Narra Daniela.
Cuando llegamos al aeopuerto nos reagrupamos con el entrenador y el resto de las chicas para ser todos trasladados al hotel en que nos quedariamos. El entrenador nos informo que las recamaras serian compartidas por grupos de cuatro, ya que las chicas eran 12 quedaron en tres recamaras, el entrenador y su ayudante compartirian una y nosotras dos compartiriamos otra habitación, solas.
Cuando llegamos al hotel, ya estabamos pre-registrados así que solo tuvimos que esperar unos minutos para ser llevados a nuestras habitaciones. La mayoría estaban en el quinto piso, sólo la habitación de nosotras estaba en el segundo ya que era una habitación más pequeña.
Nos despedimos de las chicas y el entrenador, quien nos pidio nuestro número de teléfono para avisarnos más tarde a qué hora debiamos estar listas, y una vez que le di mi número nos separamos y fuimos a nuestro cuarto.
El lugar era bastante amplio, a pesar de sólo tener una cama, también contaba con un pequeño sofa y un meble con la televisión. La vista no era la mejor, pero a quien le importaba la vista exterior cuando tenia ahí a mi lado la mejor vista que pudiera pedir.
Deje mi maleta junto a la cama, me aseguré de que la puerta estaba cerrada y fui a encontrarme con Gabriela quien iba saliendo de revisar el baño
-Lista para pagar tu deuda?
Gabriela sonrio y asintió mietras se quitaba la blusa lentamente. La observé y desidí dejarla hacer el trabajo completo mientras yo disfrutaba del espectaculo.
Me recosté en la cama obervando mientras ella se acercaba lentamente con sexys movimientos de cadera, mientras que utilizaba sus manos para despojarse de su ropa. Una vez que quedó en ropa interior, se subio a la cama y avanzó hacia donde yo me encontraba colocandose a horcajadas sobre mi.
Sonreí al verla tomar la iniciativa, ella era tan sexy cuando se lo proponia, es como si derrepente pasara de ser la chica buena para convertirse en la chica coqueta que sabe perfectamente como volverte loca. Ella me miró a lo ojos y sonrió.
-¿Lista para recibir tu pago?
-Siempre estoy lista- contesté llevando mis manos hasta sus pechos
Ella se desbrochó el broche del brasier, lanzandolo en el aire lejos de nosotras. Pude sostener sus firmes pechos sin la tela entremedio estorbando y comencé a acariciarlos, me levante un poco de la cama para alcanzar a colocar uno de sus pezones en mi boca. Ella se estremeció al senir el contacto de mis labios con su suave piel.
Comenzó a moverse con sensualidad sobre mi ingle, haciendome sentir escalofrio entre mis piernas. Sabía perfectamente lo que estaba provocando y yo podía sentir la humedad apareciendo en mi centro. Llevé mis manos a sus caderas para apretarla más a mi, ella seguia jugando con su cuerpo sobre el mio, llevandome a lo maximo del placer. Le pedí que no parara y ella incrementó la velocidad de sus movimientos, podía notar por su rostro que estaba ocurriendo lo mismo entre sus piernas.
Sus jadeos eran cada vez más altos, su voz se entrecortaba mientras la velocidad seguia en aumento, ella me miro a los ojos justo cuando estaba a punto de correrse, sonreí al verla tan extaciada y sorojada. Una vez que terminó ella se bajo de mi y me quitó las bragas colocandose entre mis piernas para saborear los liquidos recien expulsados de mi cuerpo.
Usó su lengua para continuar dandome placer, sus movimientos eran sensuales pero firmes. Se hacia notar la experiencia que estaba obteniendo con cada encuentro sexual.
Narra Gabriela.
Miré a Daniela recostada junto a mi y sonreí, ella se veía cansada y feliz lo que significa que hice un buen trabajo. Tambien me encontraba agotada pues esas fueron dos horas muy intensas de orgasmos y placer. Daniela me vio observandola y sonrió
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Cumpliendo sus Fantasías Sexuales
RomanceGabriela era una chica ordinaria, de familia conservadora y un novio tradicional. Toda su vida ha hecho las cosas como sus padres y la sociedad le han inculcado, sin romper reglas ni meterse en problemas. Pero eso cambió el día que conoció a Daniela...