Capítulo 24 - PROVOCACIÓN

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Así pasaron varios días, donde amigos y familia iban y venían del hogar de Arada; cuidándola y pasando el tiempo.

Leo tuvo que volver al trabajo aunque prácticamente no pisaba su departamento ya que cuando no estaba en el hotel, se quedaba junto a la empresaria.

Adara luego de un gran escándalo, desistió de volver a la oficina del hotel por el momento, pero con la condición que trabajara desde su casa; así que poco a poco le daban las novedades del negocio y Anna se convirtió en su aliada para tener ojos y oídos por donde fuese.

Se sentía fracasada y enojada; encerrada y sin poder ser la dueña de su propia vida.

Según ella, hacía muchos años atrás había pasado por cosas peores que las de ahora y había salido; no podía permitirse y permitirles a los demás que de nuevo tomaran el control sobre ella y no pudiera tomar sus propias decisiones.

Odiaba con todo su ser a John, porque estaba segura que había sido él; pero no tanto por el disparo, sino porque de nuevo tenía el control, otra vez le producía miedo y otra vez hacía lo que se le antojaba con ella.

...Un par de semanas después...

Un taxi paraba delante de la hermosa entrada del hotel y una empoderada mujer bajaba de él.

(En idioma italiano)

-¡Señorita Makridis! ¡Qué felicidad tenerla de nuevo aquí!- expresó el botones al abrir la puerta –No sabíamos que volvería hoy o le hubiésemos preparado una bienvenida-

Enfundada en un elegante y fino traje color borgoña, un suave maquillaje que resaltaba sus ojos, el pelo recogido en un moño alto y zapatos sin taco; bajó demostrando su imponente fama profesional, la empresaria exitosa estaba de vuelta y le demostraría al mundo que no se dejaría vencer.

Los papparazzis que la habían perseguido en moto desde su departamento o los que aún se encontraban haciendo guardia en la calle del lugar, no tardaron en comenzar a disparar flashes, mientras que los periodistas con sus teléfonos o grabadoras gritaban todo tipo de preguntas con respecto a lo sucedido.

-Gracias Jaime- sonriendo con amabilidad mientras que caminaba despacio a la entrada.

Aunque no lo demostraba en absoluto, la herida dolía dependiendo de cómo se moviera su cuerpo.

-¿Se acuerda mi nombre?- sorprendido.

-Por supuesto, sin ustedes, mi bebé no saldría adelante- sonriendo y apoyando su mano en el hombro del muchacho.

Se giró sobre su eje y reveló sus blancos dientes en una expresión suave; se mostró como siempre, amable y paciente.

-Muchas gracias a todos por estar tan pendientes de mí- comenzó a decir y todos a su alrededor se abarrotaron para no perder ni una palabra.

Uno de ellos se acercó tanto que casi la golpea en la cara con su micrófono.

Al ver esto, los guardias de seguridad del hotel corrieron a colocarse delante para darle espacio.

-Entiendo que es su trabajo, pero por favor no me hagan caer o mis doctores me tirarán las orejas y no me dejarán salir de casa por meses- sonriendo tranquila y provocando la risa de varios, además de que se acomodaran un par de pasos más atrás sin molestarla.

Esa mujer poseía un aura que provocaba que toda persona a su alrededor sintiera empatía y respeto, era grande su fama de exigente pero más aún la de justa y respetuosa; todos sabían que por ella siempre serían tratados equitativamente y eso provocaba que le fuese casi imposible a alguien caerle mal... aunque por obviedad siempre hay excepciones a la regla.

HOTEL PASSIONE - LA JEFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora