Cap 66 Ensueño

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¿Y esa voz...?

- ¡TÚ PODRÁS SALIR DE ESTO!! -- Era una voz de una mujer jóven, una voz suave. Mantenía esa angustia al gritar -- ¡¡SERÁS ALGUIEN DIFERENTE!! ¡Termina con esto de una vez!

La voz de la jóven persistía en sonidos repetitivos en mi cabeza. Mis ojos se abrieron y la borrosidad comenzó a doler en los extremos de mis ojos. No sabía que hora era con exactitud. El sonido que circulaba por las paredes rechinantes de madera, era de la compañía que abordaba el barco. Salí por un momento de mi cama, pude ver qué habían luces pequeñas que salían de las mantas. Se escuchaban que tronaban. Hacía frío. Apenas la luz de la luna llegó a la madera de la tercera planta. Mi pecho me dolía. Pude ver a alguien, un aspecto de una mujer. Sangre, heridas. Jadeaba sujetando su brazo de lo herido que estaba. No pude ver bien su ropa. Además del maldito frío que hacía, un poco lejos del océano Atlántico, la visita de la luna la hacía cambiar de aspecto. Ahora la luna es más delgada.

Mientras miraba la luna, fragmentos de mis recuerdos persistieron en sueños. Todavía puedo recordar la sensación que tuve cuando la gente perdió a sus familiares en aquella evacuación.

- "¡¿No se suponía que nos sacarías a todos de aquí?! -- puedo recordar la cara extendida de aquel hombre que me gritó sobre la perdida de su mujer y su hijo. Me tomó de la ropa con el recelo y enojó. Claro, no pude con todos -- ¡¿Te crees muy listo, muchacho estúpido?!
- ¡¿No fue suficiente tiempo para habernos sacado de ahí?! -- la queja de una señora de más de treinta años, supongo -- ¡Perdí a mi madre, y ella era mayor de edad!
- ¡Yo lo entiendo, pero no había mucho tiempo! -- les expliqué con la presión de sacarlos de ahí -- ¡No deben estar muy lejos del bosque! ¡¡Les pido que no se angustien!!
- Mi hijo... Fue aplastado por el montón de malos acuerdos dentro de este grupo... ¿Sabes el dolor que siento ahora mismo...? -- la mujer joven comenzó a llorar mientras se abrazaba a ella misma -- perdí al único fiel en mi vida...
- ¡¡QUISISTE EVACUARNOS... -- Salió a la luz el hombre que comenzó a hablar desde el principio. Me lanzó un golpe a puño limpió en mi cara, del mayor coraje que tenía guardando por tres horas de haber evacuado Takayama -- PERO NO SUPISTE LA REGLA MAS IMPORTANTE PARA UNA EVACUACIÓN "TENER LA MENTE FRÍA"!!

Sentí un poco el golpe en mi hueso de mi lado izquierdo de mi cara. El hombre se masajeó su mano y su muñeca del golpe contra mi cara. El sentimiento que más sentí y me provocó temblorosidad fue que hubo recién nacidos que murieron a causa de esto. Quizá fue un descuido mío, que fallecieron por alguna causa o el mismo destino lo hizo. Por alguna razón, todos los niños murieron tres horas atrás. Sus muertes fueron limpias y sin sentir su perecer. Desde que estuvimos en la colina, en Osaka, la gente me aborrecía. Pero no entendía por qué mi razón de ayudar se volvió mala. No estuve todo el tiempo dentro de la cueva, sino cuidando los alrededores. Sólo me adentraba para dormir. Digamos que a la hora de dormir de las personas, yo duermo tiempo después que ellos hayan entrado en sueños profundo. Si despiertan, yo ya había estado despierto desde antes. No había razón por la cual estarles viendo la cara. Además, ese era mi trabajo, cuidar y vigilar las colinas, no importando dónde me encontrara.

En esos días he podido recordar cómo el grupo de gente balbuceaba a principios de la evacuación. Mucha desesperación es lo que había y me daba escalofríos. Aún puedo recordar cómo la señorita y su compañero sacaban a la gente más rápido que yo. Eran más rápidos, como si supieran alguna estrategia mejor empleada. Eso me desesperó.

"Takayama, dos meses antes"

- ¡Rápido, el tiempo lo tenemos contado! -- Recalcaban -- ¡Ellos ya vienen! ¡No griten!
- ¡Hanabira... Tenemos que llevarlos directo a la estación más cercana de aquí. No importa si está a una hora de aquí, tenemos que llevarlos por el bosque...!
- ¿Estás loca?
- ¡No hay otra manera! La seguridad está en Osaka. No podemos dejarlos aquí.
- ¡No te vas a encargar de todos ellos! -- recalcó el chico de pelo blanco -- Llévalos hasta las afueras del bosque, hay una colina con muchas flores... Esperamos ahí... O si no...
- Hanabira... ¡Tenemos que llevarlos lo más rápido, no podré esperar!

EL AMULETO CENTRAL DEL UNIVERSO - EL VIAJE A COIMBRA VOLUMEN II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora