23.

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Zhan ignoró los silbidos y comentarios burlones y obscenos que los detenidos gritaban, mientras se deslizaba por entre las celdas. Zhan tenía años de no pisar una comisaría local. Ellos trabajaban a otro nivel, pero Haikuan había ideado esta estrategia, había organizado todo para que lo sucedido esa noche no fuera más que una riña de pandillas, de esa forma, Jiaming y sus compañeros no salieran perjudicados, o peor aún la coartada de Jiaming fuera descubierta.

— ¡Eh policía de mierda! mete a esa cosita rica aquí — dijo uno de los detenidos lanzándole besos a Zhan. Tuvo que luchar contra la necesidad de demostrarle al estúpido quien era la cosita rica.

—Cállate o te dejaré otras veinticuatro horas— dijo el policía golpeando los barrotes de la celda. Ese acto no asustó al hombre, ni a ninguno de los otros tipos que seguían con sus absurdos comentarios, pero Zhan no les prestó atención. El policía lo guio hasta la última de las celdas, cuando se detuvieron el hombre lo giró le quito las esposas y de mala manera lo lanzó dentro de la celda.

—No quiero problemas, gusanos— Amenazó el policía antes de marcharse.

Zhan apretó sus muñecas, este policía había hecho una representación de policía malo muy creíble, pero le había ajustado demasiado las esposas.

—Vaya, vaya, vaya — Dijo un hombre con acento muy marcado —Mira lo que nos han traído para cenar, Alfa.

—Tranquilo, Lobo, créeme, si te lo comes, te dará indigestión, es un bocadillo muy problemático— contestó Jiaming desde el rincón. El hombre estaba sentado sobre el catre con las piernas encogidas sobre el colchón y la cabeza recargada contra la pared. El hombre llamado Lobo, estaba en el otro catre, recostado de espaldas con los brazos por encima de su cabeza. Parecía rejalado.

—Problemático ¿eh? — Zhan lentamente giró su cabeza para mirar a Jiaming —Creo que es una forma muy amable de describirlo, dado todos los problemas que te he causado.

Dado que Jiaming no hizo ninguna señal de advertencia, Zhan pudo concluir que no era un problema hablar delante del otro hombre.

—Cierto, eres un fastidio— Jiaming lo miró burlonamente.

— ¿Así que eres el causante de que estemos aquí?— Lobo lo miró con una ceja arqueada —Que sepas que nos debes una grande amigo.

—Lobo...—Interrumpió Jiaming. Los dos hombres intercambiaron miradas, antes de que Lobo gruñera y se girara en el catre mirando la pared.

—Como esteremos aquí un par de horas más, dormiré un rato jefe, así que no te metas en problemas mientras tanto.

Zhan miró al enorme hombre intentar acomodar su corpulento cuerpo en ese catre tan pequeño ¿así que ese era el que cuidaba las espaldas de Jiaming? ¿Era otro policía?

—¿Qué haces aquí? Deberías de estar al lado de tu novio y tu nueva hija, tremendo problema el que tuvieron hoy— Zhan caminó hacia el catre y se sentó al otro lado, imitando la posición de Jiaming.

—No es mi novio, ni mi hija, el hombre tiene prometida.

Jiaming se encogió de hombros.

—Te tomas demasiadas molestias por un hombre que no hace otra cosa que hacerte daño.

—Es algo que haría por cualquiera, soy agente después de todo— contestó Zhan mientras ladeaba la cabeza para mirar a Jiaming, el hombre tenía el pómulo hinchado el labio partido, y parte de la ropa desgarrada.

—No nos engañemos, sabemos que el protocolo es diferente, tú te lanzaste de lleno y pusiste en peligro toda una misión en cubierta al llamarme

Jiaming tenía razón, Zhan lo había puesto en peligro deliberadamente, jamás debió de haber contactado con el hombre y Jiaming tampoco debió de haberse involucrado, aunque el primero en cambiar las cosas fue él al haberse acercado a Haikuan para advertirlo varias semanas atrás. Todos estaban rompiendo las reglas en nombre de la amistad y el compañerismo.

8.Where stories live. Discover now