Capítulo 44. ¿Te gusta bailar?

51.8K 3K 2.1K
                                    

¿Te gusta bailar?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Te gusta bailar?

05 de diciembre, 2020

Esperé a que se detuviera para hablar

—Ese te queda bien.

La vi, ella bajó su vista al atuendo y dio algunas vueltas frente al espejo. Lo pensó por un momento, apretando sus labios. Solté otro suspiro cansado, pues no tardó nada en negar con la cabeza, como si fuese la peor idea del mundo. Sin decir nada, me dio la espalda y caminó nuevamente hasta la habitación, donde cerró de un pequeño portazo

—Dani... —murmuré, con cansancio

—¡No me ayudas!

—¡Te dije que te quedaba bien!

—¡Fue lo mismo que dijiste de los tres anteriores!

—¡Tu cuerpo queda bien con cualquier cosa! ¿Qué más quieres que diga?

No me respondió, así que supuse que estaba enojada. Llevábamos aquí al menos unas dos horas entre ropa y ropa. Estaba cansado, no sabía si era porque mi novia era una indecisa o porque el entrenamiento de hoy me había dejado todavía más molido. 

Estaba reconsiderando el amor que le tengo a ese deporte.

Aunque claro que le tengo amor, le tengo mucho amor. Los reclutadores que vinieron a nuestro último partido, quedaron maravillados con la estrategia de nuestro equipo. No solo recibí cinco tarjetas con números sino también Noah y Tristan. 

El moreno no se lo creía, pues su sueño también se estaba haciendo realidad, y si no mal recuerdo, él está considerando la opción de ir a Boston, después de todo su padre es de allí. 

Espero que todo nos salga bien. 

Sacudí mi cabeza, para salir de aquellos pensamientos. Dani salió luego de unos minutos más de eterna espera. Esta vez tenía un vestido color rosa pálido. Con mangas de tirantes y una parte que descansaba en su cintura, remarcando sus curvas. La falda no era ancha, en lo absoluto.

Y con su cabello suelto solo la hacía ver adorable. La miré, sin quitarle mis ojos de encima en ningún momento. Solo pude sonreír cuando se giró hacia mí, poniendo ambas manos en su cintura a espera de algún comentario de mi parte. 

—¿Y?

—Te ves hermosa.

—Hablo enserio.

—Y yo también —me puse en pie. Caminé hasta ella y le rodeé la cintura con mi brazo. Dejé un beso en su hombro descubierto—. Me gusta mucho ese vestido.

—¿Ah sí? ¿Por qué?

Jugué con una de las tiras de sus hombros, bajándola un poco hasta que cayó

—Porque es más fácil de quitar.

—Idiota —me dio una palmada en el pecho

—Solo digo la verdad—reí

La última de las estrellas ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora