Cap 57 Minucioso saber

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España, 1868

La hora de levantarse comenzo dándome un terrible dolor de cabeza. Lo sentí como si una pelota de tenis o béisbol me hubiera golpeado justo por la ceja hacia adentro. Me dolía horriblemente. Las señoritas tendieron las sabanas de la cama que utilizaba temporalmente. Impecable como la primera vez que me acosté en ella. Era suave, pero las almohadas eran de lo peor.

- ¿Qué hace por aquí, señorita Sayuri?
- Solo que queria tomar agua, pero...

No habia grifos, no habia garrafones de agua limpia. Quise ver por donde podia tomar agua. Una de las chicas tomo un vaso y salio corriendo por agua. Sali a ver de donde, las tomaban de un rio en circulación con la tierra. La chica me mira confusa de como veo el rio. Me acerco preguntando: "¿Hay piedras en el agua?" Ella me mira extrañada, como si le hablara en trabalenguas. Ella respondió 《Si》 eso me permitio tomar el vaso de agua y tomarlo de un Jalón.  La señorita a mi estatura a comparación la de ella, pedi que si podria tomar más de ella. No permiti que volviera a servirme, sino tome el agua del rio en corriente destino a no se donde, para tomar de nuevo.

- Señorita, si no le molesta, tengo que servirle. Por favor, sino me pueden regañar... --- vi desde su lugar lo decaídos que estaban sus hombros de su petición hacia mi. Ella queria que le respondiera con "esta bien, dejare que me sirvas" pero ¿Por qué? --- ¿Puede devolverme el vaso...?

Ella corrio a la cocina desesperadamente. Quería que no llegara a verla después de lo que me dijo. No pude agradecerle. Sentí una sensación de que se sentia hostigada a sus espaldas, pero no veia a nadie en el alrededor de la parte de atras del castillo. Me provoco escalofrios. En ese momento no pude soltar la lengua para preguntarle que le ocurría.

"Establo de caballos, parte lateral del castillo"

[Hanabira]

La provocación de ese miserable jefe me ayudo a aumentar mis energias para este día. Guarde ese enojo para utilizarlo para mi beneficio. Esa sensación de caza hacia Sayuri me dice algo que no puedo explicar. Tengo que estarla cuidando como de costumbre.
Sin darme cuenta del sonido que provoque con el filo de mi Katana, solo pude escuchar los pasos del tipo que venía hacía el establo. Me detuve ignorandolo.

- Joven, ¿A qué hora se despertó? --- expresa un tono carismático e incluso que parecí haber escuchado un balbuceo sonriente. No contesté. ---- ¿Tiene energias suficientes para practicar ahora? ---- ríe ---- Dentro de poco socializaremos sin pausas incómodas

El estúpido tomó mi hombro izquierdo mientras miraba al oeste. Queria degollarlo como a sus otros compañeros violadores y alcohólicos, pero tuve que contenerme. Sólo como advertencia lo apunto salvajemente hacia su garganta. Quería rebanarlo de un movimiento. Seria muy estúpido hacerlo dentro de un país lejos de la salida. Carajo.

- ¿Necesitabas algo?
- Oye ---- se queda quieto ---- ¿Esta arma no es muy grande para tus capacidades como un joven adolescente? Baja esa cosa ¿De acuerdo?
- ¡¿Cosa...?! ¡¡NO VUELVAS A LLAMARLA ASÍ!! ¡Te advierto que tocarme el hombro no es muestra de amabilidad para mi, así que es mejor que cuentes los pasos que diste!
- ¿Es el mismo trato que les das a mis hombres? ---- abri mis ojos de lo que acabó de decir ---- Suspuse que lo harías. Debes de controlar ese carácter, niño ---- frunce el ceño ---- ¿Acaso no te das cuenta de lo exagerado que te ves al gritar de esa forma? Es como si trataras a la señorita de esa forma. ¿No crees qué eso podria llevarte a la orca?
- ¿Orca? —— ¿Que significaba eso?. No entendí lo que dijo.
- Por lo que veo, obviamente no sabes ni un grano de arroz lo que te estoy diciendo —— Comienza a reírse, como si no tuviera remedio que yo entendiera —— Piensa lo que haces, creo no eres capaz de entender el diálogo de una persona que sabe hablar, no gritar —— suelto agresivamente al tipo, que se acomoda su cuello —— Permiso, tengo que tomarme el día libre. También puedes hacerlo, sí lo deseas.

El tipo dió paso atrás con su jodida sonrisa de imbécil macho y se fue. Tuve que golpearme a mi mismo para controlarme.  Sentir nuevas sensaciones, hablar con Sayuri por la mente y lidiar con él me estaba volviendo loco. ESTÚPIDAMENTE ESTABA ALUCINANDO. Además ¿En verdad no estoy entendiendo lo que estoy escuchando y viendo en este mundo doble o triple? Ni la cerebrito de Sayuri podría responderme como quisiera.

