Narra Daniela.
Estaba a punto de escribirle un correo a Gabriela cuando en mi pantalla apareció su nombre, al parecer me estaba llamando, eso me sorprendió pero reaccioné y contesté.
-Hola- dije emocionada sabiendo que escucharía su voz después de tantos días
-Daniela- y bueno, no esperaba que fuera la voz de su madre la que escuchara
-Señora Montes, digame- me preocupé un poco de que fuera ella quien me estuviera hablando
-Escucha Daniela, no mentiré diciendo que estoy de acuerdo con lo que tienes con mi hija, pero quiero apoyarla, y si su desición es estar contigo, tendré que respetarla
-Señora, yo solo quiero que sepa que amo a Gabriela y que lo último que quiero es que ella tenga problemas con su familia por mi, sé lo importante que son ustedes para ella
-Y mi hija es lo más importante que tengo, por eso no pienso perderla por orgullo
-Es bueno escuchar eso- dije sintiendome feliz por Gabriela, sabía que lo que ella más desea es la aceptación de sus padres, por lo que seguro está contenta ahora que su madre lo aceptó
-Mi esposo llegará a las ocho, si vienes temprano puedes verla, pero deberás irte antes de que llegue
-¿De verdad? eso sería increible, muchas gracias
-No agradezcas, solo quiero la felicidad de mi hija
-Yo igual
Después de colgar no pude evitar sonreír de la felicidad, por fin podré ir a ver a Gabriela, la extraño tanto que solo deseo poder abrazarla y quedarme horas así con ella
Narra Gabriela.
Tras hablar con mi madre me sentí más tranquila, ella al fin lo había aceptado. Asi que después de eso tome una ducha y al parecer me quede dormida, hoy al despertar vi que ya había amanecido. Me vestí y sali de mi habitación, estaba lista para volver a vivir, hoy era domingo por lo que no había clases pero estaba lista para volver al día siguiente.
Mi madre estaba en la cocina, le sonreí y ella me regresó la sonrisa, noté en su rostro que había regresado, la mujer de antes, quien me amaba y apoyaba.
-¿Cómo estás hija?- preguntó sirviendo dos tazas de café
-Bien, gracias- tomé la taza de sus manos -¿y papá?
-Salio de viaje, regresa hoy mismo, en la noche, algo del trabajo
-¿En domingo?
-Pues sí- dijo mi madre dirigiendose a la puerta al escuchar que tocaban
-¿Preparaste desayuno?-pregunté pero ella ya había desaparecido de mi vista rumbo a la puerta
Reviste en la estufa y había un par de sartenes con comida, en uno chilaquiles y en el otro huevo con jamón
-Sí, acabo de cocinar para que desayunemos juntas- dijo mi madre regresando con Daniela tras ella
Al ver a Daniela casi caigo de nalgas, a caso estaba imaginandolo o mi madre estaba ahí con Daniela a su lado y no le estaba gritando y corriendo, de hecho no se veía extrañada de verla ahí
-Hola- dijo Daniela sonriendo y saludando con la mano, en la otra traía un pequeño ramo de rosas
-¿Qué haces aquí?- pregunté sonriendo y acercandome a saludar
Ella me dio un abrazo y me entregó el ramo, nos contuvimos para no besarnos ahí frente a mi madre, no por ocultarnos ya que ahora ella lo sabe, pero al menos quiero evitar hacerla sentir incomoda, más ahora que cuento con su apoyo, ¿para qué presionarla?
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Cumpliendo sus Fantasías Sexuales
RomanceGabriela era una chica ordinaria, de familia conservadora y un novio tradicional. Toda su vida ha hecho las cosas como sus padres y la sociedad le han inculcado, sin romper reglas ni meterse en problemas. Pero eso cambió el día que conoció a Daniela...