Cap 54 Siendo cuidadosa part - 1

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Seguíamos rumbo a España, sin armamento, compañeros, tampoco alguien que nos dijera que debíamos de hacer en ese momento. Esa escena que había visto en persona, me mostro como es el mundo en realidad, la cara verdadera de una parte de nuestro mundo. Esas atrocidades que no todos viven en carne y hueso. No todos los niños tienen la oportunidad de ver cosas bonitas para su edad, sino viven este tipo de escenas que solo les meten ideas a la cabeza que algún día podrán pasar por lo mismos si siguen cerca de ellos. Hanabira había presenciado aquella muerte del hombre que no paraba de hablar. Hanabira no estuvo asustado, sino impactado. Por lo que he visto en el, no es de las personas que fácilmente se asusta, sabe como manejar la situación. Estuve cerca de gritar en ese momento, pero no lo hice ¿Por que será?

- Señorita -- El jefe me voltea a ver sonriendo mientras se limpia su cara con su pañuelo de reserva para momentos especiales, como ese por ejemplo -- En unos días llegaremos a España, será de mi agrado que usted sonriera en los momentos de desastre, porque quiero que usted este lo mas cómoda posible. ¡Es nuestra invitada especial! -- Se va el jefe y ordena a los demás que limpien el piso de madera antes que empiece a oler mal. La sangre había llegado hacia nosotros.

Sentía un nerviosismo leve dentro de mi, es como si el ya sabría que algo pasaría. No lo sabia si era yo o mi palpitación, ya que no sentía nerviosismo. Era esa vacía y extraña sensación de no tener empatía por los que te hacen daño, es como algo vacío. O como la comida, al no tener sabor ni sazón, sientes que debes de hacer algo, pero por ti, no por los demás. ¿Era conveniente preocuparse por los demás que sufren cuando te hacen daño?

- ¡Desde el balcón esta chorreando gotas de algo asqueroso! -- Sube las escaleras levantando la voz pasando sus dedos por su nuca y al ver sus dedos cubiertos de sangre fresca, frunce el ceño dirigiendo la mirada a los que estaban limpiando, el se sorprende cuestionándose --¡¿Qué es lo que ocurrió aquí?! -- Exclama el hombre con paliacate rojo sobre su cabeza que llego de la puerta de la esquina de la primera planta.

Hanabira solo miraba con los ojos muy abiertos, parecía pensarse mucho lo ocurrido. Parecía que sus ojos estaban mas grandes que sus pupilas. Sus cejas arrugadas y pensativo. El salpicado que sentí en esa muerte, había olvidado lo húmedo que se sentía la sangre en mi mejilla, roce mis dedos sobre ella y vi la embarrada de sangre que estaba en mi piel. Solo la observe a detalle, y me quedaba claro que ese era un mensaje muy ambiguo, es decir que podía verse y expresarse de diferentes maneras y sentidos. Estaba comenzando a tener alucinaciones inesperadas en mi cabeza, solo voltee mi mirada de esa despreciable limpieza de piso de madera y me imagine estando en el campo con las personas con quien me llevo bien. Sonreí un poco nostálgica.

Ya era de noche, aun seguíamos a bordo. Era desesperante de verdad. Fui a pedirle a los hombres que quería agua caliente para tomarme un baño, ya que lo necesitaba, ellos solo empezaron a reírse

. ¿Qué quieres un baño? -- Empieza a carcajearse -- ¿Qué mas quieres, niña? ¡¿Quieres que pase mis manos grandes por tu delicada espalda?! -- Seguía riéndose junto con sus demás compañeros, Hanabira quería sacar su espada, pero en ello, el jefe sale sin que nos diéramos cuenta, estaba a las espaldas del tipo asqueroso que al acercase para atrás, pudo sentir esa sensación de peligro. Cambio su expresión por completo tragando saliva como el cobarde que pudo llegar a ser en ese momento

- ¿Pasar tus asquerosas manos por su delicada espalda? ¿Crees que eso es gracioso? -- El hombre voltea desesperadamente y empieza a disculparse, todas las expresiones de los tipos cambiaron en secuencia de un segundo por cada individuo. Era una tensión que apenas pude sentir

- D-discúlpeme... Solo dije lo que pensé -- Sonriendo

- ¿Sabes lo que pienso...? -- Lo toma por el cuello intentando estrangularlo y le dice algo calmadamente al oído que no alcance a escuchar, el va corriendo y solo me deja ver su sonrisa, yo solo volteo a otro lado, viene hacia mi, tomándome la mano y la besa, cuando el se voltea, me limpio la mano con mi kimono

EL AMULETO CENTRAL DEL UNIVERSO - EL VIAJE A COIMBRA VOLUMEN II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora