Cap 50 Desesperación mortal en Osaka

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Las cosas estaban cambiando bruscamente. La adrenalina de ayudar y enfocarme en no terminar con la vida de personas inocentes era demasiada. Hasta con la mia. Era mi primera vez viviendo algo como esto. Era de esperarme algo ya sabiendo la historia de hace dos siglos aproximadamente desde mi época, siendo más concreta sin un libro de texto es mis manos.

Todas nuestras cosas las llevábamos con nosotros, no dejamos nada que pudiera ser curioso e importante para los españoles. Sería estúpido huir para encontrar a la emperadora y dejar las cosas que habíamos dejado en el hospedaje que los tipos habían apartado para descansar cuando nunca pudimos dormir ahí. Sería tonto. Yo podría haber perdido el libro que Nanoko me dió, y la caja que me he llevado conmigo. Creo que las dos son estúpidas, huir cuando yo era el interés de cierto jefe. Estaba atrayendo la atención del mismo diablo a la vida de niños inocentes.

Decidimos ir a Osaka por refuerzos. No íbamos a poder solos contra ese ejército lleno de cañones. Sabiendo que es un grupo que lleva manejando barcos gigantes, barcos llamados, galeón o carracas. Barcos inmensos de guerra que por la historia, habían triunfado descubrir américa, usado mayormente en su país de nacimiento, europa y navegado por sus descendentes franceses y holandeses, sin ser nao fue un galeón, guerra, lento y masivo como sí mirarás tu final en el punto dónde te encontraste de frente con un poderoso enemigo de tierras foráneas. Un galeón tuvo que ser. Era lógico que llevarían más herramientas que pudieran matar o inclusive maltratar a la gente como esclavos a su antojo utilizando los recursos naturales que tienen para llevarlos al mando en su país como en este. Era mejor huir por esta vez que enfrentarse a ellos.

La conquista española podría llevarse a cabo en Asia como los primeros en conquistar Japón o África, por ejemplo, sin prevenir las consecuencias de los deseos ajenos, tenerlo en riquezas de oro, pero sin poder militar fuerte, tuvieron el destino de sufrir el látigo en la desgarrada piel de un pobre desamparado que su destino, se desgastaria en el camino, con agua y pan, en la oscuridad hasta el fin de sus días.

Recuerdo que el hombre que asesinaron esa noche, fuera del palacio imperial, rojizo como la sangre derramada durante aquella fría y egoísta noche de gente sin acción alguna por defender un círculo familiar ajeno, había dicho que el propio ejército japonés había traicionado al imperio de la nación, como a sus propios hermanos japoneses, con la mínima "promesa impura" de recibir una recompensa en oro. No sé nada de ese ejército japonés de hace años, lo que nos dijo el hombre es que todo fue planeado por los mismos españoles para ganar ventaja y eliminar al ejército "más pesado" del país del sol naciente. En pocas palabras, para que los japoneses no tuvieran una buena ayuda que protegiera a los que están hasta abajo, que somos nosotros. Y a los más altos, que es la emperadora así como los que representan cada rincón del país, soberano y un señor de los samuráis, el shōgun. Los que son de mediano rango son los samuráis. Si son profesionales, son los que comandan las guerras o pueden cuidar de los mayores, como los emperadores y proteger al imperio, al final seremos nosotros.

Hasta lo que sé, los que también comienzan a ser samuráis de élite, comienzan desde a muy temprana edad. Se les asignaba una espada para que en sus futuros años pueda adquirir conocimiento sobre lo que es ser samurái hasta llegar a la adultez y experimentar las batallas en campo abierto. Desde muy niños comienzan a aprender a serlo. Tomamos camino a lo que era el pueblo más cercano a la ciudad en la que estábamos. Regresamos lo más pronto posible al pueblo y tuvimos un discurso muy peculiar en que, claro, no nos creerían con solo un "por favor".

El samurái estaba muy herido. Tuvimos que subirlo a caballo e irnos lo más rápido posible y avisar a la gente cerca de Takayama. Teníamos que evacuar a la mayoría, y no dejarlos. Estaba muy preocupada, pensaba que tipo de discurso sería.
No tenía idea de quién sería la persona que hablaría. Había mucha gente y estaba nerviosa, me temblaban las manos. El chico estaba detrás mío, me tomo del hombro y preguntó. Seguro noto mi inseguridad con solo tocar mi hombro.

EL AMULETO CENTRAL DEL UNIVERSO - EL VIAJE A COIMBRA VOLUMEN II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora