T02C06

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Grace apretó su labio inferior entre sus dientes y jadeó con fuerza cuando vio los ojos de Harry ver en su dirección. Estos parecían transparentes aunque se veían de un verde mucho más intenso.

Este estaba estoico junto a ella mientras que sentía su mano cubrir completamente su pecho y apretarlo suavemente.

Cualquier acción se sentía completamente sexual incluso las respiraciones de ambos que se habían comenzado a agitar.

- ¿Te duele? - Harry pregunto en voz baja al ver cómo está retenia el aire.

- No.- Negó de inmediato.- Solo... estoy sensible.- Estiró su mano y acarició la mejilla de Harry que se recargó en ella en busca de una nueva caricia.- Y tu mano está algo fría.

- Lo siento, pero estos días se me ha hecho casi imposible mantener el calor.- Recién iban a comenzar a entrar a un invierno que parecía amenazar con ser el más frío desde la última década.- Lo siento.- Murmuro entre dientes.

- No pasa nada.

Harry asintió con la cabeza y deslizó su mano suavemente hasta posarla en su vientre ¿Como se vería con esa pequeña barriga abultada? No se lo podía imaginar, era tan delgada y pequeña que pensaba que no era capaz de sostener una vida dentro. Tenía un aura que la hacía ver completamente vulnerable a sus ojos aunque también pensaba que no era así del todo.

Ya que a sus ojos era la persona más valiente que había conocido y claramente la más tozuda.

Aunque no sabía que ella pensaba exactamente lo mismo de él.

Harry sintió una gota sobre su mano y vio que se trataba del líquido con el que se alimentaba su bebé y subió la mirada hasta el rostro de Grace que se encontraba agitada y muy sonrojada.

- Alimentar a Becca gracias a Dios no ha sido un problema, produzco tanta leche materna que incluso comienza a caer por sí sola a mares cuando paso mucho tiempo sin alimentarla, incluso he tenido que asistir a un centro médico en una par de ocasiones debido a la mastitis.

- Eso debe ser muy doloroso.

- Lo es, pero gracias a los analgésicos y antibióticos pasa rápido.- Antes de ser madre nunca había oído a nadie hablar sobre las dolencias y soledad que acarreaba la maternidad.- Pero si me preguntas, vale totalmente la pena.- Sonrió siendo completamente sincera con sus palabras aunque pensaba que quizás la experiencia era mucho mejor si se estaba bien acompañada y no con tanto dolor, y el miedo que había sentido al encontrarse sola.

- Eres una madre maravillosa.

- Gracias.- Río. Se sentía inesperadamente bien escucharlo y de corazón esperaba que siguiera siéndolo.

La maternidad había hecho de ella una persona mucho más madura, más amable y claramente mucho más sensata. Y eso estaba bien, le había bastado a Grace un par de noches en vela con el llanto de una bebé con cólicos para poder ambos pies sobre la tierra y nunca más despegarlos.

- Grace...

- Ajam? - Esta volvió a bajar la mirada y sonrió al ver como él ojiverde sostenía su mano sobre su propia mejilla cuando esta hizo un ademán para retírala.

- Me gusta cuando me tocas.- Dijo sincero alejándose unos centímetros. Aunque no la recordaba sentirla cerca hacía que su corazón se agitara.

- Y a mi también me gusta cuando me tocas.- Río.

Era divertido verlo actuar como un niño sonrojado.

Harry no supo que decir en ese momento así que sólo volvió a embarrar sus dedos con aquella crema de olor un tanto extraño y con mucho cuidado y con la mano un tanto temblorosa acercó sus dedos al pecho de la rubia dejando a su paso una pequeña capa de la viscosa mezcla alrededor de la aureola del pezon, enfocándose en las partes donde la piel se veía mucho más irritada.

Ninguno de los dos dijo algo, y no hacían faltas las palabras, así que ambos se quedaron en casi un completo silencio que se estaba volviendo cómodo, solo se podía escuchar las respiraciones agitadas de ambos y de vez en cuando sus miradas parecían conectar.

Grace apretó suavemente sus labios y sin querer dejó salir un pequeño pero profundo suspiro cuando sus pulmones le exigieron algo de oxígeno, había retenido la respiración sin darse cuenta.

- ¿Te lastime? - Harry retrocedió un poco e intentó ponerse de pie pero un devastador dolor lo invadió haciendo que se tambaleara.

- No, estoy bien.- Grace murmuro y actúo rápido sosteniéndolo para que este no cayera hacia atrás.- ¿Tu estás bien? - Lo ayudó a sentarse y miró su rostro desde un poco más cerca notando que de un momento a otro se había tornado completamente pálido.- ¿Necesitas medicina?

- No.- Negó de inmediato. El dolor era tan grande que si no fuera porque Becca dormía unos centímetros más alejados hubiera comenzado a gritar.

Si se ponía el parche de morfina iba a estar en un estado desastroso lo que quedaba del día y tenía la sospecha de que se estaba volviendo más y más dependiente a ellos.

No quería acabar como un adicto.

- ¿Estas seguro? - Pregunto con duda. La frente de Harry se encontraba sudorosa a pesar del frío.

El invierno se iba a volver extremadamente duro para ellos.

- Estoy seguro.

- Esta bien.- Grace no quería insistir pero se sentía insegura.

A nadie le gustaba ver sufrir a la persona a la cual amaba y ella estaba viendo a Harry sufrir de muchas maneras.

Pero sabía en el fondo que él no luchaba contra su dolor físico, aquel no era nada contra el dolor que sentía su corazón.

Harry desde que había vuelto a casa no había preguntado sobre las cosas de Rebeca, su primera esposa pero lo había visto deambular cuando este pensaba que nadie lo observaba como si estuviera buscando algo.

Como si no reconociera exactamente dónde estaba.

Incluso lo había visto quedarse mirando fijamente el ático un par de veces y al ver sus ojos vacíos lo había entendido todo.

Grace no se había desecho de nada de lo que le pertenecía a ella, pero lo había dejado todo en un rincón del ático apilado en cajas esperando no tener que volver a competir con un recuerdo.

Ahora tenía a Becca. Y no había nada ni nadie más importante que ella.

Love in Texas  [H.S. Mature]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora