Capítulo 16 - INCOMODIDAD

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Elora salió de la habitación con una enorme sonrisa dibujada.

-Acá hay vino, pero como no sabía que cocinaría mi amigo, traje distintos- explicó Mateo luego de dejar un cesto de mimbre con varias botellas dentro.

-Con todo esto podes emborrachar a un batallón- riendo expuso Paul.

-¿Vinieron juntos?- Airlia.

-Nos encontramos en la acera- explicó el canoso.

Volvió a sonar el timbre.

-Creo que nunca tuve tantos invitados en mi casa- mientras abría la puerta anunciaba Adara.

-Hola a todos- Richard con su sonrisa amable.

-Buenas noches- Anna agregó con dulzura.

-No me digan que también trajeron bebida porque abrimos una cantina- bromeó Paul viendo las bolsas que traían los más jóvenes del grupo.

-En realidad trajimos gelatto y tiramisú de postre- explicó la asistente mostrando las bolsas –Creo que esto le gusta a todos-

-Ven, dejémoslo en la heladera o tomaremos sopa fría de postre- bromeando pronunció Adara.

Esa expresión relajada de su jefa le sorprendió a Anna y lo agradeció internamente.

-¿Ustedes dos vinieron juntos?- indagó Mateo a Rick con una expresión que quiso disimular con su sonrisa pero que era de molestia.

-Sí, trabajamos mucho juntos así que es normal que nos hayamos puesto de acuerdo ¿No?- respondió su asistente quitándose el saco largo y sin darle ninguna importancia al tema.

Elora sonreía ocultando su tristeza y les indicaba al resto donde colocar sus abrigos.

Mientras la noche fue pasando, el vino y la buena comida ayudaron a que todos se relajaran; pero se sentía cierta tensión en el ambiente que no podía quitarse aunque todos disimularan bien.

Airlia observaba con detenimiento a los demás y entendía con claridad lo que sucedía, pero no diría nada por ahora, a menos que fuese extremadamente necesario, ella no se metería en asuntos ajenos... todavía tenía mucho por resolver en su propia vida como para ocuparse del resto, además todos eran ya adultos y debían arreglar sus propias cuestiones.

Bromearon y rieron olvidándose por un momento sus propios temas y disfrutaron la compañía de amigos sinceros.

Al finalizar la cena, Anna comenzó a llevar los platos a la cocina para lavarlos mientras el resto comenzaba a juntar la demás vajilla.

Leo desde el living fue acercándose a la cocina para buscar otra botella de vino y notó que su amigo estaba demasiado cerca de la asistente mientras ella tomaba un tono rojo en sus blancas mejillas.

El chef sabía lo que significaba esa sonrisa de lobo que hacía su hermano y no dudó en intervenir.

-Deja lo que quieras hacer para después- dijo con molestia detrás de su amigo.

En ese momento y con disimulo, Anna se dirigió al baño.

-No provoques problemas- entre dientes dijo el chef.

El otro se dio vuelta y mostró su amplia sonrisa.

-No sé de qué estás hablando- yéndose al living.

Leo lo persiguió y a mitad de camino lo tomó del brazo.

-No compliques las cosas, Elora es una buena persona y esa chica, Anna, se nota que es inocente para que andes coqueteándole así- pronunció con el tono más bajo que pudo conseguir mostrando en sus ojos el enojo -Nunca me he metido en tus asuntos, pero estamos en un grupo de amigos y además sé que indirectamente afectará mi relación con Adara-

-Como dijiste, son mis asuntos- soltándose del agarre con disgusto -Yo no me meto en tu vida y aunque seamos amigos no tienes derecho a decirme que hacer- susurrando para que los demás no escucharan –Y en realidad lo único que te importa no es lo que le pueda pasar a tu "hermano" sino que no se compliquen tus cosas- recalcando en el tono la relación entre ambos.

-¿Sucede algo?- Adara acercándose al notar las chipas entre esos dos.

-No es nada principessa- respondió Leo con una sonrisa obligada.

Mateo antes de continuar su camino le dirigió a su amigo una mirada de advertencia que el otro correspondió de igual manera.

Para la hotelera no pasó desapercibido ese disgusto entre amigos, pero prefirió no decir nada.

-¿Qué harás luego de que todos se vayan?- le preguntó la empresaria tomando disimuladamente la mano del chef y mordiéndose suavemente el labio inferior.

Esa actitud de ella le pareció tierna y muy seductora al mismo tiempo.

-Me encantaría mantenernos toda la noche despiertos pero ahora tienes inquilina- susurró sobre el oído de ella para terminar mordiendo su lóbulo.

-Creí que me invitarías a tu casa... pero parece que no quieras que la conozca ¿Qué escondes?- comentó frunciendo el ceño.

Si había algo que ella ya no permitía era que le ocultaran cosas, mucho menos sentirse insegura, por lo que era directa en cada palabra no dando lugar a dudas.

-Absolutamente nada, como siempre terminamos aquí no se me ocurrió- dándole un corto beso en la frente -Entonces después vamos a mi departamento... no es como si estuviera tan lejos, recuerda que somos vecinos- divertido.

-Bien, voy a conocer tu casa- sentenció.

-Y no creas que me olvidé que tenemos una charla pendiente...- terminó diciendo Leo antes de guiñarle un ojo e irse donde estaban los demás.

Los dos italianos no volvieron a dirigirse la mirada, Adara atendía a los demás mientras Elora la ayudaba.

Anna hablaba con todos mucho más animada de lo que era antes aunque evitaba hacerlo con Mateo y le brindaba más atención a Rick, cosa que estaba molestando cada vez más al empresario.

El canoso y la señora cruzaban miradas y sonreían con picardía entendiendo sin decir palabras todo lo que ocurría con los jóvenes.

Después de disfrutar el postre y dejar poco vino, Mateo se ofreció a llevar a Elora y Rick a Anna; Adara se abrigó y salió caminando con Leo mientras Paul se quedó bebiendo y conversando un poco más con Airlia.

HOTEL PASSIONE - LA JEFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora