"Todo puede cambiar tan repentinamente; que llega un punto en el que no sabes si temer por tu vida, o entregársela al mejor postor... incluso si este es un asesino"
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Taehyung solo quería fumar su tradicional cigarro durante su descanso, la noche h...
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"En esta mierda no se trata solo de ganar, no puedes dudar ni sentir el mínimo miedo de herir a quien sea que esté frente a ti" aquello seguía rondando su mente, pues aunque le pesara admitirlo Yoongi tenía razón, si bien venció a Terry, durante todo el combate su mente evitaba que le hiciera cualquier tipo de daño severo, y no podía permitirse ser tan frágil emocionalmente.
—¿En qué piensas?—de pronto sentir el peso de Jungkook sobre sus muslos le hizo volver a prestar atención.
—¿Cómo lograste ser solo demostrativo con Aslan? —murmuró refugiándose en la cobertura del cuello ajeno.
—Llevo toda la vida apartado de todos, siendo tratado como el próximo jefe, mentalizándome en que no puedo hacer relaciones muy estrechas con todos en la familia. —dijo mientras movía la cabeza para darle más espacio y disfrutar de su respiración y besos en el cuello. —Pero aunque no lo parezca, fallé completamente. Namjoon y Hoseok son lo más cercano que tengo a amigos, por lo que ellos son en parte mis pilares más débiles. No sé qué habría sido de mi sin ellos.
Taehyung estaba sorprendido de su estabilidad vocal, pues al tiempo en que respondía a su pregunta, el pelinegro se restregaba sobre su polla con firmeza.
—Ah~ ¿podrías herirlos? —dijo entre gemidos el ojiverde.
—Sí, aunque me arrepentiría. —aquello le sorprendió demasiado, pues ahora era consciente del porqué Yoongi estaba tan enojado. —Ahora basta de preguntas, y jodeme.
Aquello desató la bestia de deseo que habitaba en Taehyung, pues desde el primer día que vio a Jungkook, este le atraía demasiado sexualmente, y ahora estaba feliz de no tener que reprimirse cada ve que sentía la excitación recorrer su cuerpo, pues sabía que su pareja también la sentiría. Y lo que amaba aún más en sobremanera era que no existía esas estúpidas etiquetas a la hora de intimar, pues su conexión era tal que automáticamente sabían perfectamente cuando alguno quería ser quien estuviera llenado.
El ojiverde llevó sus manos al fuerte trasero ajeno, al tiempo en el que lo apretaba con bastante fuerza, pues ahora sabía que cuando se trataba de que Jungkook estuviera debajo, le encantaba lo rudo, así como era él.
—¿Qué tan desesperado estás? —dijo al tiempo que fingía una embestida y con un de sus manos apretaba aquella rojiza erección ajena.
—Demasiado—jadeó mientras daba pequeños brincos.
—Entonces ruega por ello—susurró dejando pequeñas mordidas desde el cuello hasta llegar a su oreja, pero deteniendo cualquier otro contacto con su miembro.
Sin embargo, Jungkook no tuvo tiempo de replicar nada, pues soltó un chillido cuando sintió como el de tez morena rosaba superficialmente su entrada, necesitaba más, mucho más.
—Por favor, deja de torturarme. — logró decir mientras buscaba desesperadamente aún más contacto con el miembro que estaba debajo de él.
—Eso no es rogar, señor Jeon—murmuró mientras dejaba besos húmedos por todo su cuello y pecho, sin rozar mínimamente los pezones y también sin llegar a la boca ajena.
—Te lo ruego Tae, por favor follame, follame tan duro como solo tú puedes hacer lo—dijo rodeando el cuello ajeno para comenzar a tirar de los mechones que se encontraban ahí.
Y si para Taehyung Jungkook ya era un hombre muy ardiente, escucharlo de esa manera, mientras sus ojos brillaban con deseo y sus mejillas estaban encendidas en un rojo vivo, fue simplemente su perdición. Por lo que usando toda su fuerza y disfrutando que ya estaban desnudos en la cama, le giró hasta dejarlo postrado sobre esta.
Comenzando a besar y morder cada rastro de piel que hubiera, de arriba hacia abajo, enfocándose en cada cicatriz, o tatuaje que hubiera a su paso, mientras que con sus manos apretaba todas aquellas zonas que sabía que volverían un mar de gemidos a su amado. Y sacándole un grito de placer, Taehyung introdujo uno de sus largos dígitos, mientras comenzaba una felación completamente satisfactoria para ambos.
Y cuando empezó a sentir la tan familiar tensión en el cuerpo del mayor, se separó abruptamente, frustrando uno de los mejor orgasmos que Jungkook hubiera tenido. Sin decir nada, ni responder al bufido de frustración ajeno, el ojiverde giró el cuerpo del pelinegro, colocando una almohada justo debajo de sus caderas, creando una fricción sofocante para el ahora impersensible miembro ajeno.
—No te muevas—susurró en su oído mientras apretaba uno de sus glúteos. Sin embargo, Jungkook no era precisamente obediente, por lo que buscando alcanzar aquella cima de placer comenzó a balancear sus caderas contra la almohada.
Y cuando otra vez la exitacion recorría cada fibra de su ser, un sorpresivo ardor le hizo detenerse. Taehyung le había nalgueado, y joder, cuánto le había encantado.
—M..más~—balbuceó meneando las caderas, tentando al menor. Por lo que con una media sonrisa, el de tez canela cumplió su capricho, comenzando a soltar nalgadas en distintas medidas de fuerza, convirtiéndo así a Jungkook en un mar de gemidos agudos.
Aquello era el sonido favorito de Taehyung. Pues no importaba quien estuviera debajo, el pálido siempre le pediría más de cualquier cosa que le hiciera. Sin embargo, no quería dejarse llevar de más, y llegar a lastimarle, por lo que detuvo su acción, y a cambio bajó hasta besar cada una de las marcas de sus propios dedos, causando esta vez suspiros profundos en su mayor.
Jungkook estaba seguro de que si antes de todo esto no hubieran tenido sexo unas horas antes, ya se habría corrido más de una vez, pero sorprendentemente estaba soportando la dulce tortura que el portador de sus esmeraldas le hacía.
Sin embargo, no contaba con que mientras Taehyung literalmente le comía el culo, este había sacado de su amado pequeño cajón, una bala vibradora. Por lo que cuando sintió como las vibraciones en su zona baja se hicieron presentes, no pudo evitarlo y se corrió estrepitosamente en la almohada.
—Ah~ Tae, te lo ruego, no quiero juguetes, ah~te quiero a ti— murmuraba entre gemidos, mientras con sus manos maltrataba aquellas finas sábanas bajo de él.
Y esta vez Taehyung no lo hizo esperar, pues el mismo se sentía estallar, y entre besos y marcas en la pálida espalda, lo sostuvo contra su pecho al tiempo que se adentraba en el cálido cuerpo ajeno, y entre rápidas y certeras embestidas, ambos alcanzaron un fuerte orgasmo mutuo.
Definitivamente no importaba las veces que lo hicieran, sentirse completados el uno por el otro, era la sensación más satisfactoria que existía.
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VOLVIIIII
Sé que tarde un millón de años nuevamente, pero tuve muchas cosas en las que enfocarme, pero por fin me hice un tiempo para a completar estos borradores.
Dentro de unos días comenzaré mi época de exámenes y seré un muerto viviente, pero espero traerles algunos nuevos capítulos.