Cap 67 Esplendorosa relucias

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[Shin]

"Dos meses antes. Llegada a Coimbra"

Que inquietante llegada a un lugar prohibido. En estas épocas, ser japonés y pisar terreno portugués se veía como un ataque sin aviso. Esconderme detrás de una barda de piedra, mientras otros avanzaron al desconocido camino, me hacía jalarme a mi mismo hacia la tempestad de tomar el riesgo de poder ver más de cerca a aquellas personas con vestimenta muy familiar a mi. Este tipo de pelo claro ordenó a sus demás acompañantes que se fueran por otro camino, el cual sería mucho entrar al pueblo. El temblor de varios pies conmosionaria a la gente del pueblo. Aquellos tomaron el camino hacia el pueblo, sino, uno trasero que me imagino yo, era para no llamar la atención. La vestimenta japonesa no era bien vista en estas épocas. Podrás entenderlo despúes.

Mis zetas harían ruido, pero mi tranquilidad de moverme sin hacer ruido era como caminar en un molde esponjoso sin el olor para hacer pan. Dos guardias se encontraban parados, cómo un palito de madera, enterrado en la tierra, en la parte de atrás de éstas tres personas y dos delanteros. Estaban bien cuidados.

No podía creerlo, que está señorita se encontrará merodeando empezando su bienvenida de alguna manera que no lo entiendo. Esto es extraño. ¿Cuántos días pasaron en este plano? ¿Cómo no pude darme cuenta? ¿Sucedieron muchas cosas?

- ¿Qué es lo que hace ahí? -- una voz me alertó y me hizo quedarme quieto. No voltee para no causar más alboroto y miradas en la dirección en la que voy. Borrarle la memoria al sujeto me daría tiempo de caminar hacia la dirección que aquellas personas se dirigen.

¿Por qué vas con ellos? Me pregunto yo. No vas atada a ellos, vas acompañada como una bienvenida. No te preocupes, ya estoy cerca de tí, hermosa.

Está ropa la tenía guardada para una ocasión especial. Hace tiempo, algo dentro de mí me decía que tenía que conseguir una para la ocasión que se ponga frente a mi. Nunca supe cual sería por lo que me esforcé por una que fuera elegante. Estoy un poco nervioso. Me gustaría ver la expresión de Abi al verme con este traje. Sonará a lo milenial, muy modesto pero no me importa. Sé el por qué de estar aquí, por lo que ser rápido por estás calles es de mera importancia. La desventaja es que da calor teniéndolo puesto.

No tengo la cuenta de cuánto tiempo el mundo se quedó en pausa. Tenía tanto sueño que no me percate en el momento de la detención del tiempo. En planos diferentes, el tiempo pasa de una manera muy diferente, por lo que no es lo mismo. Si se lo explicara a una persona me tomarían de a loco y no me entendería. ¿Qué caso tiene?

- Señorita. Jóven... Debo de ir a un lugar importante, llegaré justo antes de que ustedes estén listos -- cambio su tono de voz -- Tómense su tiempo, las señoras los atenderán ¡Siéntanse como en casa!

Éste hombre de cabello largo y claro, se llevó consigo una espada. La ajustó a su traje y sus señuelos fueron detrás de él. Se veía claramente que era uno de los grandes en estos lugares. Cuando se dió la vuelta cambió su expresión. Pude escuchar bien que les dió la orden de que los vigilarán. Esto no era bueno. Sonará loco, pero tengo conmigo un poder que me permite camuflarme y manejar el espacio tiempo a mi antojo. Cómo ejemplo, si quiero adentrarme al castillo, nadie de los presentes me escuchará ni verá. Algo que me cambia de ideas es el jóven de pelo blanco que acompaña a Abi. Es Japonés.

Éstos dos llegaron a una habitación hecha de piedra. Llegaba la luz del sol hasta las tablillas de madera que eran el piso. Había mucha luz. Me daba la impresión que esto le agradaría a Abi. La luz natural de la mañana en la habitación relaja a ésta jóven. Conociendo su forma de expresar sus sentidos, apenas estar siendo tocada por estos rayos ella estornuda. Es un detalle tierno de la querida Sayuri.

EL AMULETO CENTRAL DEL UNIVERSO - EL VIAJE A COIMBRA VOLUMEN II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora