Viridity || •Eren Jaeger•

08

Capítulo 08 :
❝ᴘᴇϙᴜᴇɴ̃ᴀs ᴅɪsᴄᴜsɪᴏɴᴇs❞

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— Es extraño que justo hoy le haya propuesto matrimonio.

— ¿Por qué lo dices?

— Él tuvo un problema cuando intento casarse, y no pudo hacerlo. Al parecer ya estaba comprometido y tuvo que pedir el divorcio. Digo que es extraño, y también curioso, que lo haya dicho después de esperar cuatro años.

— ¿Cuatro años? —dijo siguiendo la conversación con sorpresa fingida—. A lo mejor no se sentía preparado después de pasar por eso.

— Quizás... O muy en el fondo le tiene aprecio a esa mujer y buscaba superarla con este tiempo.

Mientras tanto, el de ojos verdes, a pesar de estar feliz por haber anunciado la noticia, se sentía incómodo al ver qué su hermano y la muchacha aún no volvían a la mesa. Se levantó con su mano en mano fingiendo ir a buscar algo para beber y se encaminó a dónde estaban los otros. Se encontraba bastante cerca, tanto como para escuchar una conversación que llamó su atención de forma curiosa, lo que hizo que lo hizo acercarse.

— ¿Tú sabes quién es? —preguntó curiosa—.

— No, nunca lo ha dicho. Pero debe ser bonita, estoy seguro de ello. Debe ser igual de bonita que tu.

— Zeke, ¿Qué cosas dices? —dijo nerviosa y avergonzada—.

La realidad era que no estaba acostumbrada a esa clase de cosas, no que se las dijera un hombre. Y como por arte de magia, Eren se hizo presente en la conversación cambiando el ambiente del lugar.

— Necesito hablar con mí hermano, por favor. —dijo mirándola con tranquilidad pero en el fondo se sentía extraño—.

Ella no le respondió, ni siquiera le dirigió la mirada, solo asintió y salió de la cocina con su vaso de agua. En cuando salió Eren encaro a su hermano.

— Zeke, ¿Qué crees que haces? —dijo ya enojado—.

— ¿A qué te refieres? —dijo incrédulo mirándolo—.

— No puedes acercarte así a ella. Le estabas coqueteando.

— No he hecho nada malo, Eren.

— Escuché lo que le dijiste.

— No tiene porque molestarte si no tienen ninguna relación. Apenas la conociste hoy.

— No quiero que esté con alguien posiblemente mujeriego.

— ¿Y qué con eso? Como he dicho, no son nada y no creo que tengan la intención de serlo.

— Zeke, aléjate de ella si no quieres problemas. —dijo finalmente para abandonar ese espacio de la casa—.

Por otro lado, el rubio al ver aquella acción de su hermano menor, no pudo evitar soltar una pequeña risa de burla; había hecho que sintiera celos, y eso era algo único, ya que también logro hacerlo molestar, y hasta saber sus intensiones.

El resto de la noche siguió igual, con juegos, charlas, convivencia, etcétera. _______ comenzó a aburrirse, sentía que ya no debía de estar allí. Se levantó de su lugar y tomó sus cosas que estaban sobre uno de los sillones en la sala.

— Me retiro. —dijo llamando la atención de los presentes—. Gracias por invitarme pero ya es hora de que me retire.

— Pero, cariño, aún es temprano. —dijo la señora Carla—.

— Ya es un poco tarde y debo descansar.

— Entiendo. —respondió con una sonrisa—. ¡Eren! —le gritó a pesar de tenerlo delante—. ¿Por qué no llevas a _______ a su casa?

— Yo lo hago. —se apresuró a decir Zeke, obteniendo la mirada molesta de su hermano—. Eren está ocupado hablando con Mikasa, así que mejor la llevo yo. —sonrió—.

— Yo lo haré, Zeke. —dijo acercándose a _______ pegando casi su cuerpo al de ella, manteniendo distancia debido a Mikasa para que no haya malos entendidos—. Vamos.

La castaña solo asintió a su comentario, luego de despedirse de la familia Jaeger, salieron de aquel edificio para subir al lujoso vehículo negro del hombre menor de aquella casa.

— No te diré la dirección exacta, así que puedes dejarme cerca, no es necesario que estaciones justo en la entrada. —dijo la menor mirando el paisaje por la ventana—.

No recibió respuesta alguna por lo que volteó a ver al conductor. El camino se encontraba despejado, era seguro, a lo que Eren volteó a verla por escasos segundos y giro nuevamente su visión al frente y negó con la cabeza. No hubo más gestos de comunicación luego de eso, y tal como se lo pidió la dejo justo en una de las esquinas cercana a su hogar. Ambos bajaron y se pusieron frente al otro.

— Gracias por traerme. —suspiró mirando al suelo—.

A pesar de ello, levantó su mirada al frente luego de sentir un leve agarre sobre su brazo. El castaño se había acercado, le dió en leve beso en la frente y soltó su agarre para alejarse e irse a su auto. _______ solo se quedó allí sorprendida, y cuando el vehiculo arrancó, hizo el camino hasta la puerta de su casa, entró y cerró la puerta, subió las escaleras y ya en una habitación encontró a Rossi; la chica que cuidaba de la casa y se encargaba de los quehaceres cuando ________ no estaba en casa por su negocio.

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Cuando el de orbes esmeraldas llegó a la casa de sus padres y entró a la cocina, encontró a su madre sentada en una de las sillas mirando la nada hasta que volteó a verlo.

— Siéntate. —dijo tranquila—. ¿Quieres un poco? —dijo mostrando la jarra de jugo—.

— No, gracias. —dijo mientras se sentaba—.

— Para serte sincera, hijo, prefiero más a ______ que a Mikasa. —dijo Carla mirándolo seriamente mientras tomaba un jugo de naranja—.

— Mamá, no, no puedes decir eso. Mikasa será mí prometida. Además, ella te simpatizaba mucho.

— Si, es verdad, pero después de ver como ha tratado a _______... —se levantó y llegó al lado del castaño—. Me cae mejor ella, es más gentil y es muy bonita. Deberías estar con ella. —dijo tirándole levemente la oreja haciendo enojar a su hijo—.