Capítulo 17. Me preocupo por ti.

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Me preocupo por ti

Por un momento sentí mi frente palpitando, enviándome dolorosas punzadas que causaron la mueca en mi rostro. Intenté escuchar lo que sucedía a mi alrededor y por eso puse de mi parte, moviendo mis párpados lentamente hasta que logré percibir un poco de luz dándome casi en mi rostro.

Abrí mis ojos por completo, moviéndolos de lado a lado para tratar de deducir en donde me encontraba. E inmediatamente me llevé una mano a la frente, tratando así de cesar el dolor.

Al no reconocer la estancia, me incorporé lo más que pude para sentarme.

Enseguida noté que estaba usando el uniforme de las animadoras incluyendo el peinado en mi cabello, lo que supuse que tampoco era de ayuda, y seguro también tenía el maquillaje esparcido.

Aclaré mi garganta

—¿Hola?

Parecía estar en una enfermería

En ese momento, la puerta se abrió y alguien ingresó. Alicia miró de lado a lado y al verme consciente pareció quitarse un peso de encima

—Dani, maldita sea —caminó rápidamente hacia mí—. Casi me da un infarto cuando no despertabas.

—¿Dónde estoy? —fruncí el ceño

—En la enfermería —se encogió de hombros—. Te trajimos luego de que te caíste de la pirámide, ¿lo recuerdas?

Mi mente me invadió con imágenes borrosas

—Ahm... sí, creo

—¿Cómo te sientes? —preguntó suavemente, luego medio miró mi tobillo—. Lo siento por eso.

Al mirar, noté que esa parte de mi cuerpo estaba vendada, y no lo moví ya que una parte de mí me dijo que me dolería

—Ay, no —bufé—. ¿Cuánto... cuánto tiempo ha pasado?

—Una hora —suspiró—. El juego acaba de terminarse, tuvieron que retrasarlo un poco por lo que sucedió. Ahm... varias chicas también se golpearon, pero tú al estar más arriba te golpeaste más fuerte.

—Lo lamento —murmuré—. Me desconcentré, yo... creo que lo arruiné.

—No, Dani, no fuiste tú —aclaró de inmediato—. Ensayamos por semanas, algo no estaba bien. Fue como si... hubiesen vertido algo en el suelo para hacernos tropezar, lo juro. Así Betty hubiera estado en tu lugar de todas formas pasaría.

No pronuncié palabra

—Bueno —suspiré—. Creo que ya no estaré en el equipo.

—La enfermera dijo que había sido una torcedura leve —murmuró—. Al menos una semana y estarás como nueva.

No dije nada, Alicia pareció entenderlo

—Quería agradecerte por ayudarme —me dio una corta sonrisa—. El show de apertura fue todo un éxito hay muchas chicas que quieren entrar al equipo, y entre ellas, también algunos chicos.

—Eso me alegra.

Soltó una bocanada de aire

—Entonces, es mi deber decirte que... oficialmente estás despedida.

—¡Sí! ¡Gracias! —exclamé, luego noté su confusión y mi sonrisa se borró de golpe—. Ah... ay no puede ser, no, yo... que mal.

Ella se rió

—Tonta —me dio un empujón—. Entiendo que esto no es lo que te gusta, así que eres libre. Puedes venir a los ensayos cuando quieras, o ayudarme con el vestuario, eso me encantaría.

La última de las estrellas ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora