Narra Daniela.
Conduje con lágrimas cayendo por mi rostro, me dolía el pecho, sentí una presión intensa por lo que acababa de suceder, no lograba entender por qué Gabriela se comporta conmigo de esa manera, casi como si ya no me amara.
Mis sollozos cada vez eran más fuertes, mi cuerpo comenzó a temblar y decidí detener el auto para no sufrir un accidente. Estaba dolida y enojada, pero también me preocupaba el hecho de haberla dejado ahí sola, sé que no está completamente sola pero no estoy para protegerla.
Golpee el volante con coraje, y limpie las lagrimas de mi rostro, solo para ser sustituidas por más. No podía parar de llorar, ni siquiera recuerdo la última vez que me sentí tan mal. Mi cabeza empezó a dar vueltas, empecé a sentir pesadez y mareo.
-Maldita sea!- grite volviendo a golpear el volante
La droga estaba haciendo efecto, ahora no solo me sentía una mierda emocionalmente, también me estaba sintiendo drogada. No debí fumar eso, yo lo sabía, pero estaba tan furiosa por ver a mi novia dejando que alguien más la toque cuando a mi me ha estado evitando, me dolía.
Mi teléfono comenzó a sonar, vi en la pantalla el nombre de Gabriela, no quería contestar, no estaba lista, ella me lastimó. Pero pensar en que algo pudiera pasarle hizo que respondiera a su llamada.
-Daniela, ¿Dónde estás?- sonaba preocupada y por el ruido alrededor supuse que seguía donde la deje
-En mi auto- contesté con la voz ronca por tanto llorar
-Sí, pero ¿dónde?
-No lo sé
-¿Cómo que no lo sabes? dime dónde estás por favor
-Estoy en mi auto, no sé dónde, solo me estacioné en algún lugar porque me siento mal- dije tratando de calmar la ansiedad que me estaba comenzando
-Quédate ahí, mándame tu ubicación y voy para allá, no conduzcas así
-No vengas, ¿tienes quien te lleve a tu casa?- pregunté queriendo colgar pero no sin antes asegurarme de que la llevarían
-No me iré a mi casa, voy por ti, mándame tu ubicación
-No, necesito estar sola- dije, las lágrimas volvieron a salir y mi cuerpo empezó a temblar
-Cariño, lo siento- dijo ella tras escucharme –no debí reaccionar así, déjame ir a verte
-No lo entiendo Gabriela, no entiendo por qué me estás haciendo esto, yo te amo y tu me estás apartando
-No es así- dijo con voz desesperada –lo hablaremos, solo necesito saber dónde estás
-Me iré a casa, ve a la tuya, hablamos después
Dicho eso colgué el teléfono, esperé un poco a calmarme y encendí el auto. Gabriela seguía llamando pero ignoré el celular y conduje tratando de concentrarme en mi camino, aún estaba mareada y no quería chocar.
Narra Gabriela.
Tras intentar unas cuantas veces más contactar a Daniela supe que no respondería. Le pedí a Val que me lleve a casa y nos pusimos en camino. Ella se veía algo incómoda por la situación, pero estaba tratando de no opinar.
-Debería ir a su casa- dije en voz alta –me preocupa que algo le pase
-Ella estará bien- dijo Val –necesita espacio, eso es lo que te dijo ¿no?
-La abofetee- dije con una lágrima bajando por mi mejilla –nunca había hecho algo así, ella no se lo merece
-¿Por qué lo hiciste entonces?- preguntó tratando de entenderme
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Cumpliendo sus Fantasías Sexuales
RomanceGabriela era una chica ordinaria, de familia conservadora y un novio tradicional. Toda su vida ha hecho las cosas como sus padres y la sociedad le han inculcado, sin romper reglas ni meterse en problemas. Pero eso cambió el día que conoció a Daniela...