Yibo caminó por los pasillos de la agencia de policias, ni siquiera sabría explicar por qué estaba ahí, pero algo en su interior le dijo que tenía que hacerlo, ahora que era más o menos libre de todo este maldito complot político. Su pierna derecha estaba acalambrada, por todo el ejercicio de ese día, se estaba esforzando demasiado ya se lo había advertido el fisioterapeuta.
Pero para Yibo era un gran alivio volver a estar por lo menos sobre sus piernas y no ser una persona inútil en esa silla. Alzó la vista para leer los letreros de las oficinas, a su paso, hombres y mujeres lo veían curiosos, pero no lo detuvieron para preguntarle qué era lo que buscaba o a quien buscaba. Gracias a Hu, había conseguido pase de visita, aunque en recepción había afirmado que buscaba a Liu Haikuan.
Al final del pasillo encontró el letrero que decía "Departamento de Informática" Yibo enderezó sus hombros, e ignorando la forma en que su pulso se había acelerado. Se dirigió hacia ahí.
No había visto a Zhan en tres semanas. Ser testigo protegido apestaba, Penny, su hija y él, habían sido trasladados a una casa de seguridad, prácticamente fue un prisionero de Haikuan. No había visto a Zhan ni una vez. Fue... extraño, en más de una ocasión estuvo tentado a preguntarle a Haikuan la razón de porque él no estaba en la misión, pero Haikuan lo había dejado claro en el hospital, Zhan ya no era necesario, aun así, Yibo pensó tontamente que una vez que el hombre se recuperara iría a verlo... al menos a ver a Lian, su hija lo extrañaba mucho. Y esa mañana en la corte...
Sin llamar a la puerta, Yibo entró, ensayó su rostro con una expresión en blanco, no le costó trabajo encontrar al hombre que buscaba, las oficinas no eran enormes como en las películas o en las series de televisión. Zhan estaba ahí, frente a unos grandes monitores, trabajando y bebiendo café. Zhan, el hombre que lo engañó muy bien al afirmar que era un profesor infantil, pero no resulto ser más que un maldito policía. Yibo sabía que no debería de estar ahí, pero necesitaba averiguar algo. En ese momento Zhan dejó su taza de café y giró la cabeza hacia la puerta, sus miradas se encontraron. Y para consternación e irritación de Yibo, su cuerpo reaccionó de manera muy predecible ante la visión del hombre, igual que esa mañana.
—Te ves horrible —Dijo Zhan saliendo de su aturdimiento.
—Entonces me veo como me siento —dijo Yibo con una sonrisa cansada que se sentía como una mueca. Sabía que tenía círculos oscuros bajo los ojos. La falta de sueño le haría eso a cualquiera. Estaba agotado y privado de sueño, Lian no estaba durmiendo bien por las noches, esas tres semanas no había contratado una niñera, era peligroso, así que como Penny no tenía que ocuparse de la casa como normalmente lo haría, entre los dos se ocuparon de la niña, pero Lian había estado inquieta, obviamente extrañaba demasiado a Zhan. Al menos era lo que afirmaba Penny. Yibo esperaba que con el paso de los días su hija se olvidara de Zhan, ella era demasiado pequeña todavía como para recordarlo por mucho tiempo. "Tú también debes de olvidarlo" dijo su voz interior.
Y el lado racional de Yibo estaba de acuerdo, no debió de haberlo buscado, pero estaba ahí. Esta conversación podría haber sido necesaria, pero venir en persona no lo era. Una simple llamada de teléfono habría bastado, pero Yibo sabía por qué estaba ahí. Era demasiado vergonzoso admitirlo incluso en la privacidad de sus propios pensamientos.
Estaba ahí porque había querido apagar su cerebro y dejar de pensar por un rato, estás tres semanas habían sido agotadoras, entre su hija, el trabajo, prepararse para el juicio, investigar... Yibo necesitaba un respiro, y era vergonzoso para él admitir que solo había logrado apartar su mente de sus obligaciones en las ocasiones donde estuvo con Zhan. Estaba ahí para convencer a su estúpido cerebro que tenía que dejar de desear a un hombre.
—He oído que todo salió bien en la Corte —dijo Zhan levantándose —. El fiscal Hu se ha encargado de procesar al Senador y a sus cómplices, el hombre está agotado —sus ojos seguían enfocados en la cara de Yibo con una mirada intensa. Como de costumbre, llevaba algo casual, su camisa blanca, pantalones negros. Era un hombre desarreglado. Esa forma de vestir no era apropiada, al menos no en los conceptos de Yibo, pero aun así...