"Pueblo de Coimbra, Portugal"

Quise dar un paseo sin llamar la atención con mi capa blanca y mi ropa. Si lo hiciera llamaría la atención preguntándose "¿Qué hace él aquí?" Ademas de eso, una marcha de guardias de seis. Dos adelante, dos en medio y dos atrás. Daban su recorrido. Tuve que cubrirme con algo yendo a una tienda cercana desde donde estaba. Queria cubrir mi cabello blanco. En estas epocas no es de extrañar ese color, ya que son pelucas según escuche de Sayuri. Aún dijo que tuviera cuidado.

Había ebrios molestando mujeres, esos nunca faltaban. Tipos riendose como si nunca lo hicieran. Un grupo de personas rodeando a un hombre de complexión robusta, arriba de una fuente dando su discurso. Algo que no me importo al principio. Estaba hablando del regreso del jefe con su tripulación. Algo que él no se trago. Me acerque al grupo permaneciendo atrás cubriendo mi cara. Ese tipo hablaba de que un barco habia llegado solo con una persona en el barco de ellos. Eso cambio el ambiente de la discusión. En ese momento me inquieto una sensación que no supe como describirla. ¿Placer? ¿De saber algo? Lo sentía, pero no me percate de a lo que se referia con "Solo". ¿Una sola persona puede manejar un barco grande de muchos viajeros en esos días de frío y calor sin descansar? Eso no es posible.

Pude escuchar carretas en el momento de los balbuceos. Una mujer con su perro lo mantuvo arriba de sus piernas. En esa carreta, ella pudo voltear a verme. Yo hice lo contrario yendome al castillo, tomando precauciones para que no me descubrieran. Accedí a una puerta que me permitio ver a Sayuri en una biblioteca junto a ese cabrón del "jefe". Él sonreia solo mirando hacia Sayuri. Ella sostenia un libro rojo mientras leía sin sentir que su contrincante estaba a punto de tocar su cintura sin su permiso. Se me ocurrió tomar algo de la cocina y aventarlo hacia la pared. Tuve en cuenta que la cocina conectaba a dos puertas de la misma habitación a otra. El tipo fue a investigar que yo entre por la misma puerta llevandome a Sayuri conmigo. Su rostro juvenil de una niña todavía me mostraba confusión mientras arrugaba sus cejas. Ella solo me permitio llevarla conmigo.

- Hanabira... ¿Cómo supiste que estaba en la biblioteca?
- Eso no es importante... Tengo algo que contarte...
- ¿Algo importante...? ---- frunce el ceño
- ¡No preguntes y sigueme!

"En las habitaciones"

- ¿Como es qué pudiste salir sin el permiso de la señora?
- Yo no sigo sus ordenes... Ya me conoces, pero algo me inquieta
- ¿Como qué...? ---- Esperó mirandome a los ojos.
- Sobre una persona manejando un barco que debería de tener más de ciento veinte pasajeros por cada tres barcos. Una persona debe de descansar mientras el sustituto maneja el barco.
- Hanabira... Yo también vi lo mismo...
- ¿Qué?
- Yo también no pude ver a todos los soldados restantes del jefe. No vi a nadie salir de ese barco. Yo también lo vi cuando llegamos aquí, ayer. No tendría por qué decírtelo, me era bastante tonto y...
- Para la próxima dime lo que te sea importante.  ¿Bien?
- De acuerdo... Quiero preguntarte algo. ¿De verdad estuviste seguro de lo que escuchaste de ese hombre de complexión robusta? ----- Espera a mi respuesta
- Sentí una sensación de ya haberlo sabido. Quiero decir, ya sentir ese momento otra vez. Además, era como si alguien o algo me estuviera diciendo que alguien familiar estaba ahí, cerca de nosotros...
- Te refieres al "Deja vū".
- ¿Qué es eso? ---- Suspiro corto
- Luego te explico...
- ¿Pero es importante saberlo?
- Tiene mucho que ver con esas sensaciones, pero primero... Si de verdad lo sentiste, ¿Estarías dispuesto a investigar por tu cuenta ese barco? Es el último de los diecisiete que llegaron a Japón. ¿Quieres intentarlo?

Historia original por:
Abigail Ruiz

Nota: Las piedras/cuarzos limpian y filtran el agua. Liberan elementos que causa la limpieza natural en el agua. Esto hace que se pueda ingerir.

EL AMULETO CENTRAL DEL UNIVERSO - EL VIAJE A COIMBRA VOLUMEN II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora