III

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Después de horas experimentando aquello, necesitaba con urgencia su descanso, sabía que podía fumar ahí dentro, pero el hacerlo sintiendo la brisa nocturna era lo que le relajaba de muchas maneras, por lo que avisó a Jackson y Terry, y salió a toda velocidad por la parte trasera del lugar.

Tenía suerte de que aquella puerta, únicamente era para quienes trabajaban ahí, por lo que al salir no tenía que toparse con extraños, y que afuera únicamente había un callejón lo suficientemente ancho para no sentirse atrapado entre los botes de basura y las paredes.

Cuando sintió aquel calor que desprendía el filtro del cigarrillo mentolado entre sus labios, automáticamente su cuerpo se destensó levemente, era extraño, pero realmente no le relajaba el fumar, sino la sensación del calor y el humo siendo controlados por su ser, simplemente era inexplicablemente placentero.

Estaba tan sumergido en la sensación, que el escuchar un sollozo lastimero hizo que sus sentidos de alerta se activaran. Arrojó lo que quedaba de aquel cilindro y caminó a paso lento hasta donde se escuchaba dicho ruido, antes hizo resonar sus tacones, pues no quería tomar por sorpresa a quien sea que estuviera ahí.

Pero definitivamente nunca esperó, ver como una pequeña niña estaba arrinconada entre la pared y uno de los botes de basura, la niña le miró asustada, sin embargo, calmó un poco su llanto.

Taehyung estaba sorprendido, había una niña en medio de un callejón a las dos de la mañana, estaba sucia, tenía dos moretones en su rostro y por lo que notaba también había sangre seca en sus rodillas y labio, por lo que podría estar aún más herida.

—Pequeña, ¿puedes entenderme? —murmuró tan bajo y calmadamente como pudo, pues no quería provocar nuevamente su llanto. Además era necesario que preguntara aquello, pues aunque la niña tenía rasgos asiáticos, podía ser únicamente descendiente.

La niña simplemente se le quedó mirando aún más, por lo que lo tomó como una negación.

¿Qué hago? No sé siquiera si es coreana, tal vez sea China, o Japonesa, yo no habló eso, ¿Qué hago? —tal como cada vez en la que se sobrepasaba emocionalmente, su coreano fluía sin siquiera notarlo, por lo que le sorprendió cuando una risita se escuchó.

¿Hablas coreano? —preguntó asombrado.

La niña seguía mirándole, sin embargo esa pequeña sonrisita le confirmó que podía entenderla.

¿Cómo te llamas? ¿Puedes levantarte? —preguntó preocupada, pues la niña seguía sin contestar o hacer algún ruido, por lo que le sorprendió que negara, así que supuso que estaba herida de alguna pierna. —Te llevaré adentro, de acuerdo ¿puedo cargar te? —la niña asintió levemente, ella lucia bastante pequeña, por lo que esperaba no tirarla.

Tomó cuidadosamente a la niña en sus brazos y cubriendo la lo mejor que pudo, se adentró hasta los camerinos, ahí estaba más cálido, por lo que tal vez así podría hablar con ella. Al entrar al camerino que le correspondía no esperó que Terry ya estuviera ahí, por lo que él le miró sorprendido al ver que cargaba a una infante.

—¿Qué haces? —preguntó alarmado.

—Estaba afuera, y esta herida. No hagas demasiadas preguntas por favor, dejame arreglar esto—dijo algo alterado, no se molestó en susurrar, pues la niña parecía no entenderle, así que quería dejar la situación en claro.

—¿Siquiera sabes su nombre? Parece algo reacia a moverse de tu agarre, quizá este en shock, quien sabe cuanto tiempo estuvo en el frío. —Esta vez Terry sonó realmente preocupado, pues así era él, alguien cuyo sentido de protección se incrementaba fácilmente.

𝙴𝚅𝙴𝙽 𝙸𝙵 𝙸 𝙳𝙸𝙴 | 𝙺𝙾𝙾𝙺𝚅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora