Capítulo 29. No me alejaría de ti.

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No me alejaría de ti.

22 de julio, 2020

Llevé la taza a mis labios, dándole un sorbo a mi bebida caliente. La persona del otro lado me imitó, mientras la chica de la cafetería nos traía pequeños panecillos para complementar nuestro pedido. Le agradecí con la mirada antes de que se fuera dejándonos solas.

Aclaré mi garganta

—Gracias por invitarme —dije

Ella me sonrió

—Por favor, Dani, ahora eres parte de nuestra familia. Desde hace mucho quería invitarte a pasar un rato así, claro cuando tuvieras algo de tiempo.

—Debo volver en una hora, pero creo que es tiempo suficiente —murmuré, revisando el reloj de mi teléfono

—Lo es —aseguró, en un suspiro—. ¿Cómo van las cosas entre mi hijo y tú?

—Más que bien —sonreí ante la respuesta—. Estamos muy unidos ahora mismo, llevando una muy... hermosa relación.

—Me alegra mucho —dudó un momento—. Desde que está contigo no solo lo veo más animado, de hecho, hay veces que va a su casa a visitar a Rain y ahora me saluda cuando entra, ¿no es eso un avance?

Percibí cierta esperanza en su voz

—Señora Cox...

Me miró con algo de reproche

—¿Cómo quedamos en que ibas a llamarme?

—Jade —me corregí, ella asintió—. ¿Qué pasó exactamente entre Ryan y tú?

Su buen humor pareció esfumarse, le dio un largo sorbo a su taza de café antes de siquiera pensar en una respuesta. Llegué a pensar que había sido muy precipitado, y eso lo confirmé cuando escuché su respuesta

—Se me hace extraño que Ryan no te haya dicho nada.

—Es... un poco reservado.

La pena pareció cruzar por su mirada

—Como sea, yo... puedo decirte que en su adolescencia tomé muchas malas decisiones que lo involucraban. Yo... fui la responsable de que Stella y él hubiesen formado una relación a sus diecisiete. Estaban jóvenes, pero yo solo pensé en emparejarlos para que el nombre de nuestra familia estuviera por lo alto.

Fruncí levemente el ceño

—Entonces... Ryan la culpa de lo que pasó —deduje

—Podría decirse.

—No, pero eso... no está bien.

—Bueno, yo digo que tiene sus razones, Stella lo engañó, él sufrió porque yo lo manipulé en primer lugar, entiendo que ahora mismo no sea su persona favorita.

—No... no me parece que él sea de esas personas. No aparenta ser de los que guardan tanto rencor.

—Es normal que él solo te enseñe su mejor versión —murmuró, lo que me había dicho hace tan solo unas noches—. No lo culpo, de hecho, espero que lo entiendas. Yo solo te estoy dando una razón, pero no la verdadera razón.

Asentí, comprendiendo

—Sí, eso veo.

—Bueno, no hablemos de Ryan —le restó importancia con su mano—. ¿Qué tal si hablamos de ti? ¿Ya terminaste esa historia de la que me has comentado?

La historia que le comenté, podría decirse que cometí el error de mencionarlo tan solo por un instante y ella se interesó de inmediato.

No es que no quiera decírselo a nadie, en realidad, es que espero que nadie lo sepa por el momento mientras consigo terminarla o avanzar. Estos últimos días no me ha quedado mucho tiempo y ese es un problema.

La última de las estrellas ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora