Capítulo 45 final. Estoy orgulloso de ti.

59.7K 3.2K 2.4K
                                    

Estoy orgulloso de ti

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estoy orgulloso de ti

16 de enero, 2021

Revolví el plato frente a mí, mordiendo levemente mi labio inferior y evitando echar un bocado a mi boca. Miré hacia el frente. Ambas personas justo allí, solo comían tranquilamente, ignorando el hecho de que eran las 8 de la mañana, estaban compartiendo un desayuno y sorprendentemente no estaban discutiendo entre ellos.

Entrecerré mis ojos. Ninguno parecía ser consciente de mi mirada acusadora. Sin embargo, yo sí me fijé en cómo la mujer se estiró para tomar el salero que no logró alcanzar, pero el hombre se lo tendió. Ambos rozaron sus manos y no miento al decir que esbozaron una tonta sonrisa que me dejó todavía más confundida

Volvieron a sus lugares, comiendo con tranquilidad. Salvo que, por alguna razón detecté un movimiento bajo la mesa. Un tanto confundida, moví mi mano haciendo que la servilleta a mi lado cayera directo al suelo. No parecieron darse cuenta, entonces eché mi silla hacia atrás, para luego agacharme a tomarla.

Aproveché mi posición para mirar hacia sus lugares, y darme cuenta, sorpresivamente que se estaban tomando de las manos. Mis cejas se arrugaron con total confusión. Me levanté otra vez, sintiendo cabello caer en mi rostro, pero no presté atención a eso, sino a las sonrisas en sus rostros.

Dejé la servilleta de mala gana sobre la mesa, ocasionando un pequeño ruido que hizo que, por fin, ambos dejaran de sonreír y pusieran su atención en mí.

—¿Sucede algo, cariño? —preguntó papá

—¿No te gustó el desayuno? —le siguió mamá

—¿Qué se traen ustedes dos? —los señalé, entrecerrando mis ojos

—¿Nosotros? —mamá soltó una risita—. ¿Nos traemos algo? No sé de qué hablas, bebé. Tu y Ryan deberían dejar de ver películas.

—O de hacer "videollamadas" a la media noche —papá hizo las comillas, mirándome con atención—. Ya conozco ese truco.

Mis mejillas enrojecieron

—No... —titubeé, para luego sacudir mi cabeza—. Solo son llamadas, ¿de acuerdo? Llevo tiempo aquí, es normal que nos extrañemos.

—Claro —bufó

—Pero no me cambien de tema —crucé mis brazos— Acabo de ver esas miradas. Eso sin contar que tu tienes tu mano sobre la de mamá mientras se hacen cariñitos. 

—No tengo idea de lo que hablas.

—¿Quieren dejar de mentirme y solo decirlo?

—No —murmuró mamá

—Bien —murmuró papá. Ella lo miró mal, pero él se le acercó para susurrar en su oído. Casi me trepo a la mesa con tal de oír—. Creo que debemos decírselo de una vez.

La última de las estrellas ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora