𝙴𝚅𝙴𝙽 𝙸𝙵 𝙸 𝙳𝙸𝙴 | 𝙺𝙾𝙾𝙺𝚅

VI

Jimin jamás ha fallado en una misión dada, ni siquiera cuando durante su adolescencia su padre se encargaba de que él fuera quien robara como parte de su pandilla, y mucho menos ahora que le pagaba con su vida y lealtad a Jungkook todo lo que había hecho por él.

Era por eso que el pelinegro miraba fijamente al tipo frente a él, pues aunque no había sido demasiado fácil encontrarlo, el ver su rostro maltratado por su propia mano, era más que obvio el que no pensaba fallar esta vez.

—Vamos Carter, sabes que de esto no saldrás con vida, así que habla de una buena vez — era sorprendente como lograba que su voz careciera de emociones, pero sabía que el simple hecho de que manipulara uno de sus amados cuchillos entre sus dedos, provocaba cierta incomodidad creciente en el mencionado.

—Me importa una mierda lo que hagas conmigo, mátame de una vez, porque no diré nada. —era tosco en su manera de hablar, pero quería evitar a toda costa pasar por el interrogatorio extendido de aquel hombre frente a él.

—Ya claro, intenta hacerte el irrompible todo lo que quieras. Ambos sabemos que nadie es capaz de evadir mis métodos. Ya una vez te perdonamos la vida, y créeme que eso no volverá a suceder, de una u otra forma hablarás por ti mismo—la manera en la que Jimin se desenvolvía era totalmente contraria a la de su esposo, pues él se caracterizaba por su enorme paciencia y fuerte imposición. Por lo que mientras más tiempo tuviera para trabajar, mejores eran los resultados que obtenía.

—¿Quién te buscó? —murmuró rompiendo el silencio que él mismo había formado pasados diez minutos, mientras rodeaba el cuerpo amarrado a aquella silla.

—No te lo diré —la firmeza en su voz ya no estaba tan presente, y eso solo hacía que Jimin se sintiera más emocionado.

—Eso no fue lo que pregunté —dijo mientras apretaba aún más aquella soga que sostenía las manos ajenas, provocando un ardiente escozor en sus muñecas.

—No lo sé—murmuró entre dientes.

Jimin meditó un momento la respuesta, por lo que decidió volver a sentarse, haciéndole creer que había aceptado mínimamente lo dicho. Sin embargo, después de dejar que el silencio se prolongara aun más, provocando que el miedo y la incertidumbre de lo que fuera hacer, creciera mientras afilaba la hoja de su cuchilla portátil, la cual creaba un sonido chirriante y sumamente irritante.

—Ambos sabemos que eres alguien desconfiado, y que no trabajarías a ciegas; nunca—contraatacó rompiendo aquel ambiente, posando se frente a él, haciendo que aquel que parecía un hombre firme, rehuyera a su mirada.

—Sé que eres lo suficientemente ingenioso para realizar trabajos de este calibre, pero ambos somos consientes de que no tenías los recursos para llevarlo a cabo, así que dímelo Carter, dime ¿Quién fue el que te hizo creer que sí confiaba en ti?— murmuró rozando su antebrazo con el filo del resplandeciente cuchillo, causando escalofríos en el ajeno. —¿Acaso te prometieron que volverías a tu familia?—murmuró acercándose aún más, presionando con aquel tema tan delicado para el rubio.

—Cállate, eso ya no me interesa.

—¿Estas completamente seguro? Eras alguien importante, no había nadie que te hiciera rival. Claro, eso hasta que apareció Jeon Jungkook aquí en Occidente, eso te enfureció ¿no es cierto? —susurró irguiéndose frente a él, mientras que le tomaba fuertemente por la mandíbula haciendo que le mirara hacia arriba. —Querías venganza, ¿por eso decidiste arrebatarle a su hija? Querías que perdiera a su familia, así como tú. ¿Eso fue lo que te prometieron? ¿El agobio y dolor del Jefe Jeon? —dijo soltando lo agresivamente.

—Cállate, Chanyeol jamás me prometió eso. —bravó encolerizado.

—¿Entonces qué fue? —dijo con una sonrisa ladina.