Capítulo 29

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Narra Gabriela.

Después de la cena de ayer y el compromiso subí a mi habitación y lloré hasta quedarme dormida. Me sentía estúpida por haber aceptado casarme con Alan cuando aún no me sentía lista para hacerlo y no estaba segura de querer hacerlo con él.

Terminé de vestirme para la escuela y al verme al espejo noté que tenía los ojos un poco inchados por tanto llorar, me puse mis anteojos y bajé las escaleras para ponerme en camino, no alcanzaba a desayunar y tampoco tenía apetito así que solo tome una manzana y sali de casa.

Al llegar a la escuela no tenía ganas de entrar a la clase, así que en su lugar opté por irme a la biblioteca y me senté en la parte tracera donde casi nadie iba y menos en horas de clase y me puse mis audiofonos antes de abrir mi libro y comenzar a leer. La lectura no estaba entrando bien en mi cabeza ya que tenía demasiado en la mente como para poder poner atención.

Después de un largo rato intentando leer miré mi reloj y vi que apenas había pasado una hora desde que llegué. Saqué mi celular de la mochila y tenía algunos mensajes, un par de Alan que no quise leer en ese momento y mejor abrí la conversación con Daniela quien me había escrito unos mensajes esa mañana.

Daniela: Hola

Daniela: Te parece si almorzamos juntas hoy?

Daniela: a menos que estés ocupada

Miré la conversación y sin pensarlo decidí responderle

Yo: Hola, hoy no me siento de ánimos para nada

Yo: Ni siquiera entré a clase

Unos minutos después ella respondió:

Daniela: Qué tienes? ¿quieres hablar?

Yo: No es nada

Daniela: Dónde estás?

Yo: En la biblioteca

Daniela: Ok

Leí el mensaje esperando a lo demás que fuera a escribir pero al ver que no puso nada más, volví a guardar mi teléfono y regresé mi atención a la lectura. Por fin me estaba concentrando cuando escuché unos pasos y sentí a alguien sentarse a mi lado. Quité la vista del libro y al voltear encontre a Daniela sonriendo. La sonrisa desaparecio en el momento que voltee

-¿Qué ocurre?- preguntó preocupada

-Nada

-Gabriela estuviste llorando, tienes los ojos inchados y rojos

-Es, no fue nada, es algo de ayer- dije bajando la mirada

-Gabriela, ¿qué paso? puedes decirme- ella se acercó más a mi y puso su mano en la pierna en señal de apoyo

-Es algo relacionado con Alan- dije evadiendo el tema ya que no sabía como se tomaría la noticia

-¿Qué te hizo?- ella parecia molesta

-No, tranquila no me hizo nada

-Claro que hizo algo, de otra forma no estarías llorando

-Es sólo que...- la miré –él me dijo que me tenía una sorpresa

-Ajá y ¿qué paso?- preguntó al ver que tardaba en continuar

-Llevó a su familia a cenar a mi casa anoche

-Okay...

-Y bueno, él me pidió matrimonio- concluí. Daniela guardo silencio unos segundos hasta que volvió a hablar

-Y él se molestó porque te negaste? o aceptaste?

-Yo...acepté- le mostré mi mano con el anillo

Ella se quedó callada, tomo mi mano y observó el anillo como si esperara a que desapareciera de mi dedo. Después solo se apartó un poco y se recostó en el respaldo de sillon en que estabamos sentadas

Cumpliendo sus Fantasías SexualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora