15. Charla entre madre e hijo.

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[Mustafa Narra]

El hecho de que Hurrem se dejara puesto el collar me había hecho feliz, los rumores en el palacio no se hicieron de esperar pero pase lo que pase sin importar si esto enoja a mis familiares yo soy el sultán aquí y nadie puede decirme que hacer.

Con esto se puede dejar en claro que Hurrem es mía, ninguno va a ir a pretenderla mientras ella viva en mi palacio, el collar es un claro ejemplo de que ella es del sultán.

"Lo mas raro es que el collar de Hurrem no se oxidó, ¿cuanto tiempo tiene que pasar? Ya son tres días y con este vienen siendo cuatro, el vendedor ¿me estafó?."

Cuando estaba revisando las cartas que me envió Mihrunissa, Ibrahim entró a mi habitación.

-Sultán, la madre sultana lo está esperando.

Si, esperaba la prescencia de mi madre con el asunto del collar "Tesoro del amor" seguramente ya está pensando en insultar a Hurrem.

Me quedé viendo a Ibrahim para luego decir.

-Esta bien, hazla pasar.

Ibrahim obedeció, despues de que le regalara el collar a Hurrem, eso a el no le pareció. Pero no debatió nada porque mi mirada no esperaba su opinión, aunque el expresó que me iba a apoyar. Solo de esta manera puede, si no tiene nada agradable que decir de Hurrem es mejor quedarse mudo que pisotear su trabajo.

Apareció mi madre en la habitación, dejé las cartas en el escritorio para luego levantarme y tomar la mano de mi madre para besarsela.

-Madre, ¿Como ha estado?-Le sonreí con un tic nervioso, a veces la sultana madre daba miedo con esa mirada seria.

-¿Y todavía preguntas hijo?

-Si es por lo de Hurrem yo...

-Acabo de hacer las paces con ella.-Me interrumpió.

Cosa que no me esperaba ¿Mi madre y Hurrem?

-Wow, ¿En serio?-Le pregunté del asombro antes de sonreir.-La felicito por dejar atrás los reencores, es bueno para mí no tener que lidiar con ninguna.

-¿Por que? ¿Porque estás enamorado de Hurrem?-Hice una mueca nerviosa de nuevo antes de darle la espalda hacia el balcón.

-Creo que ya lo ha notado, todos en el palacio lo hicieron madre sultana.-Caminé hacia el balcón sintiendo los pasos de mi madre detrás.

-¿De todas las personas por qué tiene que ser la mujer de tu padre?

-Madre, no es como si yo realmente tuviera el control de mis sentimientos.-La miré una vez que llegó a mi lado.-Esto sucedió cuando era niño, el día en que me regañaste por primera vez cuando la conocí ya me había enamorado a primera vista de ella.

Mi madre me miró con incredulidad.

-¿Que?, ¿Por qué no lo sabía hijo? Pensé que éramos muy cercanos.

-Claro que somos muy cercanos pero la odiabas, si te lo dijiera me hubiese gritado o me prohibiría verla. Tenía miedo porque no quería ser otro motivo de tu llanto.

-Pero hijo, entonces ella ¿fue tu primer amor del que tanto hablabas?

-Así es.

-Pensé que era una de las criadas.-Miramos hacia el paisaje.

-Si fuera así ya la hubiera nombrado o señalado simplemente, yo no ocultaba nada y menos hubiese ocultado que me enamoré de Hurrem pero mi padre era el que estaba enamorado y con la vibra de ser un sultán me daba miedo en ese entonces que me regañara ¿que más podía hacer?-No quise ni pensar que hubiera pasado si el sultán se diera cuenta de mis intenciones en la actualidad.

𝑅𝑒𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑎 𝑎 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒𝑠 𝑒𝑛 𝑓𝑟𝑒𝑛𝑡𝑒 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora