XXII

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—¿En que carajos estabas pensando?— Sunni entró completamente alterada a la oficina, sin siquiera anunciar su entrada, por lo que se sorprendió al ver como Jungkook estaba sentado en el escritorio, mientras era besado por Taehyung, quien estaba de pie entre sus piernas. 

La pareja se separó lentamente acomodando sus ropas, importándoles muy poco si en ambos era notoria la excitación anterior.

—¿Se puede saber porqué el día de hoy nadie toma en cuenta quién soy? —Jungkook estaba furioso, nunca nadie se tomaba tantas libertades al tratarlo, pues nunca lo había permitido.

—Lo lamento—murmuró cabizbaja. —pero esto es urgente ¿podemos hablar a solas?—murmuró incómoda entre dientes, pues si bien sabía y reconocía su error, hablar de la familia frente al ojiverde le era imposible.

—No— Taehyung ni siquiera dejó que Jungkook contestara, ya que podía suponer el humor que este se cargaba, pues ella misma se sentía sumamente frustrada. —Lo que sea que tengas que hablar con Jungkook me incumbe a mí también, a menos que él me pida irme. —tras decir aquello, el pálido lo tomó fuertemente de la cintura.

—No creo que entiendas la gravedad del asunto si Hyejin llega a ponerse en nuestra contra, así que muévete y déjame hablar con mí hermano. —murmuró entredientes.

—Creo que ni tú ni ella son conscientes de que faltarme al respeto, humillarme, o siquiera llegar a considerarme inferior a ustedes, es lo que es verdaderamente grave. —la manera en la que Taehyung miraba a Sunni le hizo entender que el ojiverde hablaba muy en serio.

—Sunni, cuida lo que dices, o me importará muy poco si compartimos sangre, y esta vez las cosas no terminarán en una simple cicatriz en tu cuello. —le amenazó abiertamente, pues si bien para Jungkook su familia era lo más importante, su padre le enseñó que si flaqueaba o se dejaba sobrepasar, no solo su vida estaría en riesgo y aunque no quisiera admitirlo, su hermana muchas veces intentaba tomar las riendas de su vida. —Ahora vete.

La pelinegra salió del despacho completamente aturdida y enojada, pues si bien cuando conoció a Taehyung este portaba una energía dominante, nunca pensó que podría llegar a tener más valor que ella en la familia. Estaba celosa, durante años Jungkook siempre había sido frío y distante con ella, y sin embargo, siempre veló por su bienestar, y cuando a sus vidas llego aquel primer amor de su hermano, supo bien que su lugar como prioridad no volvería a existir, y tras todo lo que su hermano sufrió ella siempre estuvo para él, no solo por ser su jefe, sino también porque era su única familia, y aún así él nunca la ha visto o tratado con la misma importancia. Podía entender que Aslan fuera su prioridad, después de todo era su hija, sin embargo, dolía que tanto padre e hija fueran tan fríos con ella, y no con un simple extraño que en cualquier momento podría traicionarlos.

Mientras tanto en la oficina del pálido, ambos amantes sabían que el ambiente que habían construido estaba completamente arruinado.

—Saldré, volveré en la noche, y cuando lo haga, te haré gritar tanto para que nadie más vuelva a interrumpirnos. —murmuró besando sus suaves labios.

—De acuerdo, pero lleva a Suga y Yeonjun contigo.—murmuró Jungkook acariciando la estrecha cintura del de piel canela.

Taehyung salió del despacho sintiendo su corazón latiendo a mil por hora, no estaba acostumbrada a tener autoridad, más no decepcionaría ni a Jungkook ni a Aslan, pues sabía que tenía que demostrar que su lugar en la mafia no era un juego.

—Yeonjun prepara el auto, e informa a Suga, estaré lista en un momento. —sabía que el más joven siempre se mantenía cerca, por lo que no se sorprendió al encontrarlo fácilmente y acató lo que su amado le había pedido, pues sabía que a donde sea que quisiera ir, su vida siempre estaría en riesgo. 

𝙴𝚅𝙴𝙽 𝙸𝙵 𝙸 𝙳𝙸𝙴 | 𝙺𝙾𝙾𝙺𝚅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora