XI

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Tal como lo había dicho Jungkook, Namjoon se presentó puntualmente a las siete de la mañana, por lo que ahora mismo viajaba en un cómodo silencio en la parte trasera de aquella imponente camioneta.

—Rm, ¿puedo preguntarte algo personal? —murmuró sin mirar hacia al frente, pues no quería incomodarle.

—Claro.

—¿Cuál es tu nombre? Sé que entre guardias tienen ciertos sobrenombres, pero me gustaría no sentirme completamente ajena de alguien.

—Tiene razón, ahora usted forma parte de la familia Jeon y como tal le confiaré mi nombre, pero tiene que saber algo; nunca mencione alguno de nuestros nombres fuera de las propiedades del señor Jungkook.

—¿Es por tú seguridad?— murmuró confundida.

—No, es por seguridad de la familia Jeon en general. — dijo mirándole por el retrovisor. — Me llamo Kim Namjoon, tengo 28 años y soy el jefe de Seguridad. — después de eso, por primera vez en el tiempo que le había visto, el ojiverde pudo ver un atisbo de sonrisa sincera en el rostro del moreno.

Taehyung no entendía por que había tanto misterio rodeando a Namjoon, sin embargo, esperaba que su propia seguridad no se viera afectada, pues el mencionado se veía como alguien tan imponente como Jungkook.

Al llegar a la mansión había menos camionetas que la última vez que estuvo ahí, sin embargo, pudo percatarse de la presencia de más hombres custodiando la entrada.

—Sanders, Buenos días. —la varonil voz del señor Jeon fue lo que le avisó de la presencia de este.
El hombre se mostraba justo en la entrada de la vivienda, viéndolo con esa mirada que dejaba en claro su poder, vestía un traje a juego completamente negro, el cual hacía resaltar ese bello tono tan claro de su piel, provocando estragos en el menor.

—Acompáñame, tengo un momento libre antes de iniciar mi día, así que te guiaré brevemente por el lugar.

Tras decir aquello simplemente comenzó a alejarse, por lo que se apresuró en alcanzarle, pues no creía poder encontrarlo fácilmente si se perdía. Mientras tanto, Jungkook mantuvo un paso calmado al darse cuenta que el castaño no estaba cerca de él, sin embargo, siguió su camino sin mirar atrás; pues estaba acostumbrado a no esperar por nadie.

Lo primero de lo que se dio cuenta fue que la escala de grises era lo que más sobresalía en cada hala a la que iban, aunque, eso permitía distinguir rápidamente los pequeños colores que suponía Aslan había dejado mediante cosas, pues un claro ejemplo era un enorme cuadro en el que se podía ver una degradación natural de púrpuras, el cual estaba cerca de los pasillos principales.

—La cocina, el comedor principal y el salón, están prácticamente juntos, por lo que no tendrás problema en encontrarles si así lo deseas. En estos momentos Ash aún está durmiendo, pero siempre despierta puntualmente poco después de irme— dijo mientras subían una de las escalinatas, la cual llevaba a la zona más privada de la mansión. — Por este lado está la habitación de ella —señaló una puerta en color crema, de la cual colgaba un pequeño letrero con la letra “A” en un bonito lila.

—Y aquí está tu habitación, por el momento cuenta con las cosas más básicas, pero puedes decorar la como mejor te parezca, al igual de que puedes traer tus ropas cuanto antes sí así lo deseas…

—¿Tengo que mudarme aquí? — preguntó confundido, pues aquella habitación era más grande de lo que era su actual departamento, pero definitivamente un poco más pequeña que su antigua recámara en casa de sus padres. —No creo que haga falta realmente, puedo madrugar sí así lo requiere el cuidado de Aslan, pero no creo mudarme, mi hermano vive conmigo, mi trabajo con Jackson esta allá e incluso mi Universidad.

𝙴𝚅𝙴𝙽 𝙸𝙵 𝙸 𝙳𝙸𝙴 | 𝙺𝙾𝙾𝙺𝚅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora