Habíamos escapado del castillo, ya había Sido destruido del techo. Eso era una advertencia para nosotros. Tuvimos que escapar lo más rápido posible, ya que las armas que ellos tenían nosotros no podíamos combatir contra ellas. No teníamos armas de fuego o catapultas para atacar. Solo katanas, arcos y un grupo de gente contra ellos. Eso seria tonto, arriesgar a la gente con sentirnos fuertes era tan estúpido como rasguñar a un gato.
No íbamos a permitir que niños fueran utilizando como futuros sirvientes de nuestro clan enemigo, que las mujeres fueran violadas, asesinadas o las dos. Que los hombres fueran esclavos para conseguir lo que quieren que es la gema. Algo estaba ocurriendo con el collar, estaba brillando más de lo debido, ya no me quemaba como antes, pero seguía ardiendo. Mientras corríamos teníamos el riesgo de que nos atraparán o matarán.
- ¡Espera Hanabira! -- Me detengo jadeando del cansancio de correr -- El collar brilla más de lo debido... ¿Esto es normal...?
- ¡¿A qué te refieres con que brilla más de lo debido?! -- frunciendo el ceño preguntó
- El collar brilla, pero no me quema....
- ¡Tenemos que correr no perdamos tiempo!Hanabira me jalaba del brazo para seguir corriendo, pero la gema brillaba con demasiado fulgor. Algo la estaba provocando a brillar. Esto es por algo que yo pienso. Una, la están buscando u otra, que alguien puede que esa persona sea el tipo... No lo sé porque este pensamiento se me viene a mi mente. Es como la velocidad de la corriente de una cascada, no tan exagerada, pero si que fue rápido el pensamiento.
De pronto, alguien dio gatillo a la escopeta desde donde corríamos cerca de un lugar abierto, que era una cascada. Era el jefe con dos de sus hombres. No habían acorralado con la mirada y sus armas. Hanabira intentó sacar su katana para dejarme escapar, pero no pudo evitar la situación. El filo de la espada en el cuello de mi acompañante, resbalaba en su piel de un joven en problemas.
- ¡No te atrevas a dejarla ir! ¡Mendigo imbécil...! ¡Sujétenlos! -- dio órdenes el hombre -- ¿Qué están haciendo por aquí? -- Nos volteo a ver al mismo tiempo -- ¿De qué peligro corren?
- ¿Está ciego? -- dije con enojo mirándolo a los ojos mientras jadeaba -- ¿Usted que cree que hace?
- Hago mi trabajo, cosa que no les incumbe. Por eso les pregunto... ¿De qué huyen?
- ¿Ustedes qué quieren conseguir con destruir nuestra ciudad?. La gente está sufriendo y ustedes no se ponen a pensar...
- ¿Ustedes fueron los que hicieron este alboroto? -- Interrumpió sabiendo que no teníamos de otra más que abrir la boca. Preguntó haciendo rodar y rodar su dedo mirando a su alrededor
- ¿Por qué nos pregunta eso? ¿Duda sin siquiera conocernos?
- Algo pasa aquí... No quieren decírmelo, ¿Qué es? -- nos vuelve a mandar la mirada
- ¿Tenemos que decirle todo lo que pensamos? -- arrugó las cejas y le sonrió.
- Cállate Sayuri...a
- Parece que ustedes son los ciegos. Más de mil personas corren como ganado sin un granjero que los cuide y alimente. Esto de llamar la atención fue muy exagerado... Están haciendo que la gente se vaya y se vaya antes de que nosotros lleguemos... ¿No es así? Como una evacuación... ¿O me equivoco? Piensan que los vamos a matar o hacer algo sólo por... placer. Que ingenuos... -- se ríe
- Usted que va a saber de salvar a la gente. ¡Matarían a media nación por lo que obtengan en sus manos!
- ¡Guarda silencio! -- trata de tranquilizarse -- respondan a mi pregunta, ¿Con qué fin lo hacen? Salvar a la gente o por beneficio propio... Ustedes respondan... -- Nos mira mientras bebe de su botella pequeña, donde siempre llevaban vino/alcohol para relajarse. Traga el líquido y nos vuelve a preguntar -- ¿No quieren responderme? Que fastidio...
- Hemos visto que sus soldados maltratan a las personas y saquean sus casas por algo que no se sabe... Destruyeron la ciudad y las viviendas de la gente. ¿Saben lo que pudo pasar si morían seres queridos? ¡¿Cómo mató a ese padre de familia?! -- El hombre me tomo de mi cara, con una mano, oliendo a su aliento de alcohol tinto. Un desgraciado.
- ¡No me levantes la voz, jodida de mierda! -- apretaba más con celo -- ¡Deben saber que no podrían contra nosotros sí es que llegan a atacar a nuestra gente! ¡Saben que el trigo es algo caro, pero el pescado es un tesoro para nosotros! ¡Es mejor un desayuno completo que una cena incompleta antes de dormir... -- Me soltó agresivamente -- ... morirán en el intento!.
- ¿Se defiende? -- no quitaba la mirada de encima -- No hay nada en éste país, váyanse pierden su tiempo.... Sólo que la arquitectura y cultura de este hermoso país no se va a perder...
- Que curioso que tú cara no se parezca a la de esta gente, encogida de perdición segura -- Parecía arrancar mi cabello de la fuerza sobre mi frente -- Tus rasgos no son semblantes asiáticos con esta gente... -- me pone la mano en mi mentón -- que piel tan hermosa y suave -- No tenía puesto su guante.
- ¡No me toque! -- escupo al hombre a la cara y él me aprieta el cuello.
- Imagina lo suave de su cuerpo debajo de esa ropa que llevas puesta.
- ¡Acabas de darme ese apetito!
- ¡No venimos a eso! -- Este hombre ya tenía planes después de irse al ser mensajero por otros -- Soy un hombre que no le gusta perder el tiempo... ¡Ustedes son los más extraños aquí! Algo me dice que ustedes saben algo que yo no...
- ¡NADIE SABE LO QUE HACEN USTEDES! ¡Esto es inútil! ¡Busquen o que no encuentren, ese no es nuestro problema!-- dije arrogante
- Basta Sayuri... -- me aconsejó Hanabira
- Basta, Hanabira...
- Cállate, Sayuri...
- ¡¡Deja de callarme!! ¡¿Qué no estás consciente de la situación?!
- ¡¡CALLEN SU PUTA BOCA AHORA, AMBOS!! -- Se despeina su cabello, se le acababa la paciencia. Los tipos que nos sujetaban le dijeron que era mejor soltarnos, que se había equivocado de personas. El jefe no lo quiso así que nos siguió preguntando -- Vamos a hablar como personas conscientes que analizan la situación... -- suspira de enojo y nos dice -- ¿Qué les gusta de la vida? A mí las hermosas mujeres, el dinero ¡Y que no me mientan! -- cambia su expresión con una mirada para advertirnos sobre "no mentirle" hace sus ojos más grandes, eso sería decir que era para nosotros. -- Yo no vine aquí para matar, sino por lo preciado que busco... muy valiosa piedra para nuestro país... no lo entenderían...
- ¿Qué parte de no tenemos esa "piedra" no entendió? ¡¿Cómo están tan seguros que está aquí?! -- pregunté mirándolo a los ojos
- Algo ocultan... ¡Dígamelo! O los siguientes en perder la vida, serán ustedes!-- levanta la escopeta con tranquilidad, Hanabira intenta zafarse, estaba desesperado, yo empecé a temblar -- Uno de los tipos olía sobre mi cuello, pudiendo sentir sus labios en mi piel. Oler mi cabello. ¿Su acoso era mi perdición?
- Usted quiere algo más que esa "piedra" querida... usted lo dijo hace unas horas... por el poder de la monarquía española... por el dinero... No por su gente...
- ¿Tengo que estar diciendo toda mi información? Eso es muy contradictorio para ustedes... Ustedes fueron los que armaron esta mierda... No puedo confiar en ustedes... Solo hay que comprobarlo de una forma, única e irrefutable...
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EL AMULETO CENTRAL DEL UNIVERSO - EL VIAJE A COIMBRA VOLUMEN II
Fiksi RemajaLa época de la juventud de Sayuri la ha llevado por un camino borroso, que por un poco que trate de verlo se corta el camino. Ella intentará de encontrar las gemas que le faltan para completar la magia que está dentro de ella, de Shin y de su famili...