Capítulo 7. No sabes cuánto.

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No sabes cuánto

02 de abril, 2020

No dejé de pensar en lo mismo.

A decir verdad el asunto vivió en mi cabeza en los próximos días. Se me hacía extraño verla tan campante en la residencia como si nada cuando la había visto hacer lo que hizo esa noche en el lugar donde trabaja.

Era consciente de que quizás tenía sus razones, aunque la parte más sensata de mí me dijo las palabras que tanto Alicia como ella misma me habían dicho: «no lo seas con quien no se lo merece»

Kate no merecía que yo justificara sus actos diciendo que debía haber un motivo detrás, porque seguramente lo hace por diversión, o porque es demasiado problemática como para hacer algo bien por una vez en su vida.

Sin embargo, preferí no abrir la boca, no la acusaría ahora mismo, mejor decidí dejar que las cosas sucedieran como tenían que suceder.

Tal vez así la vida le dé su propio merecido.

Tan pronto acabé mis clases del día de hoy, mis pies se movieron por si solos, llegué al salón adecuado donde observé hacia dentro por la pequeña ventanita de la puerta.

Había un círculo pequeño, de al menos cinco personas rodeando un solo punto, donde una persona estaba en medio, hablando.

Revisé una vez más el volante, y cuando comprobé que era el lugar indicado, entonces abrí la puerta, adentrándome. Llamé la atención de absolutamente todos los pares de ojos que voltearon hacia mí como si fuese un delincuente recién descubierto.

Me quedé de pie, confusa

—Ahm... ¿es el club de lectura?

—Así es —la chica que estaba en medio me sonrió—. Adelante, pasa, tan solo has llegado diez minutos tarde.

Asentí, algo incómoda por la última parte. Me adelanté, dando pasos lentos. Decidí tomar una de las sillas vacías a un lado y me ubiqué junto a un chico castaño, al menos todos me hicieron espacio, agrandando el círculo.

—Como decía —la chica volvió a hablar—. Mi nombre es Lily, seré la presidenta de este club, la verdad me emociona mucho poder encontrar personas que también amen la lectura tanto como yo.

—Yo no hago tal cosa —el chico susurró a mi lado—. Estoy aquí porque mi madre me obligó. Dijo que debía hacer amigos y que si no entraba aquí sería al equipo de futbol.

Lo miré cuando se detuvo. Él suspiró

—Parezco un fideo, si llego a entrar me harán papilla.

Contuve la sonrisa

—¡Muy bien! —el aplauso de la rubia llamó mi atención—. ¿Quién quiere iniciar?

Fruncí el ceño. El chico a mi lado me leyó la mente

—¿Empezar con qué?

—Con las presentaciones —simplificó, sonriente—. Y ya que has sido el único en preguntar, entonces iniciarás.

Lily tomó asiento, incitándolo a pasar al frente. Lo vi negar, pero no tenía caso, ya que todos lo mirábamos fijamente. Al final, se incorporó, levantándose hasta caminar al centro

—Ahm... hola, me llamo Erik.

—Hola Erik —pronunció ella—. Cuéntanos, ¿por qué decidiste entrar al club?

Me miró, buscando algún tipo de ayuda en mí, así que solo me encogí de hombros

—Me gusta bailar —dijo lo primero que se le ocurrió

La última de las estrellas ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora