzado la línea entre la fachada de amistad y la verdadera. Recordaría disculparse con ella más tarde.
No fue muy difícil descifrar el mensaje de Jiaming, al menos eso pensó Zhan mientras se deslizaba con cuidado dentro de "La cueva" . Lo primero que averiguaron fue que la imagen del tigre en la chaqueta de Jiaming, era el logo de una banda de motoristas, que por lo general vagaban por el sur de la ciudad, fue ahí donde pensaron que la señal de los ojos de Jiaming, apuntaba hacia el sur, en una exhaustiva investigación por esta zona, se dieron cuenta de que la banda de motoristas frecuentaba demasiado este club ¿por qué tenía que ser un club BDSM? Haikuan había querido entrar con él, pero no podían arriesgarse a que lo vieran aquí, ya que, era un detective muy conocido.
Nadie conocía a Zhan al menos eso esperaba ya que en sus años de servicio él solo fue uno más de un grupo de operaciones no era un detective criminal reconocido como Haikuan. El fiscal Hu y Haikuan eran personas públicas, tenían tiempo trabajando juntos, Haikuan se encargaba de arrestarlos y el fiscal de procesarlos, eran un buen equipo.
Aun así, Zhan sabía que alrededor del club había otros dos agentes en cubierto que Haikuan había seleccionado. Y a una manzana de distancia Haikuan monitoreaba todo desde un vehículo equipado. Pero eso no lo hacía sentir más seguro. No era que necesitara protección tampoco. Podría no traer su arma consigo, pero era muy bueno en los combates cuerpo a cuerpo. Lo que lo ponía los pelos de punta era las escenas que se estaban desarrollando a su alrededor. Hombres y mujeres medio desnudos, incluso la desnudez era el menor de los problemas, lo que si le molestaba ese aire de... sumisión que a consideración de Zhan llegaba hasta la degradación.
Sexo era sexo y disfrutaba del sexo y de ciertas cosas morbosas. Pero eso de golpes, flagelaciones, humillaciones, no eran lo suyo. Ver algunos hombres de rodillas mendigando como si fueran animales deseosos de caricias era algo aterrador. Zhan amaba el sexo sucio, duro, lascivo, pero esto ya era denigrante. Además, a Zhan no le había quedado otra opción que entrar al club como sumiso, las llaves doradas de Dominante eran para los hombres con mucha plata para gastar. Así que ahí Zhan era la presa. Esto era un terreno desconocido para él. Luchó contra el instinto de arrancarse el collar de cuero amarillo que le habían colocado en el cuello. Zhan no era tímido, pero se sentía demasiado expuesto ahora mismo, estaba deslizándose por el local, solo con sus pantalones, sin zapatos, sin camisa. Debería de agradecer por lo menos utilizar algo de ropa, ya que muchos otros sumisos estaban desnudos y otros utilizaban bellos adornos perturbadores en sus zonas genitales. Zhan tendría pesadillas después de esto.