𝙴𝚅𝙴𝙽 𝙸𝙵 𝙸 𝙳𝙸𝙴 | 𝙺𝙾𝙾𝙺𝚅

VII

“Esta mañana fue encontrado cerca del muelle White Rock Pier, el cuerpo de un hombre de aparentemente 27 años, el cual se encontraba en un estado severamente mutilado. Tras una larga investigación tal parece ser que el hombre fue identificado como el heredero de la compañía coreana “Upper” Park Chanyeol.

La causa de esté crimen sigue en investigación, al igual que el aparente homicidio cerca de las residencias “Winston”, pero todo apunta a que fue un crimen de odio dirigido por quien se hace llamar J.”

La voz de la reportera resonaba en su pequeño departamento, al parecer un grupo en masa había asesinado a personas inocentes, cosa que no había pasado aparentemente desde hace más de cinco años atrás, dejando a todos sumamente sorprendidos. Pero a él no, sabía muy bien que ese tipo de grupos jamás atacaban a gente sin importancia, sus padres siempre hablaron de ello con su hermano mayor, y en más de una ocasión el vio como gente que nunca tenía presencia en eventos, iba acompañada de una horda de guardias, únicamente cuando su padre tenía reuniones.

Era ilógico pensar que eso no pasara en Occidente, por lo que con sumo aburrimiento apagó el televisor, y caminó hasta su habitación, dispuesto a empezar su día.
Generalmente los domingos se dedicaba a hacer sus deberes universitarios, y a adelantar aquella novela que llevaba escribiendo desde hace más de dos años, pues era el único día libre que tenía, y eso sus pocos conocidos (Terry, Jackson y Mark) lo sabían muy bien, por esa razón le fue sorpresivo escuchar como llamaban a su puerta.

Debido a que esta no tenía mirilla, tenía que abrir para ver quien estuviera al otro lado, sorprendiendo se amargamente cuando vio aquellos ojos grisáceos nuevamente.

—SeokJin.

—Hola Tae, ¿puedo pasar? —su voz seguía siendo tan suave y grave como la recordaba, su aspecto era igual de pulcro, pero pudo notar el leve enrojecimiento que había bajo sus ojos, signo de que había llorado por un largo tiempo, por lo que se movió dejándolo adentrarse a su modesto hogar.

Él recordaba que el ojigris caminaba con una elegancia gigante, y que generalmente su postura siempre era la de alguien que nunca se vio obligado a cohibirse. Sin embargo, el hombre frente a Taehyung se veía vulnerable, frágil, y con una muestra clara de derrota, prácticamente era como ver a alguien irreconocible ante sus ojos.

—¿Cómo supiste dónde estaba?

—Yo, hablé con la señora Hyesun, ella fue quien me dijo donde podría encontrarte—murmuró cabizbajo.

—¿Y desde cuando hablas con mí nana? Tú nunca has pisado la casa común—le fue inevitable preguntar de una manera temerosa, pues ella era la única persona que no se enfocaba en SeokJin, y este nunca iba a donde sus trabajadores vivían.

—Necesitaba saber de ti, además no tenía a donde más ir.

—¿Qué sucedió? —preguntó mientras se sentaban en su pequeño sofá.

Su asombro fue aun mayor cuando su hermano le abrazó con fuerza, pues no recordaba una sola vez en la que lo hubiera hecho en los últimos quince años, y además comenzó a escuchar leves sollozos de su parte, cosa que nunca había hecho en su presencia.

—Lo siento tanto Tae, siento haber sido un pésimo hermano. Creí, creí que te protegía, de verdad creí hacerlo. —balbuceó de manera entrecortada.

—SeokJin, no sé de que hablas, tal vez no tenemos una relación de hermandad, pero no considero que hayas sido un mal hermano. —murmuró abrazando levemente el cuerpo del mayor. —¿Me dirás ahora el porqué de tus lágrimas?

—Yo… Taehyung yo soy Gay, y mis padres me echaron cuando lo supieron. Dios, debí darme cuenta de que no lo aceptarían, ¿Cómo siquiera pensé lo contrario? Tal vez solo estoy confundido, he estado bajo mucho estrés en el hospital, y las cosas con Jangmi terminaron muy mal, tal vez yo deba, quizá yo…