Capítulo 61

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Narra Daniela.

Llegué a casa de Gabriela ya que me invitó a cenar, llevaba días sin ir a su casa para descansar un poco de tanta atención que me daban ella y su madre tras la operación. Pero creo que ya entendieron que estoy bien y que necesito que dejen de querer cuidarme tanto.

-Hola amor- dijo Gabriela recibiéndome en la puerta con un beso –Pasa

Entramos y cerró la puerta caminando hacia la cocina, la seguí sentándome en un banquito frente a la barra. Ella estaba ayudando a su madre a preparar una ensalada para acompañar la cena. Me sonrió cuando notó que la estaba observando.

-¿Qué harás éstas vacaciones?- le pregunté

-Pues nada realmente, mi padre se está poniendo al corriente en su trabajo por lo que no podrá tomarse unos días, no haremos nada

-¿Te gustaría ir a un sitio conmigo?

-¿Un sitio? ¿a dónde?- preguntó interesada

-Quiero ir a ver a mis papás- dije notando la expresión de sorpresa

-Hablas de ir a...

-Al cementerio donde están, no he ido en años y quisiera aprovechar las vacaciones para viajar a mi antigua casa y arreglar unos detalles e ir a verlos

-¿Cuándo iríamos?

-¿Eso es un sí?

-Por supuesto, será un placer- dijo ella sonriendo

-Nos podemos ir el sábado- dije viendo alrededor en busca de donde estaban sus padres –claro que primero tienes que hablarlo con tus padres

-Sí, pero no creo que se nieguen, voy contigo- dijo ella como si eso significara que nada puede pasarle estando conmigo, y bueno, eso no lo sabemos pero si sabemos que yo haría lo que fuera para protegerla

-Bueno, ahorita que cenemos les preguntas- dije esperando que digan que sí

Cenamos y cuando la madre de Gabriela servía el postre les hablo de mis planes, y que quería acompañarme. Sus padres lo pensaron unos segundos pero al final aceptaron, haciéndonos prometer que tendríamos cuidado y que todos los días ella les llamaría para hacerles saber que estaba bien.

-Bueno, vamos a mi habitación, tengo que hacer la maleta- dijo Gabriela una vez que terminamos de convencer a sus padres de que estaría bien

-Aún faltan dos días- dijo su madre –podrías hacerlo mañana

-No, siempre es bueno hacer las cosas con tiempo- contestó ella tomándome de la mano y llevándome con ella a su cuarto

-¿Por qué la prisa?- pregunté cuando entramos y cerró la puerta –tu madre tiene razón, mañana la puedes hacer

-No tengo prisa por la maleta- dijo acercándose a mí –no nos vimos en dos días, te extrañé

-También te extrañé- dije abrazándola por la cintura y besando sus labios

-¿Será malo que me esté volviendo tan dependiente a ti? Paso un día sin verte y ya siento que fue una semana

-No, no creo que sea malo, me pasa lo mismo- contesté empujándola hacia su cama –crees que tu madre venga en la próxima hora?

-Espero que no- dijo besándome con deseo

Sonreí entre el beso y le desabroche la blusa descubriendo su bello abdomen, después le quité el brasier y pude degustar sus hermosos pechos

Cumpliendo sus Fantasías SexualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora