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Toda la determinación que Zhan acumuló durante el día, lo abandonó cuando abrió la puerta esa noche. Todo el día Zhan estuvo analizando porque sería mala idea abrirle la puerta a Yibo, también pensó en varios insultos que planeaba decirle en cuanto viera su dura cara, además de que se había preguntado cómo era que Yibo sabía dónde vivía.

Todo se fue por el desagüe cuando vio a Wang Yibo en la puerta de su casa vestido casualmente con una camiseta azul oscuro y chaqueta negra de cuero ¿había algo más sexy que eso? La mirada fuerte de Yibo inmediatamente recorrió todo su cuerpo, a pesar de que llevaba unos pantalones cortos y una simple camiseta, Zhan se sintió desnudo. Y como siempre sucedía cuando estaba con Yibo, su cerebro dejaba de pensar y su cuerpo era el que tomaba el control.

Yibo se movió primero y lo estrelló contra la pared y aplastó sus labios juntos. Maldita sea, no esto otra vez. Pero él ya estaba devolviendo el beso y jadeando en la boca de Yibo. El beso fue desordenado y necesitado, Yibo se apretaba contra él como si estuviera tratando de empotrarlo en la pared. Zhan se quejó cuando el beso terminó tan repentinamente como había empezado. Yibo enterró su cara contra el lado de la garganta de Zhan, aspirando profundamente, su cuerpo tenso como infierno.

—Quiero follarte— Yibo chupó con fuerza a un lado de su cuello, sus manos amasaron el culo de Zhan al mismo tiempo que empujaba sus pollas juntas. —Necesito follarte de nuevo.

Zhan cerró los ojos, tratando de pensar, tratando de recordar cómo respirar porque no parecía como si estuviera recibiendo ningún oxígeno en su cerebro y toda su sangre parecía haber sido drenada hacia su polla y su cabeza estaba felizmente vacía. No podía, ni por su propia vida, recordar por qué esto era una mala idea. Zhan se aclaró la garganta y Yibo miró su cara.

"Estoy jodido" Pensó. Toda su cordura lo abandonaba tan solo mirar esos ojos.

Yibo, un hombre duro, idiota, arrogante y orgulloso no mostraba debilidad ante nadie, excepto que Zhan podía ver en sus ojos lo que nadie más podía ver. Yibo se sentía solo. Al igual que él. Sin decir nada Zhan lo tomó la mano, tiró de él dentro, y cerró la puerta. Luego guio a Yibo hacia su habitación.

Su habitación también era pequeña y carente de cualquier mueble de lujo como en la casa de Yibo, pero Zhan no estaba avergonzado por ello, este era su espacio, su refugio, y ahora el hombre que más lo atormentaba estaba ahí, una mala idea sin duda, pero Zhan ya analizaría eso después. Yibo comenzó silenciosamente a desvestirse.

El corazón de Zhan latió más rápido y de hecho podía oír su propia respiración, desigual y temblorosa. Él se quedó quieto y observó el espectáculo, su piel cálida, su polla dura y pesada en sus calzoncillos. Por fin, Yibo quedó desnudo.

Después caminó hacia a la cama y tomó asiento en la orilla. Zhan lo escaneó completamente, en sus encuentros jamás lo vio desnudo del todo, y tenía que admitir que era un espectáculo digno de admirar, las cicatrices de su pierna, pecho, hombro, no restaban en nada el atractivo del abogado, su erección permaneció larga y gruesa.

"Ahora es tu turno" Zhan apartó la mirada, se deslizó fuera de sus pantalones cortos y su camiseta, desnudo caminó hacia Yibo.

Dudó sobre qué hacer a continuación.

—Yo...

Yibo tomó su brazo y lo atrajo hacia a su regazo. Colocó un dedo en sus labios en clara indicación de que no dijera nada, y tenía razón, era mejor no hablar, cada que ellos lo hacían siempre terminaba en una guerra de palabras. El resto fue un borrón de calientes besos, toques, caricias y jadeos. Zhan nunca se había sentido tan fuera del control por el deseo, incapaz de pensar, sin poder hacer otra cosa que sentir y desear.

8.Where stories live. Discover now