LIBRO 1. SAGA «COX»
Dani es la típica chica que nunca puede decir que no.
Ryan es el goodboy que tiene un interés amoroso bastante fuerte hacia la castaña de ojos cafés que dibujaba rosas en su cuaderno.
Ambos son diferentes si se comparan, pero...
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No mires hacia aquí
31 de octubre, 2028
Esperaba esta fecha con ansias. Podría decirse que era el día más esperado tanto para mí como para los gemelos. Navidad, año nuevo, sus cumpleaños, el aniversario con mi esposo, cualquier cosa quedaba en el olvido cuando esta fecha llegaba al fin.
Halloween. Siempre que termina este día me encuentro a mí misma planeando cuáles serán los disfraces para el año siguiente.
Un poco obsesiva, pero no es mi culpa. ¿Quién podría resistirse a pasarla bien una noche como esta? La celebro con más alegría desde que los gemelos nacieron y puedo disfrazarlos a mi antojo.
Todavía están en la edad en la que necesitan mi ayuda para ir al baño. Ojalá fuese así por siempre, pero soy consiente de que cuando crezcan ellos mismos decidirán cuáles serán sus disfraces.
Pensarlo hace que quiera llorar.
Despejé esos pensamientos mientras cortaba los trozos de fruta necesarios para lo que estaba cocinando. Olía delicioso y le daré el crédito al canal de YouTube que me ha convertido en toda una cocinera experta cuando antes luchaba por hacer un cereal. Esto de ser mamá trae muchos beneficios.
De repente, sentí como algo golpeaba mi trasero de un golpe certero. Di un pequeño respingo, girándome enseguida para encontrarme con la sonrisa malévola del niño en pijamas.
Lo apunté con el tenedor, pero me gané que me lanzara otra bolita esta vez directo a mis brazos
—¡Elliot! —grité, haciéndolo reír mientras corría de mi vista—. ¡No vayas lejos, voy a servir el desayuno!
—¡A que no me atrapas!
—Santo Dios... ¡Ryan, ya está servido!
No obtuve respuesta alguna, pensé que a lo mejor se estaba duchando así que me giré otra vez, sacando cuatro platos en total. Dos para adultos y otros dos con dibujos de animales que pertenecen a los gemelos. Empecé a poner allí la comida, dándoles a Ethan y a Elliot un poco más de fruta con una galleta en forma de carita feliz.
Otra de mis creaciones
Me concentré ahora en servir los jugos en vasos diferentes, hasta que me descuidé cuando una presencia apareció justo detrás. Sentí sus pasitos lentos y sigilosos así que me hice una idea de quién podría ser. Tarareé una canción para fingir que no sabía nada, cuando en realidad podría sentir la pistola de juguete apuntando mi nuca.
Siento que este niño es idéntico a su padre
Esperé a sentir su siguiente movimiento y cuando ya estuvo demasiado cerca, decidí girar de un tirón. Su cuerpecito dio un respingo brusco, pero no pudo reaccionar cuando lo tomé en mis brazos, dándole vueltas y haciéndole cosquillas al mismo tiempo
